Siempre he sido muy fan de las películas en las que puedes manipular o viajar en el tiempo. Ejemplos hay muchos, pero los más populares son Terminator, Volver al futuro, Looper y entre otras. La capacidad de poder cambiar las cosas y una historia es un concepto que me parece increíble con el que uno puede fantasear. Si esto lo trasladamos a un juego, entonces puede resultar en algo atractivo para muchas más personas. Y eso es lo que intentó Remedy con Quantum Break. Decidió dejar atrás juegos que pudieran ser para un nicho y atacar un mercado más grande.
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Llevamos esperando este juego por mucho tiempo. El estudio de Remedy tiene casi cuatro años desarrollando Quantum Break y ha sido un largo periodo de producción para una de las exclusivas más anticipadas y costosos del Xbox One. Pero si consideramos la trayectoria y trabajo de Remedy, podría ser motivo suficiente para esperar un título muy bueno. Sin embargo, esta será la primera ocasión que veamos al estudio a cargo de un proyecto ambicioso que implica combinar el juego con la serie live action de manera simultánea y como parte de la narrativa. Si el resultado es bueno, Remedy una vez más marcará las bases para una nueva forma de contar historias en los videojuegos. A continuación les cuento mi experiencia con Quantum Break.
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Microsoft buscará hacer de Quantum Break uno de sus títulos más fuertes del próximo año. Para muestra, basta con que conozcamos a dos de los actores que participarán en el proyecto: Dominic Monaghan, de la serie televisiva Lost, y Shawn Ashmore de la película X-men.
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