Realizar una Ópera Espacial en el cine no es una labor sencilla. Pocos han tenido éxito y requiere que tanto la historia como el universo de personajes sea atractivo. De la mano del director francés Luc Besson, llega una nueva película de ciencia ficción que pretende convertirse en un éxito sin precedentes. Pero ¿en realidad será lo suficientemente buena para ser un clásico instantáneo? Te lo contamos en esta reseña aprovechando que la película se estrena en Latinoamérica.
Desde hace varios meses comenzó una agresiva campaña publicitaria de la película en todo el mundo. No se trata de una película común y corriente, sino de la producción más cara de la historia de toda Europa con un presupuesto de entre $170-210 millones de dólares.
Además, está basada en un comic francés clásico de ciencia ficción del mismo nombre. Valerian surgió en el año 1967 y ha influenciado estéticamente a numerosas películas internacionales como Avatar, Titan AF, Conan, Guardians of the Galaxy, Firefly y supuestamente incluso hasta Star Wars. A pesar de que George Lucas nunca ha confirmado ello, sí hay varios personajes, mundos y situaciones cuyos fans aseguran que se repiten en las películas de Lucasfilms.
A pesar de que el comic de Valerian fue muy popular en Francia y Europa, no lo fue tanto en este lado del mundo. Eso podría afectar bastante la recepción de la película por parte del público ya que para la mayoría son personajes desconocidos. Pero una muestra de lo importante del comic, es el hecho de que para el director Luc Besson, se trata de la película que quizo hacer toda su vida. Incluso ha llegado a declarar que le debe su carrera cinematográfica a esa motivación por hacer la película.
El universo de Valerian se lleva a cabo en el lejano siglo 28. La humanidad ya ha explorado con libertad el espacio y conviven con diferentes razas alienígenas. La película comienza con una bella secuencia de cómo fue evolucionando la carrera espacial de la Tierra en la que no hay palabras, pero se entiende todo a la perfección resaltando el primer encuentro en el espacio entre las diferentes naciones y luego con seres extraterrestres. La secuencia tiene de fondo la canción de Space Oddity de David Bowie, siendo una de las mejores escenas de toda la película.
Lo que comenzó siendo la Estación Internacional Espacial, se fue ampliando con los años hasta convertirse prácticamente en una ciudad flotante y después hasta ser un pequeño mundo independiente llamado Alpha. Es de ahí que proviene el título de la película ya que la ciudad se convierte en una capital galáctica donde conviven seres de mil planetas.
La trama de la película gira en torno a un agente especial llamado Valerian (Dane DeHaan) y a su compañera Laureline (Cara Delevingne), quienes son encargados de recuperar a un extraño animal que tiene la capacidad de crear unas extrañas perlas que producen gran energía.
Su búsqueda los lleva a viajar a diferentes planetas y a la propia estación Alpha donde interactúan con sus diferentes clases sociales y razas de toda la galaxia. Una de ellas, es un ser que tiene la habilidad de cambiar su forma a placer quien es interpretada por la cantante Rihanna.
La historia en general es tratada de forma muy ligera, quizá para tratar de atraer al mayor número de audiencia posible. Se siente como si fuera una comedia amorosa con toques de acción ambientada en el espacio. Muchas situaciones se ven predecibles, absurdas y poco interesantes. Trata de tener algunos toques de seriedad pero se pierden rápidamente.
Lo que no termina por encuadrar, es la elección de los actores. Valerian pretende ser un experto piloto y agente policiaco, aunque su personalidad es más parecida a la de un pirata espacial. Pero debido a la juventud del actor Dane DeHaan, nunca le llegas a creer que tiene mucha experiencia. Termina dando la impresión de ser un personaje arrogante y al que le falta mucho por aprender.
En cuanto a los personajes secundarios, el usar a una modelo como Cara Delevigne y a una cantante como Rihanna en papeles importantes se nota de inmediato en pantalla. La actuación de ambas es realmente mala. Es una mala decisión de elenco que no tiene sentido, tomando en cuenta el alto presupuesto que se le designó a la película.
Desde los primeros minutos de la película, nos damos cuenta de a dónde se fue gran parte del presupuesto. Visualmente tiene efectos especiales espectaculares, que no le piden nada a las grandes producciones de Hollywood. De lo primero que vemos en pantalla es una raza de seres extraterrestres con aspecto humanoide quienes fueron hechos completamente por CGI. Lucen muy reales y cuesta trabajo creer que no son reales.
Te recomiendo verla en una pantalla en 3D y lo más grande posible. Hay secuencias de acción muy buenas y tienen el toque dinámico que Luc Besson le ha impregnado a sus otras películas como León, El Quinto Elemento y Lucy.
En cuanto al diseño de las naves, los mundos y de los alienígenas, tienen un toque familiar que luce muy bien a cuadro. Si te recuerda un poco al diseño visual de El Quinto Elemento, es porque el propio artista del cómic de Valerian, Jean-Claude Mézières, colaboró en dicha película de los 90.
Valerian: La Ciudad de los Mil Planetas termina por ser una película muy ambiciosa con efectos especiales espectaculares pero con algunas decisiones de producción que no tienen sentido. En específico, mala elección de los actores.
En cuanto a la historia, no se siente como algo fresco o que aporte mucho al género de ciencia ficción. Es cierto que los personajes surgieron antes que muchos que hemos visto en otras películas, pero tampoco lograron hacer que se sientan originales.
Como película de verano, logra su cometido pero está lejos de convertirse en un clásico como El Quinto Elemento del mismo director. Es una lástima por toda su producción y por el material original en el que está basada.