Parece muy lejana la época en la que los filmes de catástrofes naturales invadían el cine. Antes del 2012 y en ese mismo año empezaron a tener su “boom” por el supuesto fin del mundo; a partir de ahí, la fórmula era la misma y siempre teniendo sede en los Estados Unidos, muy al estilo de 2012 o una más antigua como The Day After Tomorrow. En esta ocasión, la receta fue la misma pero teniendo el plus de contar con The Rock para ponerle más sabor a los 114 minutos de duración.
En el planeta ocurren miles de temblores a diario, en México y Sudamérica estamos muy acostumbrados a ello y hemos sufrido de dos grandes catástrofes, sin embargo, el terremoto más poderoso jamás registrado en la historia de la humanidad sucedió en Chile el 22 de mayo de 1960 teniendo una intensidad de 9.5 en escala de Ritcher. Partiendo de ahí, podemos explicar que la Falla de San Andrés es una falla geológica que atraviesa todo el estado de California y que, según cuenta la película, está a punto de desatar toda esa energía acumulada.
Ray (Dwayne Johnson) es un prestigioso rescatista y piloto de helicópteros, vive separado de su esposa Ema (Carla Gugino) y de su hija Blake (Alexandra Daddario), teniendo como aderezo para la disputa familiar, una hija fallecida que no pudo rescatar Ray; y además la nueva pareja sentimental de Ema, Daniel Riddick (Ioan Gruffudd), quien es uno de los mejores arquitectos de los Estados Unidos y genio detrás de la edificación más alta de California.
Total, para no hacerles el cuento largo, un experto en la materia de los sismos es el Profesor Lawrence (Paul Giamatti), logra descifrar junto con el Dr. Kim Park, el algoritmo para poder predecir cualquier movimiento telúrico que sea peligroso para la raza humana. Casualmente cuando consiguen tener éxito en su investigación, se desatan una serie de sismos que van subiendo de magnitud hasta provocar un verdadero caos en los estados norteamericanos involucrados en la Falla de San Andrés.
Siguiendo con la receta fílmica, Blake se va de viaje con su padrastro Daniel y conoce a un adolescente llamado Ben (Hugo Johnstone-Burt) que postula como arquitecto para la empresa de Riddick. En una trama nada creíble, Ben es acompañado a la entrevista de trabajo por su hermano menor Ollie (Art Parkinson). Ahí los hermanos conocen a Blake y les toca todo el desmadre sísmico.
Y como han de suponer, Ray tiene que rescatar a su familia desde las alturas en su helicóptero invencible.
La película nos ofrece efectos especiales buenos, a secas, pero si he de destacar una buena escena en este rubro es la del Tsunami. Nada de spoilers ya que parte de la escena viene en los tráilers. Es bien sabido por todos que cuando se genera un sismo cerca de la costa se encienden las alarmas de un posible tsunami, y sobre todo en un terremoto de tal magnitud en California.
El director de la cinta, Brad Peyton, pudo hilar una buena secuencia de acción con la ayuda de La Roca, sin embargo, sigue sin ser algo sorprendente. Es un momento de “rush” dentro de la película justo cuando más se necesitaba y lo hicieron en uno de los puntos más icónicos de la cultura estadounidense: El puente de San Francisco.
Debo admitir que esta escena es muy disfrutable por lo jalada que está, pero por lo mismo le quita la seriedad que algún día quiso tener.
Definitivamente no lo es, pero no puedo dejar de mencionar lo absurdo y risible del guión que pierde credibilidad con cada minuto que pasa. The Rock es un actor ideal para este tipo de películas, después de verlo en su papel dentro de la WWE o en otras cintas de acción, no podemos ponerle un pero a su actuación limitada y su clásico humor badass que lo caracteriza. Las situaciones con los personajes son forzadas, sobre todo la interacción que tienen Carla Gugino y Dwayne Johnson, cuyos personajes se unen forzadísimamente y poco real para buscar a su hija.
Paul Giamatti tampoco se salva en su actuación y diálogos con una reportera llamada Serena (Archi Panjabi), ya que en la búsqueda de predecir los siguientes terremotos pasan momentos de pena ajena.
La única que se salva es Alexandra, el personaje de Blake se presta para interpretar un rol más dramático, es quien más sufre y más inteligencia desempeña durante todo el largometraje. Hugo y Art también tienen un trabajo aceptable.
Si van a ver esta película les recomiendo que estén con sus amigos para que puedan echar un buen desmadre.
Realmente es una película palomera, no vale la pena gastar en el cine para verla a menos que seas muy fan de The Rock, ya que es una película adaptada a su forma de ser o al tipo de papeles que usualmente acepta. Tiene muchas escenas de acción y derrumbes, hasta es exagerado. La cantidad de temblores y réplicas que verán dentro de la cinta son bastantes, no dude que así suceda en la vida real o pueda pasar, pero exponencialmente va subiendo de intensidad y llegan justo en momentos clave de la película en las que si no hay temblor, se torna aburrida.
Es predecible en su totalidad, eso también la hace una cinta cómica sin quererlo ser.
En fin, Terremoto: La Falla de San Andrés se estrena el 28 de mayo en carteleras mexicanas. Les dejamos el tráiler para que le echen un ojo.