Naces, creces, te reproduces, envejeces y mueres. Ese es el ciclo de la vida, un concepto que está presente en todos y cada uno de nosotros y que, por su inata naturaleza, tomamos como algo común. Sin embargo y pese a que esto es algo que rige nuestras vidas, solemos (y algunos hasta prefieren) ignorar la última instancia del proceso a la que todos habremos de llegar en algún momento: la muerte.
Todos morimos sin excepción alguna, es algo inevitable. Pero lo que a veces ignoramos es que la muerta podría sorprendernos en cualquier momento, incluso en nuestra juventud. Muchos dan por hecho que la muerte les llegará cuando sean mayores, pero esto es algo que no necesariamente se cumple. ¿Te has imaginado lo que harías si supieras que morirás dentro de tan sólo unos días?
En I Want to Eat your Pancreas, película de anime basada en una novela homónima del autor Yoru Sumino, se explora esta idea: la de jóvenes lidiando con el concepto de la muerte prematura y al hecho de que dejarán este mundo en cuestión de días. No obstante, ésta lo hace desde una perspectiva que busca denotar eso que precisamente pasamos por alto, que se trata de algo natural que es parte de la vida, aunque en un tono romántico que fascinará a los amantes de las historias de amor.
Pese a lo que su nombre pudiera hacernos creer, I Want to Eat your Pancrear es una cinta perteneciente al género Coming-of-age y Slice of life, mismos que suelen abordar historias enfocadas en el desarrollo de sus protagonistas y en su estilo de vida cotidiano. Por esa misma razón, ésta cuenta con una premisa un tanto más tranquila y mundana que, a su vez, se ve influenciada por un factor tan determinante como lo es la muerte. Vaya, no se trata de una narración de terror gore, sino de una de romance y el significado del título se explica prácticamente desde el inicio del film.
La trama de la cinta se centra en dos personajes principales: por un lado en el protagonista masculino, un chico callado, antisocial, cerrado en su propio mundo y de cuyo nombre no sabemos sino hasta avanzada la historia (por cuestiones narrativas); y de Sakura Yamauchi, una joven totalmente opuesta al joven que se caracteriza por su alegre y enérgica personalidad, su popularidad y su torpeza al actuar. Ambos parecen no tener mucho en común, pero sus vidas se verán entrelazadas cuando el chico descubre un libro llamado “Viviendo con la muerte”, un diario escrito por Sakura en el que ella revela estar enferma de una enfermedad pancreática terminal que acabará con su vida en cuestión de sólo unos meses.
Sakura se percata de que el protagonista encontró su diario pero, en lugar de enojarse, decide confiarle su secreto. No obstante, la chica decide aprovechar la situación para acercarse al joven y solicitarle que laude a realizar los últimos deseos que anhela hacer antes de morir. Es así como esto da pie a una amistad que, conforme al paso del tiempo, empezará a evolucionar hasta llegar a una relación que raya en los tintes del romance.
Si bien I Want to Eat your Pancreas se postra como una historia de amor adolescente cualquiera entre jóvenes de preparatoria, el factor de la muerte es algo que influencia a la narrativa y le da mayor variedad a la trama. Desde el inicio sabemos que la historia acabará en la muerte de Sakura (incluso ésta se nos confirma desde sus primeros minutos), pero es precisamente el hecho de querer saber la manera en la que esto sucede y el camino que se recorre hasta ese fatídico momento lo que hace que el espectador quiera verla en su totalidad. Y mejor aún, podemos decir que esto mismo deriva en algunos giros inesperados que dan enorme sorpresa a una historia que, desde sus primeros momentos, parecía predecible.
De igual manera, resulta interesante ver cómo es que el tema de la muerte afecta a la evolución de los personajes. En un inicio tanto el protagonista como Sakura parecieran caer en los típico estereotipos cliché vistos en cualquier otro anime (como el del chico antisocial, callado y sin emociones o el de la chica alegre y torpe pero de buenas intenciones) pero, conforme avanza el film, vamos observando cómo sus personalidades cambian al percatarse que el tiempo se acaba y la muerte de la chica se acerca. Ésto deriva en momentos en los que ambos expresan aquello que guardan profundamente o que muestren sus lados desconocidos. En ese sentido, da gusto ver que ninguno se queda encasillado en un solo tipo de personaje plano.
