A menudo muchos se preguntan qué habría pasado si sus videojuegos favoritos habrían sido de otro género, y es que dicha decisión siempre es importante para los desarrolladores, dado que eso definirá si la gente descubre potencial y se animan a comprar la copia. Esto mismo pasó con la saga de Pokémon, la cual por poco no se convierte en ese gran éxito que tomo al mundo por sorpresa durante la mitad de la década de los 90’s.
Nintendo exploró distintas formas de adaptar la franquicia para el mercado occidental. Según Gail Tilden, exgerente de publicidad de la división de América, una agencia de publicidad propuso transformar el primer juego en una versión de béisbol con una estética más “arenosa”, incluyendo cambios en el arte y escenarios con graffiti.
En una entrevista con la Fundación de Historia de los Videojuegos, Tilden explicó que al principio no estaban convencidos de que un RPG en blanco y negro con personajes de estética japonesa fuera bien recibido en occidente. La agencia sugería un cambio drástico, donde los entrenadores fueran jugadores de béisbol dentro de una liga deportiva en lugar de competir en gimnasios. Sin embargo, esta idea nunca llegó a concretarse.
A medida que Pokémon comenzaba a ganar popularidad en Japón, Nintendo of America revisó su estrategia. Minoru Arakawa, entonces presidente de la división americana, decidió apostar por la fidelidad a la versión original japonesa y llevar el juego al público occidental sin cambios radicales. Esta decisión fue clave para el éxito global de la franquicia.
El tiempo demostró que mantener la esencia fue la mejor elección. Hoy en día, la saga es una de las más exitosas de la historia, con millones de fanáticos en todo el mundo y un impacto cultural que sigue vigente en la industria del entretenimiento. Y es que cada título que sacan vende a pesar de tener errores.
Vía: NE
