PS4, XBOX ONE, PC
PS4
Clover Studio/Capcom
Capcom
12/12/2017
Existen juegos cuyo potencial logra convertirlos en clásicos casi inmediatos; Okami es uno de ellos. Surgido en 2006 para el PS2 y desarrollado por el talentoso (y ahora extinto) estudio Clover, el juego nos maravilló por varios elementos que lo hicieron memorable: su historia épica desarrollada en una versión ficticia del Japón feudal, su elenco de entrañables personajes, su preciso y fluido estilo de juego, su música sublime compuesta por instrumentos musicales tradicionales japoneses y, sobre todo, su hermoso y peculiar estilo artístico que lo hacía lucir como una pintura hecha en pincel de aquella era. Por donde se le viera, Okami fue considera por muchos como toda una obra de arte que iba más allá de su significado literal.
Tristemente el juego pasó desapercibido para millones en su momento, aún y pese a que la crítica hablaba maravillas de él, se había rendido a sus pies y lo colocaban como uno de los títulos más increíbles en aquel entonces. Capcom, ha sabiendas de que éste tenía un potencial enorme, optó por llevarlo a otras plataformas: primero en Wii en el año 2008 con una versión que sacaba provecho del novedoso Wiimote; y después en PS3 con una remasterización en HD que lo hacía ver todavía más impresionante. En ambos casos el juego retuvo toda su genial esencia e incluso superó a su contraparte original en diversos aspectos (como en controles o en gráficos) pero, desgraciadamente, los intentos apenas y ayudaron a levantar las ventas del título en unos cientos miles de copias.
Okami es, sin duda alguna, uno de los mejores títulos de Capcom pero también uno de los más incomprendidos de toda su librería. Los poco más de 1.6 millones de ejemplares que lleva vendida la franquicia son el reflejo de esa desigualdad que contrasta con sus calificaciones obtenidas. Es por ello que, para intentar reposicionarla en el radar de los gamers, que la compañía nipona nos trae una nueva edición del primer juego, una que ha sido adecuada para lucir en su máximo esplendor dentro de los televisores/monitores actuales y que, por primera vez, llega a otras populares plataformas ajenas a las de Sony o Nintendo como lo es el Xbox y la PC. Dicha entrega es Okami HD y es, por mucho, la mejor versión que hayamos visto de este majestuoso viaje.
A primera vista Okami HD parecería ser un mero port de la versión homónimo que vimos aterrizar en PS3 hace ya cinco años y a la que solamente se le ajustaron sus gráficos para que pudiera verse mejor en las pantallas de ahora. Siendo honestos podría decir que esto es verdad pero, por ningún motivo, lo consideraría como algo malo. Se trata de una versión pulida de un juego que, de por sí, era casi perfecto en todos aspectos.
Empezando por su historia, ésta nos ofrece una de las tramas mejor narradas que hayamos visto dentro de un título de aventuras y acción. Situada en una versión ficticia del Japón del medievo en ella tomamos el control de Amaterasu, la diosa del sol que ha adoptado la forma de un lobo blanco y que, junto a un artista errante de dimensiones minúsculas llamado Issun, se lanza en un viaje en el que buscará erradicar el mal que ha invadido a la Tierra a causa de unos demonios.
Si bien en un inicio la historia se enfoca en narrar una pequeña premisa en la que buscamos detener a una mítica bestia conocida como Orochi que aterra a un pequeño pueblo llamado Kamiki, ésta no es la única sobre la que se centra el juego. Su narrativa se conforma de varios arcos importantes que llevan a Amaterasu y a Issun a viajar por todo el país de Nippon mientras van suprimiendo la infestación de oscuridad esparcida por los demonios. Lo que en un inicio comienza como una aventura por salvar a una humilde localidad, paulatinamente se va transformando en una travesía en el que iremos de costa a costa, recorriendo cada esquina y visitando cada región que compone a la nación en búsqueda del origen de ese mal.
Ese es precisamente uno de los puntos más fuertes que tiene la historia del juego: su diversidad. Prácticamente todas las localidades y regiones a las que vamos cuentan con sus propios problemas y gama de personajes que, aunque se manejan de manera individual y separada de los demás, mantienen una conexión indirecta con el mal principal. Gracias a dicha estructuración, se nos permite apreciar múltiples perspectivas de toda la situación y conocer a varios seres que, a su modo, enriquecen el viaje de Amy y su compañero.
Toda esa conjunción de narrativas, problemas, personajes y regiones ayudan a crear una historia que solamente podría equipararse a la de las odiseas, de esas que pasan de boca en boca y por varias generaciones hasta convertirse en leyendas. Puede sonar algo exagerado ponerlo de esa forma pero, una vez que llegas al final de la travesía de Amaterasu, sientes como si hubieras sido testigo de un cuento épico y del que pocas veces se llega a ver en un juego. En verdad es un relato que vale la pena vivir desde su inicio y hasta su final.
