Hubo una época en la que los juegos inspirados en las licencias de Disney resultaron en obras realmente memorables como algunos clásicos de la época de Capcom, Sega o de Virgin que en consolas como el SNES y el Sega Genesis nos divirtieron al lado de nuestros personajes favoritos con experiencias muy ricas. Mickey Mouse no estuvo exento de tener importantes participaciones en muchos de esos juegos, y por lo general siempre lo recordamos con cariño por sus videojuegos.
En 2010 llegó a la exitosa consola casera de Nintendo, el Wii, una exclusiva inspirada en el ratón más famoso del mundo, con un juego que prometía ponerse a la altura de grandes franquicias de los juegos de aventura, puzzles y plataformas en 3D. El juego estaba en muy buenas manos, el ahora extinto estudio Junction Point se conformó por veteranos de la industria cuyos trabajos fueron sobresalientes en varios géneros de la industria; la cabeza del equipo, Warren Spector, fue siempre un desarrollador creativo y respetado con grandes creaciones como la serie Deus Ex.
Spector habló en muchas ocasiones de las inspiraciones que tuvo para crear su videojuego, mencionando muchas veces a The Legend of Zelda como una de las principales influencias. Junction Point que sería adquirido por Disney Interactive para trabajar en este proyecto contó con un acceso profundo y privilegiado a los archivos de la empresa para darle el mejor tratamiento a este juego que desde su anuncio lucía muy prometedor y buscaba regresar a las grandes glorias de Mickey dentro de los videojuegos con un concepto un poco extraño pero no por ello poco interesante.
En el año 2006 Disney recuperó los derechos de Oswald The Lucky Rabbit que el mismo Walt Disney perdería desde la segunda década del siglo pasado ante quien le distribuía sus dibujos animados para pasar a ser propiedad de Universal. La sorpresa para todos fue que después de casi un siglo de que el conejo afortunado estuviera sumido en el olvido fuera de las manos de Disney se presentaría por primera vez dentro de un videojuego como aparición oficial.
Teniendo todo lo anterior, los fans de Disney nos emocionamos mucho ante una propiedad intelectual completamente nueva que no sólo combinaba a los dos históricos personajes de la empresa, también nos presentaba escenarios obscuros en una versión alterna de Disneyland donde habitaban todos los dibujos animados “olvidados” de la empresa, una completa lección de historia de la animación de Disney y toneladas de referencias y fan service para los fans más entusiastas.
Llegó el día de su estreno, y aunque las impresiones generales eran muy buenas a la hora de probar demos previos a su lanzamiento, el juego no terminó por convencer ni a los fans ni a la prensa; Epic Mickey llegó con una fuerte cantidad de problemas que nos dejaron mucho qué desear, ni hablar de su mediocre secuela que en lugar de mejorar sólo arruinó lo bueno que había dejado el primer juego y terminó por ponerle los clavos de su ataúd a una serie que lucía muy prometedora, mismo que desembocó en la disolución del estudio Junction Point.
Entre lo más criticable del original Epic Mickey estuvo su terrible cámara, una de las peores entre los videojuegos contemporáneos; aunado a ello hubo muchos problemas con los controles que afectaron demasiado la experiencia de juego, decisiones de diseño muy extrañas como jugar una y otra vez los “puentes” en 2D al pasar de una zona a otra del juego, una muy extraña colocación de los elementos que se podían destruir o pintar con la brocha mágica de Mickey, algunos rivales poco inteligentes y repetitivos, misiones confusas, entre otros problemas graves.
Sí, lo aceptamos, Epic Mickey no fue ese juego que nos emocionó en su anuncio que nos mostraba con bombo y platillo el regreso de Oswald a Disney, no fue esa aventura tridimensional a la altura de otras series contemporáneas, no fue ese juego que merecía un personaje como Mickey Mouse. Dejando a un lado todo lo anterior, tampoco podemos tacharlo como un bodrio, hubo cosas que amamos del juego y que hicieron notorio que realmente hubo un gran esfuerzo por parte de Warren Spector y su equipo de realizar el juego definitivo inspirado en el ratón más famoso de Disney; no podemos ser completamente injustos y dejar de aplaudirle un montón de cosas a Epic Mickey que atesoramos las fans de la cultura de Disney y que nos hacen que con todo y sus problemas lo tengamos en un nicho especial entre nuestra librería de juegos.
Recordamos por eso en este artículo cinco puntos esenciales que nos encantaron de Epic Mickey y que desgraciadamente la gente olvidó gracias a los errores de esta aventura que pudo haberse convertido en una gran exclusiva de Wii pero se quedó perdido tal y como le sucedió a muchos de los personajes olvidados que el juego nos recuerda.
Nos resulta sorprendente la manera en que Warren Spector y su equipo trataron a un personaje tan importante como Mickey que por lo general está asociado a cortos animados llenos de diversión y alegría. Lo que vemos en Epic Mickey más bien es al ratón enfrentándose a un pasado de la empresa que no siempre es reconocido, a una obscura y tétrica tierra llena de tristeza y olvido. Tenemos un Disneyland que en lugar de ser “el lugar más feliz de la tierra” se convierte en un espacio lleno de peligros y dibujos animados resentidos por el olvido de la audiencia. ¿En qué momento Disney que es tan cuidadoso con sus personajes permitió que un grupo de desarrolladores de videojuegos abordaran esa historia tan obscura? ¿Ese era el regreso triunfal de Oswald que en realidad estaban planeando?
