El trabajo de adaptación no es sencillo. Cada proyecto tiene que enfrentarse a diversos retos que se aplican a sus propios medios. ¿Cómo puedes llevar la sensación de un videojuego a una película? ¿Cómo le das forma a las líneas y líneas de descripción que un libro ofrece? ¿Cómo haces que un largometraje sea interactivo? Estas son cuestiones bastante complicadas que usualmente no se responden de manera efectiva. Es posible, tenemos casos exitosos como The Lord of the Rings y Harry Potter, pero cuando hablamos de la forma de entretenimiento interactiva que tanto amamos, las cosas son totalmente diferentes.
Incluso cuando nos referimos a los videojuegos que son adaptados a la pantalla grande tenemos el caso de la primera película de Silent Hill… y ya. En los últimos años hemos visto un par de intentos que se acercan poco a poco a una buena aceptación general, pero usualmente fallan al final del día. Este es el caso de Detective Pikachu, Sonic the Hedgehog y la nueva cinta de Mortal Kombat. Cada una cuenta con elementos positivos que las hacen superiores a sus predecesoras, no obstante, siguen cometiendo varios errores. Ahora, a este grupo se les suma Resident Evil Welcome to Raccoon City.
Después de seis películas de Resident Evil a cargo de Paul W. S. Anderson, el público tuvo suficiente de su interpretación de la obra de Capcom. Es así que a los cines ha llegado un reboot, el cual se jacta de ser completamente fiel a los juegos originales. Resident Evil Welcome to Raccoon City no solo trata de cautivar a la audiencia presentando nuevas versiones de Albert Wesker, Chris Redfield, Jill Valentine, Claire Redfield y Leon S. Kennedy, sino que ha levantado la preocupación de más de uno al adaptar las tramas de los primeros dos títulos en un lapso de menos de dos horas. ¿Acaso este largometraje logra cumplir las expectativas? ¿Esta aventura es mejor que las protagonizadas por Alice? Descubre las respuestas a estas y más interrogantes en nuestra Atomix Movie Review.
Adaptar un juego es complicado. Sin embargo, Johannes Roberts, director y escritor, decidió que Resident Evil Welcome to Raccoon City no solo se encargaría de contar los eventos que ocurrieron en la Masión Spencer en 1998, sino que también suma el brote de infección que se llevó a cabo en Raccoon City. En lugar de enfocarse completamente en una serie de sucesos y tomarse su tiempo para rendirle un homenaje a un de los juegos originales o su remake, tenemos frente a nosotros una cinta que no hace bien su trabajo, y simplemente se queda a medias en más de una ocasión.
Sin embargo, parecía que este no iba a ser el caso. La cinta no solo comienza con algo completamente nuevo, sino que los primeros minutos hacen un trabajo decente al establecer la atmósfera de horror. Escenas icónicas, como el camionero comiendo su hamburguesa de Resident Evil 2, dan una buena primera impresión. Lamentablemente, conforme la cinta avanza, todo se reduce a simplemente cumplir con un lista de escenas. Rápidamente, los personajes se sienten como simples piezas de ajedrez que son movidas solo para cubrir con los momentos que todos esperamos, pero sin el peso emocional.
Todo comienza de una forma muy similar. Claire Redfield llega a Raccoon City en busca de su hermano. Leon S. Kennedy tiene su primer día como policía en el pueblo. Chris Redield, Jill Valentine y Albert Wesker van a investigar la desaparición del equipo Bravo. La única diferencia es que en esta ocasión esos eventos ocurren al mismo tiempo, y no en días separados. Fuera de los primeros minutos de la cinta, en donde estas dos tramas básicamente son una en donde los cinco personajes principales interactúan entre ellos, la historia se divide en dos caminos marcados, y no es hasta los últimos segundo de la película que estos dos se vuelven a unir. Durante la mayor parte del largometraje, las aventuras paralelas no tienen relación entre ellas, lo cual es una decepción considerando el potencial que el inicio presenta.
Junto a esto, estar cambiando de escenario constantemente se siente bastante torpe, ya que usualmente una escena es cortada abruptamente para dar pie a otra diferente. Esta es una de las peores decisiones que se llevaron a cabo. Cada sección cuenta con el suficiente potencial para ser su propia historia, y dividirlo causa que no solo ciertas escenas de los juegos sean eliminadas o no duren lo suficiente, como toda la estación de policía, sino que esto también tiene repercusiones negativas en los personajes.
Hay que aclarar algo, estos no son los personajes que piensas. Albert Wesker, Chris Redfield, Jill Valentine, Claire Redfield y Leon S. Kennedy tal vez tienen los mismos nombres de sus contrapartes en los videojuegos, pero sus personalidades y hasta motivaciones son completamente diferentes. Esto, para variar, es bastante interesante, pero en más de una ocasión se siente como una bofetada para los fans, y nunca se llega a hacer algo con ellos, lo cual considero que es el insulto más grave. Por ejemplo, Leon S. Kennedy no es el policía cool y tenaz que conocemos por los juegos, sino un bufón del que todos se burlan y nunca llega a ser interesante en pantalla. El resto del elenco cambiaron de forma similar, con la excepción de Claire, quien, en un giro inesperado, se siente más como su hermano que ella misma.