En su momento Okami llegó a ser comparado fuertemente con los juegos de The Legend of Zelda dado su esquema de controles que se asemejaban demasiado a los de la franquicia de Nintendo. Ciertamente ambos guardan una amplia similitud – sobre todo en su sistema de combate y estructuración de acertijos – pero Okami se distinguió por algunas notables diferencias. Pero vayamos por partes.
Al ser un juego de aventura en 3D, Okami nos lleva a inspeccionar múltiples mapas, regiones, recintos y calabozos esparcidos a lo largo y amplio de Nippon, mismos que a su vez cuentan con una gran cantidad de objetos por encontrar, gente (o animales) por ayudar, enemigos (e inmensos jefe) por enfrentar y, obvio, acertijos por resolver. Aunque como tal el país es enorme y cuenta con varias secciones extensas, esto por ningún motivo lo hace caer dentro de la categoría de mundo abierto dado que el progreso de título es más lineal, pero con backtracking y cierta libertad de exploración.
Pasando de lleno a su esquema de combate, Aaterasu tendrá a su disposición tres clases de armas principales – cada una con diferentes tipos y variantes – con las que podrá atacar. Éstas son los reflectores, especies de discos que sirven para golpear rápidamente a corta distancia; los rosarios, que se extienden cual látigos y permiten aturdir a los enemigos; y las espadas, que se caracterizan por ser enormes y poderosas pero que ralentizan los movimientos de nuestra heroína.
Más allá de lo diverso de las armas y de las propiedades que tienen, lo que más llama la atención es que podemos equipar hasta dos de ellas para así adquirir algunas habilidades extras como lo son usarlas como escudos (reflectores), lanzar una ráfaga de balas débiles pero muy veloces (rosarios) o hacer un ataque cargado devastador que abarca mucho espacio (espadas). Probar y experimentar con nuevas combinaciones se volverá algo sumamente adictivo y útil, sobre todo porque las mismas pueden irse mejorando y se ajustan a diversos tipos de situaciones o enemigos.
Pero como si el esquema de armas no fuera lo suficientemente entretenido por si sólo, éste se ve complementado por las técnicas del pincel celestial. Al ser una deidad, Amaterasu cuenta con una habilidad especial que detiene momentáneamente el tiempo y nos adentra en una interfaz que se asemeja a la de una pergaminoextendido en el que podemos dibujar algunos trazos que se pueden convertir en ataques: desde cortes diagonales o colocación de bombas de varios tamaños, hasta llamar a ventiscas de viento/nieve o ligeros chubascos e, incluso, manipular al fuego o al hielo cercano son sólo algunas de esos movimientos a los que podremos recurrir al momento de los combates.
Lo curioso de las técnicas de pincel es que ninguna se limitan solamente a los combates e incluso pueden ser usadas en cualquier momento y mientras exploramos nuestro entorno. De hecho, éstas también tienen un rol fundamental dentro del progreso de la historia y la solución de los acertijos y se postran como uno de los elementos más importantes y trascendentes del juego mismo. Además y al igual que como sucede con las armas, todas pueden irse mejorando y derivando en nuevos y prácticos modos de uso.
Como en cualquier juego del género, el progreso también se hace presente en Okami. Junto a las armas y a las técnicas de pincel, Amy también podrá ir aprendiendo nuevas aptitudes tanto de combate como prácticas y que le serán de gran ayuda durante sus andanzas. Pero, comparado con otros proyectos, dichas habilidades no las iremos desbloqueando dentro de un sistema de niveles sino en un dojo en el que habremos de comprarlas con dinero que encontramos y7o obtenemos tanto en el mundo como tras finalizar combates.
Algo que me fascina de la manera en la que se progresa en el juego es que ningun arma, habilidad o técnica llega a caer en el olvido. Si bien no todas son indispensables y unas pocas sólo se prestan para diversas situaciones, es un hecho en algún momento u otro volverás a ellas o encontrarás mejoras que te incitarán a retomarlas, cuando menos, en un par de ocasiones más.
De igual manera, algo que me encanta es que el sentimiento de progreso también se traslada al mundo en sí. Conforme más avanzamos y ayudamos a los seres vivos de Nippon, vamos exterminando la maldad que yace en los lugares a los que llegamos y eso se refleja en la manera en la que los habitantes actúan o se refieren hacia nuestros hperoes. Nuestras buenas acciones van transformando nuestro entorno y, además, nos compensan con puntos de elogio que pueden ser usados para mejorar y expandir varios cosas como lo es la vida, botes de tinta, capacidad de la cartera, y más. Dirían algunos, se siente bien hacer el bien.
