Después del impacto que dejó God of War de 2018, sabíamos que una nueva saga había iniciado para Kratos, una destinada a superar incluso a sus épicas aventuras en Grecia. La espera ha sido larga y hasta agónica por momentos, pero finalmente ha terminado. Desde hace ya unos días hemos comenzado con nuestro paso en God of War: Ragnarök, y antes de presentarte la reseña formal el próximo 3 de noviembre, te hemos preparado un especial para contarte de nuestras primeras impresiones con el juego, mismas que corresponden a unas cuantas horas dentro de una experiencia que indudablemente se siente masiva y muy vasta. No te preocupes, el siguiente contenido está libre de spoilers o de detalles importantes en la historia, porque aunque no lo creas, desde el primer minuto suceden cosas de las cuales se hablará bastante.
De lo primero de lo que me gustaría contarte es de la jugabilidad. Al menos en estas primeras horas, te puedo decir que si jugaste God of War de 2018, te sentirás como en casa. A pesar de que sí se toman unos minutos para recordarte algunas de sus mecánicas base como lanzar y recuperar el hacha, la verdad es que se siente que el propio título sobreentiende que vienes de su antecesor. Las Blade of Chaos son puestas a nuestra disposición rápidamente de igual forma y el tema de los daños elementales, está de regreso. Probablemente, el mayor cambió que detecté en cuanto a cómo es que funciona el combate, es que dejando presionado triángulo, puedes pre infusionar tus armas de su elementos para por ejemplo, congelar o quemar a los enemigos luego de atacarlos. Por su parte, los comandos a Atreus se sienten muy similares a lo que ya habíamos visto. Repito, esto solo corresponde a las primeras horas. Confío en que más adelante veremos cambios más marcados.
Tres años han pasado desde el final de la pasada aventura de Kratos y Atreus. Un intenso invierno que ya se ha expandido por tres veranos azota tierras nórdicas anunciando que el Ragnarök está muy cerca. En medio de todo esto, el dios de la guerra busca refugio y paz, sin embargo, sus acciones contra los dioses de Asgard vienen a perseguirlo, sumado al intenso deseo que Atreus tiene por saber en realidad quién es luego de la importante revelación que se diera durante la conclusión del título anterior. ¿Tengo que haber jugado God of War de 2018 para entrarle a este nuevo? Sí, total y completamente. Estamos ante una secuela que toma por completo los sucesos de su antecesor para construir su narrativa, la cual, como era de esperarse, te toma desde el primer minuto. Con decirte que no había llegado ni a la tercer hora de juego y ya había sostenido dos encuentros contra jefes y con ellos, importantes revelaciones de la trama y sus personajes.
Describir la estructura de God of War de 2018 era un tanto complicado, pues por un lado para nada podría ser colocado como juego de mundo abierto, pero por el otro, tampoco es como que todo fuera lineal. En lo personal, me gustaba la comparación que se hacía con cosas como Ocarina of Time, en donde si bien, tienes algo de libertad de exploración, normalmente estás resolviendo zonas sumamente delimitadas. ¿Qué puedes esperar para God of War: Ragnarök en este apartado? Pues bien, a pesar de que por ahora no te puedo contar demasiado al respecto, sí te puedo adelantar que tenemos un mundo marcadamente más grande y en el que en efecto, tenemos más libertad de tomar nuestro propio camino para encontrarnos con actividades secundarias. Por supuesto, las secciones en las que básicamente vas siguiendo un sendero acabando con enemigos, resolviendo puzzles y claro, escuchando las increíbles conversaciones de los personajes principales, están totalmente de regreso.
Cuando se anunció que God of War: Ragnarök también saldría para PS4, muchos no pudieron evitar sentir algo de preocupación por el posible “freno” que esta versión de pasada generación le podría poner a la experiencia de PS5. Te puedo decir que como seguro ya te diste cuenta en los diferentes avances que se han dado, el juego luce más que espectacular, demostrando que estamos ante una experiencia de nueva generación que está sacando todo el provecho posible del más reciente hardware de Sony. Creo que me está pasando algo muy similar como lo que pasó con Horizon Forbidden West, en donde simplemente no se nota que se haya tenido que hacer algún tipo de rebaja o reducción a la presentación del título para que pudiera funcionar en la pasada consola. God of War: Ragnarök tiene un impresionante desempeño tanto de framerate, como de resolución, ofreciéndote justamente a qué le quieres dar prioridad. Además, te puedo asegurar que si tú eres de los que aún le sacarán jugo a su viejo PS4, tendrás una experiencia excelente y muy digna.
Siempre es raro escribir este tipo de contenidos, pues por un lado me gustaría platicarte de mucho más y por el otro, me siento lejos de estar listo para dar una opinión informada y formal del juego en cuestión. De lo que sí estoy completamente seguro es que solo he visto una muy pequeña parte de todo lo que representa God of War: Ragnarök, el cual, se siente como este momento cúspide no solo para Santa Monica y para los desarrollos first party de PlayStation, sino en general para cómo es que se crean experiencias AAA dentro del medio. Estoy seguro de que el camino que tengo por delante será épico, memorable y claro, candidato fuerte a levantarse con el título de juego del año. Pero repito, habrá que esperar un poco más porque todavía queda mucho por ver.