Estos no son personajes, son simplemente pedazos de cartón con una capa de pintura familiar. Ninguno tiene un solo arco. Nadie cambia a lo largo de la historia. No hay alguien que pueda ser considerado carismático. Todos se reducen a simples piezas de carne que se mueven para activar alguna escena que nos acerca más y más a los preciados créditos. Por si fuera poco, las actuaciones son terribles. Hannah John-Kamen, a cargo de Jill, Robbie Amell, responsable por Chris, y Avan Jogia, el actor de Leon, son terribles. La forma en que otorgan sus líneas hacen que cualquier persona se apene por su trabajo. En más de una ocasión se nota que se usaron las primeras tomas que se tenían de ellos para la versión final. El resto del elenco tampoco lo hacen muy bien, pero no son tan notorios como los tres mencionados.
De igual forma, el guion no les ayuda. Cada diálogo parece que lo escribió un robot que no sabe cómo es que los humanos hablan de verdad. La exposición de información es terrible, ya que las diferentes conversaciones son interrumpidas de forma abrupta solo para explicar algo que al final del día el público puede intuir por sí solos, o que no es tan necesario. Sumándose a esta montaña de problemas, tenemos la duración. 90 minutos no son óptimos para esta película. Varios personajes del principio desaparecen solo para ser reintroducidos al final. Un evento en particular sucede sin previo aviso y es inesperado, dando a entender que no se incluyó alguna escena que sirviera como cimiento.
Parte de los problemas de la película se hubieran solucionado si el tiempo de duración se hubiera extendido unos 30 minutos. Esto le daría más tiempo a ciertos eventos de suceder sin ser imprevistos, y ofrecería el espacio para que los personajes tuvieran algún tipo de desarrollo. Sin embargo, hay un apartado que cualquier duración no solucionaría.
Pese a que Resident Evil Welcome to Raccoon City cuenta con un par de tomas bastante interesantes, todos y cada uno de los efectos especiales son terribles. Las películas de GCI que hay en Netflix se ven mejor en múltiples ocasiones. Cada locación luce como si fuera un set, eliminando por completo la iconicidad de la Mansión Spencer o la estación de policía. Nada luce real. Sin embargo, son los monstruos los que reciben el peor tratamiento. Cada zombi s ve como un miembro de un evento de fans, y no como las criaturas con millones de dólares en maquillaje que en teoría son.
Los monstruos como los lickers y Lisa Trevor son horripilantes, pero no por su diseño, sino por lo barato que se sienten. Creo que una película del canal Sci-fi luce mejor. Hay una toma de un campo abierto al final de la cinta, la cual no puedo creer lo mal que se ve. Nunca en mi vida había visto un CGI moderno tan, pero tan espantando. No hay una excusa en este apartado. Cuando una explosión sucede frente a los actores, claramente se ve que hay una pantalla verde. La sangre es falsa, y ni siquiera llega a ser tan ridícula como en una película de Quentin Tarantino. Solo hay un momento en donde esto se soluciona, y esto es gracias a que la iluminación es básicamente inexistente. Cuando los zombis aparecen por solo un segundo esto no es un problema, pero cuando hay un acercamiento o una toma incluye a muchas de estas criaturas, uno puede notar fácilmente el mal trabajo que se llevó a cabo en esta ocasión.
Incluso el audio es espantoso. Múltiples escenas cuentan con grabaciones que claramente se llevaron a cabo en un estudio, y no están colocadas de buena forma en la película. En un momento un personaje puede estar agonizando, pero un segundo después su voz no refleja su claro estado. Esto demuestra la falta de atención que se le dio a este apartado.
Resident Evil Welcome to Raccoon City no es una buena película, y creo que eso no es una sorpresa para muchos. La historia y las actuaciones son pésimas. Los personajes son básicamente piezas que se mueven para activar ciertas escenas. Aunque las nuevas interpretaciones de los protagonistas son interesantes, algunas versiones se llegan a sentir como una falta de respeto para la serie de Capcom, y ninguna atraviesa algún tiempo de evolución o arco. La duración de solo 90 minutos es un problema que termina perjudicando varios apartados.
Pese a que la cinematografía cuenta con un par de tomas decentes, los efectos especiales son un chiste y la falta de atención en el audio y diálogos es ridícula. Resident Evil Welcome to Raccoon City se vende como la gran adaptación de los videojuegos, pero en momentos se llega a sentir inferior que muchos proyectos de fans que se pueden encontrar en YouTube. Al menos esta es una cinta mejor que cualquiera de las películas que estuvieron a cargo de Paul W. S. Anderson.