A pesar de ser considerada como un clásico del género de ciencia ficción del siglo anterior, A Wrinkle in Time (Un Viaje en el Tiempo) es una novela poco conocida en nuestra región. Tiene una historia que combina la fantasía con viajes cuánticos y, aunque podría considerarse como una obra infantil, muchos adultos la han disfrutado por décadas. Es por ello que Walt Disney Studios han decidido brindarnos una adaptación al cine, aprovechando que los efectos especiales por fin pueden hacerle justicia a lo que ocurre en la novela. ¿Qué tal está la película? ¿Vale la pena ir a verla? Te lo contamos en nuestra reseña.
Para mencionar un poco sobre el trasfondo de la novela, se publicó en el año 1962 y su autora fue la norteamericana Madeleine L’Engle. Ella tuvo muchos problemas para que alguna casa editorial se animara a publicar su obra, incluso afirma que 26 editoriales la rechazaron. Fue casi por suerte que una amistad le recomendó acudir con uno de los dueños de Farrar, Straus & Giroux, quienes se animaron a publicar su libro. De ahí en adelante, L’Engle publicó otras cuatro novelas que continuaron contando los hechos de los mismos personajes.
La novela tuvo un éxito moderado y se convirtió en una obra de culto entre los fans de la ciencia ficción. A lo largo de las décadas siguientes tuvo varias adaptaciones a diferentes medios de entretenimiento. Desde una novela gráfica, una obra de teatro y hasta una ópera. En cuanto a medios audiovisuales, Disney la adaptó en una película para la televisión en el año 2003. Ahora la vuelven a adaptar a la pantalla grande con una gran producción que costó $100 millones de dólares. De hecho, es el presupuesto más grande que ha tenido una película dirigida por una mujer afroamericana, Ava DuVernay. Así que como podrán ver, es una cinta a la que Disney la considera como una de las más importantes para ellos en el cine durante 2018. Pero ¿es buena la película?
La historia gira en torno a una niña de primaria llamada Meg Murry, quien tiene muchos problemas para relacionarse con las personas en su escuela. Eso se debe, a que su padre desapareció cuatro años antes y se desconoce su paradero. Ella es la hija de dos científicos que estaban a punto de descubrir la forma de viajar por todo el universo usando únicamente su mente. Pero desde la ausencia de su padre, su madre ya no continuó con sus investigaciones.
Meg tiene un hermano adoptado de seis años de edad llamado Charles Wallace, quien es considerado como un genio prodigio. De hecho, todo el tiempo sentirás que él sabe mucho más de lo que ocurre en la historia que la propia protagonista. Meg también es muy inteligente, pero desde que desapareció su padre perdió su interés por la ciencia.
Un día, ellos y un compañero de la escuela, se encuentran con extrañas mujeres que afirman conocer qué ocurrió con su padre. Es así que con una habilidad mental que hacen llamar Teserar (la cual está basada en una teoría científica llamada Teseractos), pueden viajar billones de años luz de distancia en un abrir y cerrar de ojos.
Eso los lleva a visitar planetas extraños y a estar frente a frente con un ser que encarna la maldad pura en el universo. Para ello, Meg deberá demostrar que tiene la suficiente inteligencia para hacerle frente.
A Wrinkle in Time sufre del mismo padecimiento que muchas otras películas que basan su producción en efectos especiales. Me refiero a que el uso excesivo de pantalla verde termina por notarse en pantalla. Es decir, que es evidente que todos los actores están encerrados en un cuarto donde todo lo que vemos es creado por CGI. Eso ocurre un 90% de toda la película. Aunque sí tengo que aclarar, que sus efectos son muy coloridos y vistosos. Si la puedes ver en una pantalla de 3D, será mucho mejor experiencia.
No se puede decir lo mismo con el maquillaje. Los personajes que más lo utilizan, son las tres brujas o magas galácticas que son interpretadas por Oprah Winfrey, Resee Witherspoon y Mindy Kaling. Su maquillaje es extremadamente exagerado y parece que fue realizado por niños. Ocurre de igual forma con sus vestuarios, los cuales tienen la calidad de una obra teatral infantil escolar. No a la altura de una mega producción de Hollywood.
Otro de los grandes problemas de la película, es la actuación de los niños. El trabajar con actores jóvenes me imagino que ha de ser un problema para muchos directores. Los tres niños que participan en la cinta, parecen amateurs. Sobretodo el menor de seis años quien nunca terminas por aceptar su personaje. Siempre tiene diálogos poco creíbles y su actuación nunca cambia. Los otros dos actores son un poco mayores y probablemente tengan un futuro bueno en el cine, pero su trabajo aquí no será bien recordado. Sus actuaciones son las mismas y no muestran expresiones de sorpresa al estar en lugares extraños o fantásticos.
Y por si fuera poco, el ritmo de la película es extraño y confuso. Hay personajes que dejan de participar sin justificación, locaciones en las que no aportan nada en cuanto a la trama y hasta situaciones que pudieron resolverse mucho antes pero dejaron hasta el final. A pesar de ser una película enfocada para un público infantil, les costará trabajo el seguir la trama por lo surrealista que está.
A Wrinkle in Time es una ambiciosa adaptación de la novela del mismo nombre. Un clásico del género de ciencia ficción y de fantasía. La mejor forma de describirla, sería una mezcla infantil entre Interstellar y Alicia en el País de las Maravillas. Quizá estaban considerando comenzar con una nueva saga fantástica en el cine, sin embargo creo que aquí podría quedar en el intento.
A pesar de que tiene algunos efectos especiales muy llamativos y coloridos, la trama, actuaciones y hasta el maquillaje son de mala calidad. Eso nos sorprende para ser una gran producción de Disney.
Si eres fan de la novela o la llegaste a leer, es probable que te guste la adaptación cinematográfica. De lo contrario, la verás como otra película de las llamadas “domingueras” que olvidarás rápidamente.