PS3, PS4, XBOX ONE, XBOX 360, PC
PS4
Volition, High Voltage Software
Deep Silver
20/01/2015
A más de un año de que viéramos Saints Row IV para PlayStation 3, Xbox 360 y PC recibimos una expansión que se da muchos permisos para explotar ideas que no implementaron en el juego original. No es porque no hayan podido, ya que si por algo se destaca esta franquicia de Volition es por su irreverencia y la libre decisión de romper cualquier regla de la lógica.
Ahora nos enfrentamos a un DLC que podemos adquirir por separado y no necesitará del título original para ser jugado. Además, viene incluido en Saints Row IV: Re-Elected para PlayStation 4, Xbox One y PC, así que los usuarios de consolas next-gen no tendrán que comprar doble.
Siguiendo con la historia de Saints Row IV, celebramos el cumpleaños del líder de los Saints. Durante un travieso juego de la Ouija en la fiesta, nuestro preciado jefe es secuestrado por el mismo Satanás, y es el deber de Johnny Gat y Kinzie Kensington rescatarlo. Por primera vez desde el tercer título veremos una ciudad totalmente nueva, y gracias a contar con dos personajes podremos escuchar diferentes diálogos que nos darán distintas perspectivas sobre lo que está pasando.
Así es, no controlaremos a nuestro querido avatar del juego original, incluso éste será interpretado por el modelo predeterminado en caso de no tener un archivo de guardado. Los dos personajes tomarán el papel protagónico para viajar al Infierno y rescatar al preciado Jefe del Rey de las Tinieblas. ¿Su intención? Obligarlo a casarse con su hija Jezebel.
Una de las primeras y más notables diferencias con los títulos principales de la franquicia será la falta de personalización. Sólo podremos escoger entre el personaje masculino y femenino, de ahí en fuera no podremos alterar la apariencia de ninguno como en otros juegos. No resulta tanto un punto negativo, ya que esta expansión vuelca sus fortalezas en otras características más enriquecedoras en cuestión de gameplay.
Aunque el juego viene con un buen trabajo de subtitulaje en español latino, no goza de algunas características exclusivas de las consolas next-gen como los comandos por voz. Si queremos usar esta opción, cambiar a español Ibérico o a inglés será nuestra única opción. Para muchos puede parecer irrelevante, pero vale la pena mencionarlo.
Una vez comenzado el juego, aparecemos en el mismo infierno, una ciudad totalmente nueva con todo lo que podríamos esperar del reino de Satanás: lava, edificios en llamas, caos vial, cuerpos en estado de putrefacción vagando por las calles y demonios patrullando cada esquina. Nada que nos sorprenda especialmente viniendo de una franquicia tan cómica.
Vale la pena destacar que la variedad de vehículos y de enemigos es muy poca. Contaremos con un par de modelos de automóviles, una motocicleta y unos cuantos monster-trucks conducidos por demonios. Sobre éstos, no veremos más allá de los estándar que caminan por las aceras, algunos con alas que nos dispararán con rifles de francotirador y otros cubiertos por un aura de maldad que los protegerá de cualquier ataque. Lo anterior puede resultar en un ambiente un tanto repetitivo si nos dedicamos exclusivamente a deambular por ahí provocando el caos.
La campaña principal nos cambia un poco el paradigma respecto a lo que estábamos acostumbrados. No tendremos una serie de misiones lineales por cumplir, nada de secuencias ni avance progresivamente vertical. Nuestro deber será provocar tanto caos como sea posible y conseguir aliados para llamar la atención de Satanás, atraerlo y en palabras de Johnny Gat (como siempre), dispararle en la cara.
Así tendremos un mundo abierto con centenares de cosas por hacer. Tendremos misiones secundarias como la destrucción masiva, el rescate de almas enviadas al purgatorio, la recolección de cristales de poder y más objetivos que podremos completar gracias a nuevos movimientos como el vuelo angelical.
