Reseña: Angry Birds Space

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A más de dos años de su lanzamiento, la franquicia de Rovio se ha convertido en un hito para la historia de los videojuegos. Es increíble cómo muchas personas son totalmente indiferentes a su éxito y, a la vez, resulta muy interesante constatar que Angry Birds se vuelve un producto de entretenimiento incomprendido cuando en realidad es un pionero en esta industria y una pauta para modelos de negocio basados en la economía digital. Esta nueva entrega nos sirve para diseccionar las diferentes capas y elementos detrás de este fenómeno y entender plenamente su magnitud.

En vez de hacer una reseña exclusiva de Angry Birds Space, aprovecho este espacio para hacer un análisis de ciertos elementos base de la serie y que, por supuesto, siguen presentes en esta nueva entrega.



Juego, luego existo: una lección de Game Design.

Un principio de cualquier juego (game, not play) es que, al final, el resultado de todas las acciones que uno haga terminarán en un estado cuantificable: ganar o perder. Lo que determinará nuestro éxito o fracaso es qué tanto hayamos sido capaces de cumplir con las reglas establecidas al principio. La clave para crecer en un juego dependerá de nuestra capacidad para aprender y del esfuerzo para desarrollar las habilidades que implique.

Una de las claves del éxito de Angry Birds y de por qué tantas personas lo juegan es sencilla: no necesitas ser más hábil para mejorar. El sistema de progresión está diseñado para que a base de prueba y error cualquier nivel pueda ser superado, y como lo define Jesper Juul, el costo del fracaso (failure cost) es inexistente. En este aspecto es un puzzle muy ingenioso.

Por otro lado, el aprendizaje base para poder disfrutar el juego lo adquieres desde el primer escenario, y aun así, el diseño de niveles está tan bien hecho que siempre encontrarás un reto satisfactorio. Y por si fuera poco, constantemente se agregan nuevos elementos o variantes para mantener fresco el sistema de juego.

De esta manera, cualquier versión de Angry Birds tiene un sublime balance (que aplaudo), convirtiéndose en una máquina perpetua de recompensas justas, un camino repleto de pequeñas satisfacciones, bocadillos de placer. Y es que, ¿a quién no le gusta ganar?

Este es un gran principio de los famosos “juegos sociales” (por cierto, odio esta etiqueta). Sin querer, aquellas personas que juegan estos títulos, de repente son imantadas por esta sensación de estar “logrando algo”, y de una manera sumamente fácil. Hagamos un comparativo un poco tosco: consideren el esfuerzo, habilidad y aprendizaje, que le exige a un jugador un título como Dark Souls, para que obtenga una recompensa, mientras que bastantes juegos sociales de Facebook lo único que principalmente piden son clicks (muchísimos) que cualquier persona puede hacer. La malicia detrás del diseño de estos títulos es que nunca terminan y que mientras el usuario esté adicto a la sensación de estar “ganando algo”, seguirá jugando y jugando y jugando…

Pero hace falta mucho más que un balance elegante para tener un título exitoso.

El High Concept perfecto: ¿por qué están enojados?

En productos de entretenimiento el High Concept es un elemento primordial para tener una aceptación rápida en tu segmento meta y una propagación más allá de éste. Es muy parecido a lo que sucede a nivel mercadotecnia con los slogans y en la comunicación con los memes. Además, en general, el High Concept es el pilar base sobre el que vas a extender y profundizar tu idea.

Angry Birds es un excelente High Concept que contiene todo su significado y representación en tan solo dos palabras. Toda la información semántica del juego es asumida, consumida y digerida en tan solo unos minutos por alguien nuevo al concepto. ¿Por qué están enojados los pájaros? Porque los cerdos – con varias connotaciones diferentes y obvias – les robaron sus huevos. A su vez, este móvil justifica toda la acción del juego: destrozar al enemigo sin piedad, aunque esto signifique sacrificarse a sí mismos ya que no hay otra manera de lograrlo. Un concepto que, si nos detenemos a analizarlo, es brutal y con muchas aristas.