La historia de I Want to Eat Your Pancreas es hermosa y cuenta con momentos que, no dudo, te harán sacar una lágrima o, incluso, generar un nudo en la garganta; se trata de una trama que pese a lo fantasiosa o típica que pueda llegar a ser, logra congeniar con el espectador y hacer que nos identifiquemos con ella. Sin embargo, ésta se ve afectada por su ritmo narrativo que suele ser demasiado pacífico – incluso más de lo que debería – al mostrarnos momentos que poco aportan al desenvolvimiento de los protagonistas y que se llegan a extender más de la cuenta. Dicho esto, su pasividad se ve corregida en la última parte de la película cuando se presentan los giros narrativos más fuertes que aceleran todo y conducen hacia una conclusión digna para la historia.
Comparado con otras películas recientes que han llegado a nuestra región, I Want to Eat Your Pancreas fue producida por Studio VOLN, un estudio prácticamente nuevo (se fundó en 2014) y de cuyo primer gran proyecto cinematográfico consistió de esta adaptación. Para ser su primera película, la calidad visual de la cinta es excelente, más no así asombrosa, pero eso no evita que nos presente un mundo colorido en el que las ambientaciones y los tonos jueguen con las emociones de los momentos y en cuyos diseños de los personajes, aunque básicos, son adecuados y bien estructurados. Toda la animación realizada es en 2D por lo que en ningún momento se juega con perspectivas o modelados en 3D. Esto último no resulta algo necesariamente malo, pero tras ver producciones románticas recientes como Your Name o Koe no Katachi, sentimos que pudieron haberle caído bien algunas de ellas.
Musicalmente hablando, la banda sonora de la película cumple con su cometido de ambientar cada una de las escenas y hasta de resaltar los momentos importantes de éstas. Su música es adecuada, pero ninguna de sus piezas se sienten como algo sobresaliente.
Por último, no se puede dejar hablar del doblaje de la película; porque sí, también llegará con doblaje al español latino. Con una dirección a cargo de Eduardo Garza (voz de Elmo y Krillin en Dragon Ball Z), I Want to Eat your Pancreas cuenta con la participación estelar de Miguel Angel Ruiz (Panda en Escandalosos y Peter B. Parker en Spider-Man: Into the Spider-Verse) en el papel del protagonista y Erika Ugalde (Desagrado en Intensa Mente y Mantis en Guardians of the Galaxy/Avengers) como Sakura Yamauchi. El trabajo realizado por ambos resulta maravilloso dado lo versátil de sus voces y que logran jugar con la propia personalidad de sus personajes; mientras que Miguel Angel logra plasmar a un joven sereno y callado que llega a explotar diversas emociones en momentos clave, Erika transmite a la perfección esa personalidad alegre y enérgica en Sakura que en ocasiones saca a relucir todo el dolor y miedo que guarda en su interior y que teme demostrar a los demás.
Lo mismo se puede decir para el resto del elenco y en los que podemos escuchar a otros talentosos actores y actrices como Andrea Orozco, Cony Madera, Elena Ramirez, Alan Fernando Velázquez y más. Si ves la película doblada al español, ten por seguro que te encantará el trabajo realizado en este proyecto.
Pese a su extraño nombre que confunde a muchos y la apariencia que tiene, I Want to Eat Your Pancreas es una conmovedora historia de amor que, a su manera, se sale del arquetipo de muchas películas de romance. Si bien ésta se centra en dos adolescentes que con el tiempo empiezan a tomarse afecto, lo que la diferencia de otras historias similares es el factor de la muerte y la forma en la que ésta, al estar siempre presente, influye en el comportamiento de sus personajes y su evolución. Se trata pues de una cinta que, además de sacarte algunas lágrimas, consigue hacerte meditar sobre la vida, su importancia y la manera en la que la disfrutamos.
Si bien el film es agradable, debe hacerse mención que ésta no es perfecta y que por momentos llega a resultar un poco cansada, sobre todo por su ritmo que es demasiado pasivo y por momentos que llegan a extenderse innecesariamente. Fuera de eso, cuenta con algunos giros inesperados que le dan variedad a la narrativa y que hacen que su predecible historia acabe de un modo que pocos ven venir. A todo esto, cabe mencionar que hay una escena postcréditos al final que concluye adecuadamente con esta hermosa historia.
I Want to Eat Your Pancreas se estará exhibiendo en México dentro de Cinépolis los días 31 de mayo, 1 y 2 de junio.