La presentación del título es, sin problema alguno, el punto más importante y atractivo de todo el juego. Okami cuenta con un estilo artístico que lo hace asemejarse a una pintura hecha con brocha y pinceles como las que solían hacerse en la época sobre la que se basa su historia. El juego luce en todo momento como una ilustración dinámica y gracias a que absolutamente todos los contornos tanto de los personajes, relieves, ambientes, edificaciones y más, parecen haber sido trazados con tinta. Además, sus menús están bellamente diseñados y mantienen el mismo estilo y eso, como un todo, ayudan a que la experiencia se torne todavía más inmersiva.
Decir que Okami es una obra de arte hecha juego conlleva a más que sólo el sentido literario de la expresión; simplemente te resultará imposible no maravillarte por cómo luce y lo que te expone en pantalla. Y como si eso no fuera suficiente para asombrarte, el apartado musical es otro elemento que destaca por sus melodías compuestas a base de puros instrumentos nipones típicos de ese momento histórico. Sobra decir que si te fascina la música tradicional japonesa, la banda sonora te encantará y se plasmará en tu memoria.
Ahora y tras hacer un análisis de lo más básico del juego, llegó el momento de responder la pregunta que seguramente se están haciendo todos aquellos que ya habían probado el juego: ¿Existen elementos que lo diferencien del primer Okami HD? En efecto los hay, aunque son mínimos.
De entrada, el más importante de todos recae en su notable ajuste y mejora gráfica. La versión en turno fue adecuada para correr en monitores con resolución en 4K. Para la reseña en turno utilicé una televisión con dichas capacidades y la verdad puedo decirles que se ve increíble ya que hace lucir a toda luz el bello apartado artístico. Okami HD no se trata de un mero port al que Capcom solamente le ajustó la resolución para que pudiera soportar mayores dimensiones, vaya, se nota que sí le metió algo de mano.
En donde si notamos algo que podría no ser del agrado de muchos es en su framerate ya que su tasa fue fijada a 30fps. Aunque ésta es estable y sólo cayó ligeramente en contadas ocasiones, me sorprendió bastante ver que Capcom no hubiese decidido aumentar la misma a 60fps. Entiendo que hacer esto es una labor más compleja a la de sólo aumentar la resolución, pero en verdad me habría fascinado apreciar que el juego corriera más fluidamente.
Otra elemento digno de mencionar, al menos en el caso de la versión de PS4, es la inclusión de una nueva función que hace compatible a la mecánica del pinceleo celestial con el touchpad del Dualshock 4 y que permite realizar los trazos de los movimientos dentro de la superficie táctil. Para serles franco, esta fue una de las cosas que más me llamaba la atención probar ya que fui fan de la manera en la que funcionaba con los controles del Wii. Infortunadamente, la adaptación de la misma al mando de la consola de Sony termina siendo torpe, imprecisa y demasiado incómoda debido a lo limitado de las dimensiones del pad. Por mucho, la experiencia más óptima sigue siendo la manual que hace uso de los botones y el joystick.
Por último, un último detalle que el juego retoma de sus primeras versiones es la del minijuego en las pantallas de carga que nos otorga algunos Demon Fangs, ítems indispensables al momento de mejorar armas y conseguir habilidades. En sí éste es intrascendente para el gameplay y la trama, pero se agradece que un detalle tan pintoresco esté de vuelta y haga de los breves momentos de espera algo más ameno.
Como tal, son pocas las adiciones y mejoras que ofrece esta reedición de Okami HD para los sistemas de actual generación. Sin embargo, eso no evita que el juego siga luciendo fabuloso y ofreciendo una aventura memorable que, ahora, está al alcance de más personas.
Si eres de aquellos que jugó Okami en cualquiera de sus presentaciones previas y no quedó atrapado por su majestuoso mundo y narrativa, entonces es un hecho que esta versión no te ofrecerá nada que justifique su compra. No obstante y si amaste la odisea que atravesaron Amaterasu e Issun para erradicar la oscuridad, entonces esta remasterización es una excelente excusa para sumergirte de nueva cuenta en la mítica y esplendorosa tierra de Nippon. Volver a jugar Okami siempre será un deleite y algo que vale la pena revivir siempre que se nos brinde la oportunidad, mucho más cuando se hace con una mejora visual como la de ahora que saca a relucir el mejor aspecto del juego.
En cuanto a los jugadores nuevos, háganse un favor y juéguenlo ya que así comprenderán las razones por las que muchos lo catalogan como uno de los mejores proyectos que Capcom haya realizado en toda su historia.