El pasado 11 de marzo de 2024, la ciudad de Fukuyama, Japón, entró en alerta, puesto que un gato radiactivo comenzó a deambular por las calles de esta ciudad, poniendo en riesgo la vida de todos sus habitantes de esta población. Esto sucedió después de que el felino cayó en una tina repleta de químicos cancerígenos.
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