Angry Birds es un juego en el que se busca restablecer un balance (recuperar los huevos), mediante acciones violentas que alteran un orden (estructuras en perfecto estado de los cerdos), con un resultado totalmente caótico y deseado. Es una especie de Ying Yang de acciones, deseos y motivos, comprimido en un videojuego. Una sombra caustica (óptica) de Grand Theft Auto.

De nuevo, algo digno de aplaudir y las cifras de descargas – compras lo dicen todo.

Angry Birds Space: cambiando las leyes.

Angry Birds Seasons fue un instrumento para hacer impactos continuos durante el año y tener actualizaciones justificadas. Angry Birds Rio fue una bestial estrategia de branding y un posicionamiento más claro en segmentos que no estaban siendo alcanzados. Sin embargo, Angry Birds Space puede ser considerada una secuela nata a un concepto que a dos años de haber nacido, parecía estar cayendo en el hastío.

La serie no pudo tomar mejor dirección que con Angry Birds Space. Punto. La dinámica de los juegos está totalmente enfocada a la física, por lo que una sincera evolución en el sistema de mecánicas solamente podría venir al cambiar este elemento central. Todas las asunciones posibles y zonas de confort que hemos tenido en los títulos previos cambian en Angry Birds Space y dan paso, literalmente, a un universo de posibilidades.

El diseño de los pájaros y de los niveles ahora gira en torno (no pun intended) al centro gravitacional de astros en el espacio. Esto es una frescura indiscutible, tanto para el jugador como para el equipo de desarrollo. Un cambio de imagen total que además va de la mano del marketing de la serie.




El producto que hoy en día podemos descargar está claramente escalonado para un alto impacto comercial y mientras lo jugaba casi lo olvido. Fue tal la expectativa, que casi me llevo una desilusión. Y es que por un momento quería aun más. ¿A qué me refiero? Más allá de la renovación del concepto, la cantidad de material que actualmente se encuentra disponible (60 niveles, más otros 30 en algunas versiones), es simplemente una zanahoria para continuas actualizaciones. De igual manera, sólo incluyeron dos pájaros totalmente nuevos: Ice Bird y Lazer Bird.

A fin de cuentas, el juego y su contenido son un medio para servir a una economía digital en la que sin costos marginales lo mejor es tener una distribución escalonada de contenido (pregúntenle a Mojang y Minecraft). Por lo que, espero, que en futuras actualizaciones Rovio se dedique a desarrollar con calidad este fantástico concepto que ya tiene bien posicionado.

Ojalá esos guiños en los niveles secretos de Angry Birds Space, de cierta manera sean un indicador de lo que podemos esperar por parte de los creativos en los meses siguientes.


No logras más de 500 millones de descargas sólo con un juego bien concebido y diseñado.

Angry Birds no debe su éxito a la suerte. Me enfoqué a hablar principalmente de ciertos detalles finos de lo que en realidad es este fabuloso concepto, y claro, también me gustaría abarcar temas de comunicación, mercadotecnia, tecnología y modelos de negocios, que son vitales para que Angry Birds sea lo que hoy es. Posiblemente lo haga en futuro, en una continuación de este texto.

Pero, por último, hay que ver la mera epidermis del producto. Así como sus versiones anteriores, Angry Birds Space, a fin de cuentas, es un título a un precio irrisorio (o gratis), que puedes jugar en el lugar que quieras, cuando quieras y por periodos cortos de tiempo, muy acorde a las limitaciones y necesidades que a veces tiene la vida en nuestra época. Además, está bien diseñado para jugarse en los dispositivos móviles y es totalmente accesible para personas ajenas a los videojuegos. Para algunos, eso es lo necesario, justo e indispensable.

Angry Birds Space – Android Market – Gratis
Angry Birds Space HD – Android – $36 pesos
Angry Birds Space – App Store – $12 pesos
Angry Birds Space HD (iPad) – App Store – $36 pesos