Luego de poco más de un mes de espera y de varios capítulos en los que la comedia predominó, por fin llegó uno de los momentos que muchos fans ansiaban ver. Este fin de semana dentro del episodio semanal de Dragon Ball Super, pudimos ser testigos del primer enfrentamiento importante de la serie: ni más ni menos que el de Gokú contra el mismísimo dios de la destrucción, Bills. Y si bien es cierto que todos ya conocíamos el resultado final de antemano, esto no evitó que disfrutásemos de un combate sumamente agradable.
La espera fue un tanto larga, pero los fans fueron recompensados con un capítulo dedicado 100% a una pelea trepidante. Eso sí, en comparación a lo que nos tenía acostumbrados DBZ, éste solamente duró un solo episodio y no algunos cuantos a como solía manejarse hace algunos años. Pero dejemos eso para después y pasemos de lleno a la acción.
Si vieron la película La batalla de los dioses, entonces ya saben qué poder esperar de esta pelea. El episodio empezó en donde había concluido el anterior, justamente en el momento en el cual Bills y Wiss hicieron su arribo al planeta del Kaio del Norte con el único objetivo de ir en búsqueda de Gokú y preguntarle por información referente al Dios Super Saiyajin.
Ante un temeroso Kaiosama al cual no le quedó más remedio que obligar a Gokú a salir para presentarse ante la deidad, nuestro héroe reveló que no conocía nada sobre el saiyajin en cuestión. Sin embargo y como ya nos lo podríamos imaginar, tras explicar que desconocía del guerrero, Gokú no pudo evitar pedirle a al dios que se enfrentase a él para así poder comprobar su fuerza la cual, por algún motivo, le era imperceptible.
Para la mala fortuna de Kaiosama, Bills aceptó la petición de Gokú ya que él también tenía curiosidad por saber de los poderes del que se decía había derrotado a Freezer.
Como tal la pelea entre Gokú y Bills se dividió en tres etapas, mismas de las cuales las primeras dos fueron más que similares. En éstas, el saiyajin salvador de la Tierra demostró cuales eran los poderes de las primeras fases del Super Saiyajin. Aunque poderosas, éstas no lograron sorprender en lo absoluto a la deidad destructora, la cual se contuvo de atacar al no sentir la necesidad de hacerlo.
Gokú, al ver que lo único que Bills hacía era esquivar sus ataques sin cambiar de posición o preparar un ataque, recurrió a su última fase, la del Super Saiyajin 3, para ver si así su oponente se inmutaba. Para su sorpresa esto ocurrió así, aunque no de la manera como esperaba.
Sí, el dios de la destrucción reconoció que el saiyajin más poderoso de todos era un genio en el combate; sin embargo, explicó que él no contaba con la fuerza y el poder necesario para intimidar al ser que más temor causaba en todo el universo. Tras recibir de manera voluntaria un ataque e interceptar todos los golpes que le soltaba, Bills por fin decidió entrar en acción y, con solo un par de ataques, terminó por derribar a Gokú en el suelo de manera estrepitosa.
Luego de concluir con un combate que lo decepcionó, Bills y Wiss partieron hacia la Tierra en búsqueda de Vegeta para así preguntarle si, por el contrario a nuestro caído protagonista, sabía algo sobre el comentado Dios Super Saiyajin. Kaiosama, aún impresionado por lo ocurrido, decide comunicarse con el príncipe de los saiyajin para avisarle de lo acontecido y advertirle del enorme peligro que se avecina para los terrícolas.
Es así como termina el nuevo episodio de DBS dedicado exclusivamente a las peleas y la acción. Uno en el cual los tintes de humor fueron reducidos de manera importante y con el que se trató de satisfacer a los fans que ya clamaban por un buen combate.
Aunque entretenido, no pude evitar sentir un tanto extraño al capítulo debido a la manera en la cual fue abordado el enfrentamiento.
No es que me quiera poner de exquisito y exigente, pero si algo percibí fue la forma sumamente desbalanceada en la que trataron a las primeras fases del Super Saiyajin. Por todos es sabido que la fase tres es la más poderosa de todas (hasta ahora), pero eso no evitaba que antes de que supiéramos de ella se tratase a las anteriores como devastadoras. En la pelea de esta ocasión, ambas fueron expuestas de manera floja, sosa y sumamente lenta. ¡Vamos! Gokú parecía que era alguien sumamente torpe que no sabía cómo controlarlas.
Si bien esto cambio con la llegada de la fase 3, cuando estas aparecieron no hicieron ver a Gokú como alguien poderoso sino todo lo contrario. Aunado a ello también se encontraron algunas se las secuencias del combate, las cuales por momentos destacaban el diseño extraño con el que fueron producidas y que denotaban un estilo de arte por demás raro.
Pese a lo anterior y en lo que respecta a la pelea en sí, fue sumamente agradable ver la manera en como decidieron volver a abordarla respecto a lo visto en el film. Obviamente el equipo de Toei Animation sabía que tenía más tiempo a su disposición para ilustrarla en comparación a la película. Aunque ya sabíamos lo que ocurriría y, de hecho, se mostró casi con la misma estructura, el combate se sintió un tanto diferente. Y eso, tratándose de algo que ya vimos, se agradece mucho.
Por lo pronto ahora solo resta esperar al siguiente episodio que, por lo que pudimos ver en el adelanto, pinta para convertirse en uno más donde la comedia predominará casi por completo. ¿Será que en éste también hará su aparición el famosísimo y “querido por todos” bailecito del bingo de Vegeta?
Hasta aquí llegamos con el resumen semanal de Dragon Ball Super. ¿Qué tal les pareció el episodio? ¿El esperado primer combate fuerte los dejó satisfechos? ¿Creen que le faltó algo más? No se olviden de compartirnos sus opiniones. Así mismo y por si se quedaron con ganas de más, recuerden que ya pueden checar y escuchar nuestro segundo mini podcast especial dedicado a la serie y en el cual hablamos sobre los episodios que se transmitieron a lo largo del mes de julio.
¡Nos vemos la próxima semana!