Cuando creíamos que la serie de Rocky estaba muerta después de ver la quinta y sexta película, el mundo quedó sorprendido al saber que se reviviría la franquicia del Italian Stallion pero en esta ocasión el protagonista no es el mismo Rocky, es el hijo de Apollo Creed.
El boxeo es uno de los deportes más observados en todo el mundo y fue hasta 1976 cuando Sylvester Stallone decidió escribir esta magnifica historia que a la postre se convertiría en una de las más icónicas en la historia del cine.
10 años han pasado desde Rocky Balboa, un filme que regresa del retiro al campeón del pasado para enfrentar al actual en ese entonces Mason Dixon. En Estados Unidos, Creed, salió en 2015, un año en el que pudimos ver glorias revividas del séptimo arte tal y como sucedió con Jurassic World, Terminator y recientemente Star Wars.
Este año nos ha consentido con prometedores regresos que han soltado opiniones divididas en todos los sentidos, muy amadas o muy odiadas y sobre todo plagados de fan service, algo que realmente apreciamos como fans y provocan en nuestra piel que nuestros vellos se ericen del escalofrío que recorre nuestro cuerpo al emocionarnos una vez más, recordar cuando éramos niños.
Ryan Coogler es el joven director que carga este pesado paquete con la ayuda del escritor Aaron Covington y el mismo Sylvester Stallone quien se encargó de la construcción de los personajes. Es el segundo largometraje del director de 29 años y tal parece que fue la elección más adecuada por parte de Metro-Goldwyn-Mayer al darnos una película que no esperábamos, pero que fue una de las más gratas sorpresas de la temporada.
Después de la tragedia acontecida en Rocky IV cuando Ivan Drago asesinó dentro el cuadrilátero en una pelea de exhibición al otrora campeón de los pesados Apollo Creed y que Rocky visitó la Unión Soviética a darle una lección al ruso, no supimos nada de lo que sucedió con la descendencia o la esposa de The Master of Disaster, pero en Creed por fin nos contarán esa parte de la historia.
Adonis Johnson es un niño que se encuentra recluido en un orfanato con apariencia de correccional, él es el fruto de una infidelidad de Apollo, sin embargo el niño no lo sabe, nunca conoció a su padre y su madre falleció. Mary Anne Creed (Phylicia Rashad), viuda de Creed, localiza al niño justo después de que el infante se vio involucrado en una pelea con uno de sus compañeros de la correccional. Mary Anne le confiesa su identidad y la de su padre, quién era realmente, por lo que decide aceptar la oferta de ser educado bajo el techo de los Creed, de su sangre por el lado paterno.
Los años pasan y Adonis (Michael B. Jordan) se convirtió en un hombre de bien, con estudios, con un trabajo estable en donde recién le aumentan el sueldo y lo ascienden, sin embargo, dentro de sus venas se encuentra la sangre de un Creed por lo que los fantasmas de la pelea rondan constantemente su mente y su ímpetu para forjar su propia leyenda. El idilio entre Adonis y el boxeo es tan grande que éste se dedica a boxear en Tijuana, irse un poco a la frontera para ganar más dinero, aunque no lo necesita ya que sigue viviendo con Mary Anne; pero el único hijo del ex campeón es terco y renuncia a su trabajo para dedicarse de tiempo completo al pugilismo.
El gimnasio de su padre le niega la oportunidad de entrenar así que decide irse de Los Ángeles a Filadelfia para encontrarse con un viejo conocido de su progenitor, un viejo Rocky Balboa que está alejado completamente del mundo del boxeo y se dedica a atender su negocio. Adonis Johnson (usa el apellido de su difunta madre porque no quiere ser sombra de su padre) renta un pequeño cuarto y conoce a Bianca (Tessa Thompson), una guapa cantante que utiliza las horas de sueño para ensayar su música. Adonis y Bianca entablarán una relación inesperada.
Johnson busca a Rocky Balboa en todos lados hasta que lo encuentra y lo intenta convencer para que sea entrenado, sin embargo, éste se niega. Adonis tendrá que convencer a Rocky de tener fe en el joven boxeador y poco a poco hacerse de un legado al enfrentarse con púgiles profesionales y más experimentados, no autodidactas como el primogénito de Creed.
Let’s get ready to rumble! Para poder convertirte en un campeón es necesario entrenar desde lo más bajo, desde el principio, sudar cada segundo y que cada dolor de músculos se vea reflejado en el crecimiento del atleta. Adonis aprendió a pelear cuando era niño y con videos de su padre, pero ¿será lo suficientemente bueno como para medirse contra los profesionales? Con un récord de 15-0-0 en el box profesional en Tijuana, el oriundo de California es entrenado por Balboa y consigue su primer enfrentamiento con Leo Sporino (Gabriel Rosado – peleador en la vida real, por cierto–). Sin soltar spoiler y como dato técnico, es la única pelea en la que un round está filmado a una sola toma.
