PS4
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Harmonix
Harmonix
05/01/2016
La música es parte esencial de nuestra vida, y los videojuegos que tienen que ver con la interacción directa con ella tienen ya décadas probando nuestros reflejos y nuestro ritmo. Amplitude se siente como un lindo capricho y a la vez como un homenaje a la manera en que mucho del auge de este tipo de títulos comenzó por allá por los inicios del nuevo milenio hace ya quince años.
No podemos hablar de Harmonix a la ligera, fueron ellos los que dieron forma a la etapa de los plásticos donde guitarras y baterías invadieron el mercado de los videojuegos en una moda que perduró por muchos años y regresó en 2015 con nuevas entregas tanto de Rock Band del mismo Harmonix como de Guitar Hero de su competidor Activision. En 2001 Harmonix publicó con Sony Computer Entertainment una exclusiva para el PS2 que en gran medida le dio forma a esa tendencia de juegos de ritmo occidentales, Frequency fue el primer antecesor del gameplay que daría forma a series como Guitar Hero –iniciadas por el mismo Harmonix– y una gran cantidad de títulos de ritmo que llegaron en varios sectores del mercado.
Dos años después de la llegada de Frequency llegaría una secuela para ese título llamada Amplitude, juego que conservando mucho del gameplay del juego original mejoró en varios de sus elementos y añadió canciones al soundtrack del juego provenientes de músicos muy populares de la época.
Pasó más de una década, Harmonix probó la cima del éxito con RockBand al ser parte de Viacom (MTV) y después de que el furor de los instrumentos de plástico pasara se puso a la venta y se convirtió de nuevo en un estudio independiente, uno que tiene la libertad de volver a sus orígenes y pensar en ideas como el regreso de Amplitude.
Apoyados por los mismos fans que estuvieron a favor del regreso del juego de culto de PS2, Amplitude se financió de forma satisfactoria a través de Kickstarter como una exclusiva de PS4 –finalmente la propiedad intelectual es de Sony. Hoy tenemos este juego que es un muy buen tributo a los orígenes de estos juegos y la historia misma del estudio, vamos a revisar lo que nos ofrece en las siguientes líneas.
“Cómo han pasado los años”, eso es lo que podemos pensar como una primera impresión al ver Amplitude en todo su esplendor en un PS4 a más de una década de que llegara al PS2 el juego original del que hoy se hace un relanzamiento. Como era de esperarse el juego luce muy bien en hardware de actual generación que con coloridos gráficos complementan de forma muy acertada la experiencia audiovisual que el juego propone; en cuanto a su gameplay, es muy fiel al del título original, para los que no sepan de qué estamos hablando lo describiremos en las siguientes líneas.
Se nota que el gameplay de Frequency y Amplitude dio origen a Guitar Hero al ver cómo estos títulos fueron los que iniciaron la propuesta de un carril donde se aproximan las notas que tienes que ir eliminando al llegar siguiendo el ritmo de la música. De forma similar a como se ha aplicado en varios de los juegos de Harmonix en el gameplay de Amplitude cuentas con varios carriles, cada uno correspondiente a uno de los instrumentos que componen la música, el objetivo es que completes secuencias que de ser terminadas de forma acertada dejan tocando de forma automática el instrumento del carril en cuestión desapareciéndolo momentáneamente de la pantalla, por lo que al lograrlo deberás pasarte a otro carril y así sucesivamente hasta completar la canción de la forma más completa posible al tratar de que todos los carriles estén tocando y componiendo la melodía que estás escuchando.
El hecho de que se separen los canales de la música en los diferentes carriles y seas testigo de cómo tus éxitos o fracasos al ejecutar las notas se reflejan sobre la melodía es quizá lo más enriquecedor del título como juego de ritmo. Cuando logras pasar entre carriles sin romper las secuencias sube una barra de multiplicador de puntos que entre más tiempo mantengas activa se reflejará en un mejor marcador con el que competirás en las tablas de líderes.
Para dar variedad al juego no sólo tiene la mecánica de seguir las notas y no romper las secuencias entre carriles para sumar puntos, también algunas notas están marcadas de forma especial para indicarnos que al ser tocadas sin perder el ritmo te ofrecen potenciadores para auxiliar tu partida como poner a tocar un instrumento de forma automática sin completar una secuencia, multiplicar los puntos al doble de forma momentánea, alentar el ritmo y la canción para facilitar el seguir las notas o hasta ponerse a volar sumando puntos de forma automática dándose un respiro en una situación complicada.
Como pueden ver hasta este momento, los veteranos de Amplitude y/o Frequency no tendrán ningún problema al jugar este relanzamiento que se mantiene muy fiel a sus orígenes, exceptuando algunas mecánicas referentes a la puntuación o algunos potenciadores de los que hemos mencionado el juego se mantiene prácticamente igual. Podrán sin problemas iniciar desde el principio con los niveles de dificultad altos que realmente ofrecen un reto digno –y hasta insano– para los amantes del género
Algo que sí es nuevo en este juego es el poder disfrutar de las canciones de forma cooperativa/competitiva con hasta cuatro jugadores, lo único que cambia es que entrarán en acción todos los participantes de forma simultánea en una canción buscando carriles que dejen libres los otros competidores para que juntos busquen al mismo tiempo completar la canción de la mejor manera posible y por otro lado también busquen sumar la mayor cantidad de puntos para quedar en un mejor lugar al final de la partida; sumando a este modo multijugador curiosos potenciadores competitivos, resulta también acertada la compañía de dos o tres amigos de forma local para disfrutar del juego.
