El 24 de marzo, Toei Animation nos llevó al “final” de Dragon Ball Super, uno que ha dividido a su grupo de seguidores. El anime siguió una de las líneas que los desenlaces de sagas pasadas habían marcado: la nostalgia. Debido a esto, recordamos un poco de estos finales para poner en contexto qué tan satisfactoria fue esta pausa en el anime de Dragon Ball Super.
Para muchos, esta es la saga con el mejor balance entre todas las de la serie; ya que conocemos al pequeño Gokú, empezamos a notar su avance en cuanto a poder y conciencia de fortaleza cuando ayuda a una Bulma jovencísima en su búsqueda por las Esferas del Dragón. Akira Toriyama descubrió que un anime más enfocado en las batallas era dinamita pura para los amantes del género (materializado en Dragon Ball Z) por lo que este Dragon Ball gira más en la aventura, el asombro y… la perversión.
Aunque igual tuvimos enemigos muy fuertes como Piccoro Daimaku y Tao PaiPai, siempre hubo un momento para las risas y la picardía. En su episodio final, el 153, Milk logra lo que muy pocos imaginaron: ¡ver a Gokú casado! Tras una serie de embrollos, la hija de Ox Satan logra su cometido.
Y éste es el cambio más radical en la franquicia. Dragon Ball Z tendría las cosas muy claras desde un inicio, pues no solo tendría un tono más maduro y brutal, sino que su animación y vibra llevaría a Gokú y los llamados Guerreros Z a enfrentarse a enemigos que todavía siguen en la estima de los espectadores, como Majin Buu, Cell y Freezer, por supuesto. Como regalo divino de Akira Toriyama, el mangaka inició con la Saga de los Saiyajin, dándonos a Vegeta como un personaje irremplazable y que marcó pauta en la historia de Dragon Ball, al mismo tiempo que los chistes ya no estarían tan presentes.
Con 291 episodios, es la saga más larga de toda la versión animada de Dragon Ball, cuyo arco final nos deja a Uub, la reencarnación de Kid Buu y que se convertirá en el discípulo de Gokú. Al ver esa secuencia donde ambos recorren los cielos, es difícil no emocionarse.
La más corta de todas las sagas al contar con 64 episodios, pero también la de mejores estándares de calidad. Si bien su importancia para el canon de Dragon Ball ha estado en tela de juicio desde siempre, se conservaron la mayoría de las características que hicieron de sus otras dos sagas todo un éxito: su ritmo y momentos emocionantes, de los que destacamos la transformación de Gokú en Súper Saiyajin 4.
El último arco de Dragon Ball GT estaría protagonizada por los Dragones Oscuros y el Super Androide 17, quienes llevan a Shen Long a un momento crítico en el que decide que él, junto a las esferas que conocemos, debían eliminarse para que la humanidad resolviera sus problemas por sí misma; es hora de que Gokú también se vaya de este mundo. La secuencia final es sumamente enternecedora, ya que vemos a un pequeño Gokú recostado sobre la mítica deidad recorrer los cielos, mientras las esferas del dragón entran en su cuerpo. Cien años después, vemos a los descendientes de Gokú y Vegeta en un nuevo Torneo de las Artes Marciales, una estatua al Súper Saiyajin por excelencia y nada menos que a Gokú entre el público.
Advertencia: A continuación se presentan spoilers de Dragon Ball Super.
De nuevo, este “final” para Dragon Ball repitió el elemento dramático al momento en que todos los guerreros del Universo 7 salieron victoriosos. Cuando se revela el verdadero propósito del Torneo del Poder, todos se sienten aliviados al ver que No. 17 tomó la decisión correcta, mientras el resto de los guerreros a lo largo de la galaxia piden volver a ver a Gokú en algún momento.
Por otro lado, esa secuencia de Freezer ha despertado un interés especial en la comunidad, mientras que la explicación de Gokú a Vegeta sobre el “Migatte no Goku’i” y que pueden entrenar para ser todavía más fuertes, acompañada de la promesa de “nuevas aventuras” hace que la espera por Dragon Ball Super, la película, no sea amarga tras 131 episodios.