Ryan Coogler se esmeró para las filmación de las escenas de los diferentes combates que observamos, realmente todas las tomas son dinámicas, pero en específico la de Sporino tiene una gran dinámica de movimiento usada con lo que parece ser una Steadycam para conseguir esa realidad que se necesita para disfrutar la pelea como si nosotros fuéramos el referee. Esta toma dura lo mismo que un asalto en la vida real y podemos ver la expresión de los actores interpretando sus roles de manera increíble.
El británico Ricky Conlan (Tony Bellew) con récord de 36-0-0 es el antagonista en esta ocasión, tampoco ahondaré en este personaje para que no caer en el spoiler, pero vaya que es un deleite ver la combinación de trancazos que se avienta con Adonis.
No hay nada más épico en la serie de Rocky que los training montage, el mejor a mi parecer en de la cuarta entrega, y algo de lo que me preguntaba antes de ver esta película era si respetarían la fórmula de las primeras películas en donde nos emocionamos todos con las escenas de entrenamiento. Ese sentimiento de adrenalina que nos transmiten y las ganas de querer salir a la calle en ese momento para hacer ejercicio, boxear, pegarle a la pera o al costal, y una bellísima música de motivación que seguramente muchos las tienen en su playlist para ejercitarse.
En esta ocasión no nos decepcionaron y nos hacen vibrar gracias a la música compuesta por Ludwig Goransson. Un Adonis atascado de energía protagoniza la serie de entrenamientos junto con Balboa, que ya se ve golpeado por la edad, pero no por eso deja de hacernos suspirar con sus grandes hazañas y filosofía de entrenamiento.
Creed es un drama, de los buenos. No por nada Sylvester Stallone está nominado a los Golden Globes como mejor actor de reparto, su actuación en esta nueva cinta es de respeto, un gran sentimiento sale de cada palabra, frase, gesto; el recuerdo de glorias pasadas habita dentro de ese hombre, el recuerdo de los que vimos hace mucho tiempo las películas de Rocky están dentro de él, y lo mejor de todo es que las saca a relucir.
Rocky decide entrenar a Adonis, un joven que no quiere vivir detrás de la sombra de su padre, la más grande sombra en el boxeo de la ficción, pero al aceptar llevarlo por un buen camino, también vienen incluidos esos conceptos de humildad y lucha que tanto caracterizan al Italian Stallion.
El rival más peligroso y el más fuerte es el que ves todos los días frente al espejo, es el único capaz de derribarte de un sólo golpe. Bajo esta premisa, todo el entrenamiento se enfoca en qué tanto estás dispuesto a dar para poder vencerlo, si no estás lo suficientemente comprometido, mejor ni lo intentes. Todo o nada.
La película se centra en eso, es una constante lucha, las problemáticas que afrontan nuestros protagonistas, por más difíciles e imposibles que parezcan, se pueden vencer con la convicción necesaria. Detalle que muchos nos repiten diario, aprendemos de las derrotas y de las caídas, y ésta es otra de esas películas que nos recuerdan el camino que debemos de tomar.
133 minutos dura Creed, no sentí en ningún momento lenta la película ni rápida. Tiene sus dosis de humor propias de la serie; un guión bien trabajado, sí, se parece en contenido a los primeros filmes, pero tiene sus vueltas interesantes y no la hacen una copia exacta de la primera. La pasión de las conferencias de prensa también son buenas, el famoso trash talk se hace presente.
Michael Jordan hace un gran papel como el hijo de Apollo, mucho sentimiento, bien actuado. Quizá Bianca, la novia de Adonis, es un personaje que aunque sí sirve de motivación para el joven púgil, no termina a ser tan trascendente como lo llegó a serlo Adrian. Stallone se avienta un papelazo, su edad no le permite tener escenas de acción, pero ahora es el mentor y nos recuerda mucho lo que vivimos con Mickey en las primeras cintas. Y si son fanáticos del boxeo les agradará saber que Jacob “Stitch” Duran aparece en la película interpretándose a sí mismo.
Cuando veas la película te prometo emociones, nudos en la garganta y un fino fan service colocado en los momentos justos, sin exagerar. Realmente Creed es el regreso de Balboa a la pantalla grande, igual de increíble que las primeras. Me sorprendió y además tiene bonita moraleja.
La película se estrena en cines mexicanos el 29 de enero.