Reseña: Counter-Strike: Global Offensive

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Muchos jugadores de la generación actual están acostumbrados a cierto tipo de FPS, como Call of Duty o Battlefield. Sin embargo, el género se forjó con un estilo de juego diferente. Títulos como Goldeneye, Doom, Wolfenstein y Quake eran completamente distintos a los modernos, sin embargo son considerados las piedras angulares de los shooters en primera persona. Pero hay uno en especial que desde su lanzamiento fue todo un éxito y se ha mantenido como uno de los FPS más importantes en PC; Counter-Strike. Y si tienen Xbox 360, PlayStation 3 o PC, ahora deberían estar jugando Global Offensive.

Counter-Strike es una serie que se ha mantenido viva desde que se estrenó, y es quizá el juego más importante en torneos profesionales a nivel internacional. Sin embargo, no es para todo el mundo. Sufre de lo mismo que títulos como Hybrid, o Team Fortress 2; No son juegos sencillos de aprender, y mucho menos de dominar. Pero una vez que lo logras, te das cuenta de que formas parte de algo diferente. Una comunidad distinta, jugadores de todo el mundo que sabes que harán lo que sea para derrotarte cuando están pelando contra ti, y que sabes que siempre te apoyarán cuando jueguen en el mismo equipo. Olvídate de los niños que te insultan en las partidas online, de los que se burlan de ti cuando te matan, del molesto teabang y de los clásicos campers. Esto es Counter-Strike, señores. Shit just got real…

Si eres alguien que juega mucho Call of Duty (no le estoy tirando a la franquicia, simplemente es mención obligada para ejemplificar lo diferente que es este juego) te costará trabajo acostumbrarte a Counter-Strike: Global Offensive. Primero que nada, comienzas cada partida con una pistola y un cuchillo si estás jugando Casual Classic, el modo de juego predilecto. En cada partida podrás comprar nuevas armas con el dinero recolectado, pero estas podrás usarlas sólo por ese juego. Así que para empezar, no existe la personalización de personajes, valga la redundancia. Dependiendo del escenario en el que te toque combatir, podrás ser terrorista o de las fuerzas especiales.

No existe un botón para apuntar. En lugar de eso, tendrás que mover los sticks para apuntar a tus enemigos. Si quieres mejorar tu puntería, tendrás que agacharte. En caso de que tengas equipada un arma con mira, podrás usarla con el botón asignado al disparo secundario. Ese punto es otro que quizá frenará a muchos usuarios nuevos que quieran darle una chance al juego. Sólo es cosa de acostumbrarse.

Hablando del arsenal, hay una buena variedad de armas y granadas que podrás y tendrás que comprar dependiendo del modo de juego y del escenario. No conviene usar una escopeta en un lugar muy abierto, o un rifle de francotirador dentro de un edificio.

Existen cuatro modos de juego: Arms Race, Demolition, Classic Casual y Classic Competitive. En el primero tendrás que eliminar a un enemigo con cada una de las armas del juego. En Demolition tienes dos opciones: Matar a todo el equipo contrario o completar el objetivo designado. En Classic Casual tendrás que liberar a los rehenes si eres de los buenos, o plantar una bomba y matar a todo el mundo si eres de los malos, mientras que en Classic Competitive harás lo mismo pero con el fuego amigo desactivado.

Ya en práctica, debo decir que los que juegan CS:GO son de las personas más aguerridas que hay. En realidad te empujan a que te esfuerces más y más con cada round. El que me ha parecido el mejor modo de juego hasta el momento es Arms Race, pues pueden llegar a durar mucho tiempo, o tan sólo unos minutos. Aunque el modo que nunca falla es Classic Casual.

Una adición que se me hizo sumamente importante y no veía desde hace un buen rato en un FPS es poder combatir contra bots. Sobretodo por que se trata de un juego sumamente competitivo en el que entrenar es primordial. Puedes comenzar con bots sencillos, que ni siquiera te van a disparar. Después irte con los fáciles, que les toma todo el cartucho atinarte pero puede llegar a suceder. Ya que los dominas, puedes probar con los normales, que son un poco más rudos. Pero si quieres un verdadero reto, intenta ganarle a los Hard Bots. Y si lo logras, entonces quizá quieras contribuir a tu propio sufrimiento peleando contra los bots expertos.

También existe un modo para entrenar con las armas y habilidades disponibles, en el que además podrás establecer tu propio récord de pasarlo lo más rápido posible. Si no te gusta jugar sólo, puedes brincar directo a una partida en línea, hacer una propia, jugar con tus amigos o unirte a una party con ellos.

El reto del juego es un arma de dos filos, pues como mencione anteriormente, puede alejar a los jugadores más acostumbrados a títulos modernos, o puede engancharte y volverte uno más de la gran legión de fans de Counter-Strike. Sin embargo, no todo es miel sobre hojuelas. Por mucho que me duela decirlo, y por más fan que sea de la serie, estoy convencido de que, aunque sí funciona, Counter-Strike no es para jugarlo en consola.

El control del Xbox 360, en mi caso, se queda muy corto en comparación a todas las opciones que tienes con el teclado y el mouse. Uno de los momentos más difíciles que tuve que pasar con el juego fue el mapeo del control. Tienes la opción de acostumbrarte a la configuración que viene por default, pero si eliges personalizar tú mismo los botones, te verás en la complicada y angustiante decisión de dejar fuera funciones que podrían ser muy útiles, por que simplemente no hay botones suficientes.

Si quieren probar algo diferente pero clásico, es una gran opción. Sobretodo para los que quieran conocer una de las franquicias más famosas de FPSs que ha existido. Pueden comprarlo para PlayStation Network, Xbox Live Arcade y PC, sin embargo la versión de Microsoft está pasando por un gran problema. Al parecer hay un servidor que está fallando, lo que ocasiona en muchos jugadores un lag insoportable. Pero los chicos de Valve ya pusieron manos a la obra, y posiblemente en las siguientes semanas veamos el parche. Aún así, vale la pena adquirir este grandísimo FPS.

8.5