Además, una vez dentro poseeremos una reliquia que nos permitirá obtener más poderes sobrenaturales: La aureola rota de Satanás. Con ella podremos desarrollar habilidades sobre humanas como pisotones que provocan terremotos, disparos de luz y un aura de fuego para incinerar a cualquiera que se nos acerca. Éstas y más habilidades podrán ser mejoradas conforme avancemos en los objetivos, recolectemos dinero y experiencia y desbloqueemos nuevas áreas del juego.
Existirán una especie de “misiones principales” que nos permitirán avanzar más rápido. Éstas consisten en conseguir aliados clave para rebelarse en contra de Satanás. Encontraremos desde lo más lógico como Vlad Tepes hasta lo más inesperado como Shakespeare. Cabe destacar que cada objetivo vendrá con su buena dosis de humor como en cada título de Saints Row, por lo que podemos esperar muchas sorpresas y sobre todo, muchas violaciones a la cuarta pared.
Conforme vayamos superando objetivos, una barra de “Ira de Satanás” se irá llenando, y con cada segmento se irán desbloqueando escenas cinemáticas que le darán progresión a la historia. Esperen desde temibles apariciones de villanos de juegos anteriores hasta hilarantes musicales al más puro estilo de Disney, cada escena más absurda que la anterior.
Un poco de variedad se le otorga al juego gracias a sutiles detalles de progresión. Por ejemplo, comenzamos el juego básicamente con la ciudad en relativa calma, pero conforme elevamos el nivel de ira de Satanás se irá levantando también el caos en el Infierno. Con cada segmento que avancemos en la historia las cosas se irán poniendo más hostiles, y se levantarán torres de lava que evitarán que volemos libremente lanzándonos proyectiles, y más y más demonios surgirán de las profundidades para detenernos en nuestra travesía.
Aunque suena bastante atractivo en papel, en la realidad el juego llega a carecer de alma o algo que mantenga los elementos coherentemente unidos. Las texturas repetitivas, la poca variedad de vehículos y enemigos y la poca participación de “importantes” personajes secundarios hacen que el juego deje mucho que desear en cuestión de diversión palpable.
No obstante, contamos con algunos momentos hilarantes y de puro gameplay como las misiones donde controlamos a un no-muerto que tiene que ser atropellado en incontables ocasiones para elevar nuestra puntuación, o con cosas tan sutiles como volar recolectando las burbujas de luz que encontremos alrededor. El juego está hecho para que tomes el control y te diviertas un rato, pero si esperas un profundo nivel de narrativa o motivación para avanzar en la precaria historia te llevarás un mal sabor de boca. Después de un rato sentirás que llevas haciendo lo mismo una y otra vez, lo que le da una sensación de tener mucha paja al juego.
Las cosas se ponen más interesantes si las hacemos con un amigo. A través de internet o por conexión LAN podremos compartir nuestra aventura con uno de nuestros contactos o con desconocidos. Realizar misiones juntos, provocar el caos o simplemente recolectar objetos en conjunto nos ayudará a subir de nivel más rápido y a conseguir todos los logros más fácilmente. El multijugador funciona bastante bien y se adapta para partidas rápidas en las que entremos, nos entretengamos un rato y salgamos ya desestresados.
Saints Row: Gat out of Hell nos ofrece entre cuatro y seis horas de entretenimiento puro, con un gran valor de rejugabilidad para el que quiera superar sus puntajes más altos o recolectar todos los logros. No está de más decir que la dosis de comicidad e irreverencia se encuentra ahí en altas proporciones. Elementos hilarantes como el demonio cantando en un musical o las armas basadas en siete pecados capitales (como la de la lujuria, que pondrá a bailar sensualmente a cualquier enemigo) le dan un alto valor de entretenimiento al título, que más allá de carecer de alma o pecar de repetitivo, pondrá a gozar a cualquier que se siente a pasar un buen rato en un mundo abierto donde todo es posible.