Ken Levine es reconocido como uno de los desarrolladores más importantes de la industria. Levine es responsable por juegos como System Shock 2, BioShock y BioShock Infinite. Sin embargo, desde hace ocho años que no hemos visto algo nuevo de su parte, y esto se debe a que su actual proyecto se ha enfrentado a un desarrollo sumamente complicado, y ha ocasionado la salida de la mitad de los empleados de su estudio.
Tras la clausura de Irrational Games en 2014, Levine formó Ghost Story Games con el objetivo de crear un juego narrativo sumamente ambicioso. Para lograr esto, el desarrollador comenzó un equipo pequeño, el cual se comunicaba directamente con Take-Two, compañía matriz dueña de este estudio, y así tener el presupuesto de un estudio AAA, y al la libertad de uno indie. Sin embargo, un nuevo reporte por parte de Bloomberg ha revelado que este proyecto ha sido una pesadilla para todos los involucrados.
Originalmente, el siguiente juego de Levine iba a estar disponible en 2017. Sin embargo, el proyecto se ha retrasado de forma constante, en parte para evitar que los empleados sean sometidos al crunch, pero esto también se debe a lo difícil que es trabajar junto a un desarrollador que desea perfeccionar hasta el más mínimo detalle. De acuerdo con actuales y ex-trabajadores de Ghost Story Games:
“Levine es un gerente defectuoso que a menudo complica la comunicación de su visión y aliena o intimida a los subordinados que lo desafían o no cumplen con sus expectativas”.
En 2014 comenzó el desarrollo de un nuevo juego, el cual tiene como idea central una “narrativa LEGO”, la cual se desarrollaría conforme más decisiones son llevadas a cabo por el jugador. Así es como se describe este concepto:
“La idea era que la experiencia de cada persona con el juego fuera única. Los personajes reaccionarían de manera diferente dependiendo de las acciones de un jugador, y serían empujados a diferentes escenarios cada vez que jugaran. Era un concepto que el equipo pensó que podía destacarse de otros juegos”.
La ambición y la perfección que busca Levine no es el único grillete que carga Ghost Story Games. Varios trabajadores han señalado que Levine ha cambiado de opinión respecto a su juego tras haber jugado Dead Cells y Void Bastards, al grado de que le ha pedido a los desarrolladores implementar elementos de estos títulos en su proyecto actual.
Sin embargo, parece que el mayor problema al que se enfrenta el estudio es el mismo Levine y su deseo por la perfección. De acuerdo con Giovanni Pasteris, uno de los primeros empleados de la compañía, las propuestas del director eran interesantes, pero el reducido equipo y el constante cambio en las fechas de entrega han sido un problema. Esto fue lo que comentó Pasteris:
“Las ideas y ambiciones eran geniales. Pero el alcance simplemente creció y creció sin preocuparse por la capacidad del equipo para hacerlo antes de nuestra fecha límite de otoño de 2017. Ken quería hacer un juego triple A con un tamaño de equipo ‘económico’. Nunca iba a suceder”.
Por su parte, Andrés González, un miembro fundador, ha señalado que:
“El tipo de juego que se está explorando no concuerda bien con el proceso creativo que se está utilizando”.
Si bien algunos trabajadores han señalado que por fin hay una dirección más clara para el proyecto, aún no hay un nombre o ventana de lanzamiento para este trabajo. Esperemos que todos los problemas que rodean a Ghost Story Games sean solucionados lo más pronto posible.
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Nota del Editor:
Si bien es cierto que desarrolladores como Ken Levine son talentosos y su búsqueda por la perfección han entregado juegos que ha redefinido a la industria, también es cierto que sus prácticas como jefes y líderes dejan mucho que desear y ponen en riesgo el trabajo de muchas personas más.
Vía: Bloomberg