Pasando al tema de la presentación, Amplitude retoma el formato del juego del mismo nombre, aunque su temática, gráficos y su soundtrack están mucho más volcados hacia la música electrónica que más bien nos recuerdan los orígenes de estos títulos con Frequency. Los menús y hasta su campaña que nos pone a seguir una historia de una paciente cuyo cerebro debemos estimular mediante la música con un toque de ciencia ficción, se sienten bien y adecuados al juego.
Olvídense de problemas técnicos, caídas de framerate o bajones de resolución, Amplitude corre sin ningún problema de forma muy suave y fina en el PS4 como podríamos esperar de cualquier juego de un estudio como Harmonix. Aunque tiene el precio y la etiqueta de ser un pequeño indie, la presentación se ve de un proyecto que va mucho más allá por el cariño que los mismos desarrolladores –muchos que incluso llevan en el estudio desde que inició con Frequency y Amplitude– imprimieron a este regreso a sus orígenes, un juego que más que otra cosa se siente como un tributo.
Vayamos al centro del juego, que es su música. Nos deja un sabor aceptable pero que también dura muy poco.
Mientras que el original Amplitude destacó respecto a Frequency por la inclusión de éxitos populares del momento, en este relanzamiento tenemos mucha música completamente desconocida creada por el mismo equipo de Harmonix exclusivamente para el juego y aunque no es mala en sí, hará que muchos se queden extrañando esas melodías reconocibles que son aún más placenteras cuando las juegas, cosa que sí tenía el juego original de PS2 con la inclusión de artistas como Pink, Blink 182, David Bowie y Garbage.
Me dio gusto saber que el juego contaba con una campaña, pero cuando te das cuenta que sólo incluye 15 pistas de un álbum conceptual creado por Harmonix para la mini-historia de ciencia ficción del juego más tardarás en comenzar que cuando ya terminaste en poquito más de una hora quizá y te quedas con un sabor que te hace pensar en que el juego pudo haberte dado mucho más para haber esperado más de una década por este reboot.
El catálogo general de música de Amplitude está compuesto por 30 canciones, mismas que se sienten bastante limitadas para tratarse de un juego de esta naturaleza. Una gran cantidad de la lista son melodías únicas del juego hechas por Harmonix para la campaña y las otras son colaboraciones que van desde un músico independiente que apoyó la campaña de Kickstarter hasta grupos siempre presentes en los juegos del estudio como Freezepop y otros artistas independientes que por lo general van cercanos al género de la música electrónica –pueden revisar el playlist oficial en este enlace. Entre lo que más me gustó de la selección musical de Amplitude están algunas piezas de artistas invitados que hacen referencia a otros juegos –algunas extraídas incluso de los juegos mismos– o la música de los videojuegos independientes contemporáneos, teniendo colaboraciones de músicos de la talla de Jim Guthrie (Sword & Sorcery), C418 (Minecraft), Insomniac Games, Darren Korb (Transistor) y Danny Baranowski (Crypt of the Necrodancer / Super Meat Boy).
Repito, no es que el soundtrack sea malo, tanto los trabajos de Harmonix para el juego como la selección de piezas de invitados es bastante buena, sobre todo si pensamos en el concepto original de Frequency sobre el nombre de Amplitude que nos hace pensar en jugar los éxitos del momento, pero al final del día 30 piezas se sienten bastante limitadas para este relanzamiento al que no le vendría mal uno que otro paquete de contenidos descargables para expandir la diversión y que no se quede sólo en una experiencia de algunas horas para muchos.
Quizá algo que también falla un poco en Amplitude es que mucho del catálogo limitado de piezas que incluye tienen que ser desbloqueado mediante el juego, y al ser pocas las opciones que tienes tendrás que repetir varias veces la misma melodía para tener acceso a las 30 canciones completas pudiendo estar liberadas desde un inicio en el modo libre. Lo anterior se siente más que ponerle un verdadero sentido a su progresión como el tratar de alargar artificialmente el tiempo que los usuarios pasen voluntariamente con el juego, algo completamente innecesario en un título de esta naturaleza al que regresas simplemente por querer hacerlo en lugar que te obliguen a través del mismo.
El regreso de Amplitude mediante este relanzamiento es un verdadero placer en muchos sentidos, y algo que agradecerán tanto los veteranos de los juegos de ritmo como los que buscan una experiencia atractiva dentro del género que a más de una década de su llegada se sigue sintiendo fresca, atractiva y adictiva.
No nos sorprende viniendo de Harmonix que el juego funcione a la perfección y tenga sus adecuados niveles de dificultad que cubren desde el jugador ocasional hasta el que busca el reto máximo en un juego de ritmo, su gameplay acompañado de una excelente presentación y ningún problema técnico nos entrega una experiencia sólida y funcional.
Como hemos mencionado en la reseña el problema que tenemos con el juego es su muy limitado catálogo de canciones y que desafortunadamente no nos toparemos en el juego con esas melodías reconocibles que disfrutamos todavía más dentro de un título del género como lo fue el original Amplitude, pero también si nos ponemos a pensar en su precio –que es la tercera parte del de cualquier título de estreno ($19.99 dólares)– tampoco es como para sentirse estafado sobre todo si esas carencias se compensan con lo bien que funciona el título tanto en solitario como en compañía de amigos en su curioso modo multijugador.
La nueva entrega de Amplitude es un buen relanzamiento del juego de culto de PS2, un título a considerar entre las prioridades de los amantes de los juegos de ritmo que si bien tiene sus limitantes nos hacen recordar la razón por la que Harmonix se colocó como líder de los juegos de ritmo y funciona a la vez como un bello tributo a su historia a más de una década del lanzamiento de sus primeros éxitos.