“El GTS está lleno de subnormales”, responde mi amigo. Yo asiento, estoy de acuerdo. Antes le comento, casi como reclamo, que buscaba en la Global Trade Station (GTS) un Natu con Magic Bounce. No pido demasiado, pienso; es sólo un avecilla psíquica que tengo la no-fortuna de no-tener en mis Friend Safari. “Sí hay Natus, pero piden Lugias y otros legendarios. ¿Por qué piden cosas que no?”, le digo.
Pasan los días sin Pokébank/Pokétransfer y hay algunos pokémon difíciles de conseguir. A pesar de eso, hay quienes recurrimos al GTS cuando los amigos cercanos no tienen los que nos hacen falta para el equipo o el pokédex. Pero el GTS es un caso extraño, extraño como los pokémon que se perdían cuando los intercambiábamos por Missingnos con el cable link. No termino por entenderlo.
Antes de la charla con mi amigo reviso el GTS: personas piden pokémon legendarios con un “por favor =)”. ¿Creen que con eso convencerán a alguien? Los hay más cínicos: “Shiny, por favor”. Seguramente el caso del Natu con Magic Bounce es aislado, o eso quiero pensar. Recuerdo otras peticiones: “Sin apodo”, “Que no sea japonés”. Mientras escribo esto, ya he cambiado un Magmar por un Minccino y un Excadrill por un Petilil. No todo es malo: hay transferencias sensatas.
Y luego, mi amigo me cuenta que cierta noche dejó un Pikachu pidiendo un Articuno y que al despertar un nipón loco había hecho el intercambio. No entiendo nada. “Es cuestión de suerte. Seguro los mismos japoneses lo hacen para darle movimiento al servicio”, especula. Con la última actualización, clonar pokémon es un poco más difícil. Tal vez el japonés sólo quería ayudar. Tal vez sólo coleccionaba Pikachus, pienso.
Hace no tanto, GTS fue una locura: en México nos estábamos alistando para la cena de Navidad cuando en Japón los primeros pokémon de versiones anteriores estaban inmigrando a Kalos. “¡Un tipo ofrece un Feebas!”, exclama la chica de mi grupo. “Si conseguimos un Feebas, podremos controlar el mercado pokémon”, se comenta. No obtuvimos al pez ni en Wonder Trade (aunque sí llegaron Weedles y Luvdiscs); aunque hubo quien sí.
No faltó ver quien pidiera, con su nuevo botín, legendarios por Chikoritas, shinies por Treeckos, pokémon con IVs perfectos por Tepigs. Muchos entrenadores no quisieron esperar: la GTS se llenó de intercambios injustos. Al menos tras las primeras horas de la llegada de Pokébank/Pokétransfer, tener alguna criatura disponible únicamente mediante transferencia le daba a su dueño la capacidad de pedir casi cualquier cosa. No faltó mucho para que sitios y grupos de Facebook pidieran a sus usuarios no dar todo lo que les pidieran. Sí, pedían calma.
Supongo que en GTS todos subnormaleamos un poco. Hace unas semanas dejé a Zygarde pidiendo un Seel. Después de días, abrí el servicio y Zygarde volvió a mí. Es triste. ¿Nadie quiere a Zygarde?, ¿se extinguieron los Seels?
¿Cómo funciona en realidad GT… No. ¿Cómo funcionan los usuarios del GTS?, ¿Por qué, de pronto, piden cosas que difícilmente les intercambiarán?, ¿En qué piensan?, ¿Quieren molestar? Porque hay quien ofrece legendarios por Dittos nivel 1, otros, los más infames, intercambian pokémon mintiendo sobre sus características.
Ayer América recibió los anhelados servicios Pokébank/Pokétransfer. Hago una pausa mientras escribo: busco un Drowzee, piden Celebis a cambio. ¿Por qué les daría un Celebi?, ¿Por qué si es gratis para todos? Ahora pienso que esos Drowzees llevan meses ahí: no están en sus pokébolas, ni en alguna caja… Después de todo, tal vez ellos y muchos otros se quedarán perdidos en los servidores del GTS; es un poco como esos pokémon que nunca volvieron cuando los intercambiábamos por un Missingno.
¿Cómo les ha ido usando el GTS en Pokémon X/Y?