Como sea, Epic Mickey se convirtió en una realidad, y cuando recorrimos esa versión retorcida de Disneyland de Oswald y los demás dibujos animados olvidados nos agradó ver lo obscuro que todo puede ser; lo aterrador que puede ser un lugar lleno de felicidad con un giro completo a las situaciones. No se trata de que seamos masoquistas y queramos ver destruido un lugar que tanto nos gusta a los fans de Disney, pero esa aproximación tan bizarra también puede llegar a ser fascinante.
Epic Mickey definitivamente aborda a su protagonista y a muchos otros temas de Disney de una manera en que raras veces lo suele hacer la empresa, un concepto que si se hubiera tratado de forma mucho más fina en su diseño como videojuego hubiera trascendido los medios y se hubiera convertido en algo realmente trascendental para la marca, una aproximación única a su historia en un medio que va mucho más allá de los cortometrajes o las películas.
Amamos el estilo artístico de Epic Mickey lleno de obscuridad pero con los contrastes derivados de todo el encanto de sus personajes. Amamos sus bromas, su historia y ese viaje tan bizarro al olvidado lugar donde se quedó olvidado Oswald por casi un siglo que se volvió un concepto sumamente interesante.
Gráficamente el juego no es la gran maravilla considerando que llegó en exclusiva a la consola “más limitada” del momento, aún así no todo son gráficos realistas o resoluciones para poder hablar de un buen juego en su apartado visual.
Las animaciones de Epic Mickey son de lo mejor que le pasó al juego y es un trabajo que debemos reconocerle con aplausos de pie a Junction Point. El equipo se puso a estudiar detalladamente cientos de cortos animados de toda la historia de Disney para abstraer cada uno de los movimientos del 2D a un juego que se nos presentó en 3D.
Dicho lo anterior, tenemos un Mickey que se mueve tal y como lo recordamos en los cortos que tanto recordamos y amamos, sus movimientos son completamente diferentes al correr o caminar despacio de forma sigilosa, sus expresiones al quedarse quieto por varios segundos son dosis muy fuertes de fan service para los que nos declaramos fans del ratón. Hablar de Oswald también es cosa seria, sus animaciones llenas de las bromas clásicas de principios del siglo pasado, y su disgusto por Mickey a quien le hace gestos y le muestra la lengua al no ser visto.
Mención especial también merecen todos los elementos animados que vimos los “puentes” entre varias regiones del mapa, mismos que se nos presentaron a través de pequeños niveles en dos dimensiones que recrearon a la perfección algunos de los cortometrajes más representativos de la historia de Mickey. Que nos hayan hecho jugarlos muchas veces de forma innecesaria como problema de diseño del juego es otra cuestión, pero debemos reconocer lo bien que fueron adaptadas todas esas ideas de sus formatos originales para concentrarse en un videojuego.
Resumiendo todo lo anterior, Epic Mickey cumple como una muy buena manera de ver todos esos clásicos animados en un entorno tridimensional.
La historia que nos presentó Epic Mickey no es la mejor que se nos haya contado en torno a este importante personaje, pero fue lo suficientemente buena para mantenernos entretenidos de principio a fin del juego con todo y las incomodidades de sus controles y sus problemas de diseño. Sin lugar a dudas algo que ayudó de forma muy positiva a esta aventura del ratón de Disney fue el sistema de karma que muchas veces sí nos detuvo a pensar qué era lo que deberíamos hacer ante distintas situaciones.
¿Ayudar ese mundo que Mickey arruinó por sus curiosas imprudencias o destruirlo? Esa fue siempre la pregunta en cada momento del juego que se nos presentaba incluso en la mecánica de pintar o disolver elementos con la brocha mágica. Ese toque impredecible que le dio el sistema de karma al juego hubiera sido mucho más alabado si el juego hubiera terminado por funcionar de forma adecuada en todos sentidos.
Recuerdo también haberme divertido con muchos de los jefes a los que me enfrenté a lo largo de la campaña, además de pasar mucho tiempo recolectando todos los coleccionables. Lo anterior sumado al sistema de bocetos se convirtieron en aciertos en cuanto al diseño del gameplay que nos recuerdan que no todo está perdido en Epic Mickey y que si bien no fue lo que nos prometieron inicialmente se queda como un juego interesante.
Gran parte de la historia de Mickey y Oswald en esta obscura aventura se nos contó mediante cutscenes que nos mostró a los personajes de manera muy distinta a como los vimos en el juego. Warren Spector se declaró fan del estilo artístico de Mary Blair –influyente artista detrás de obras de Disney como Alice in Wonderland, Peter Pan y hasta atracciones como It’s a Small World– por lo que se le encargó al estudio de animación externo, Powerhouse Animation, que realizaran todas estas cutscenes a manera de storyboards con un toque artístico fuertemente cargado del trabajo de dicha artista.
El resultado fue muy bueno.
Epic Mickey es un verdadero museo de referencias a la historia de Mickey Mouse y de Disney y no negamos que es precisamente todo ese fan service uno de los puntos más fuertes del juego que nos conquistó a los fans. Entre toda la “basura” que encontramos en puntos como Mickeyjunk Mountain de Wasteland tenemos desde cartuchos clásicos con juegos del ratón hasta artículos de colección de hace más de cuatro o cinco décadas que al verlos inmediatamente hicieron un flashback en nuestra memoria.
Personajes ocultos, diálogos que hacen referencia a películas, atracciones y otros productos provocan que la atención de los fans más entusiastas no se pierda cada detalle del juego donde seguramente seguirá encontrando una y otra sorpresa.
Todas estas referencias no son tan digeribles ni sencillas, algunas realmente son muy avanzadas y no son percibidas por cualquiera; en general se nota que Warren Spector y su equipo fueron capaces de mezclar de forma muy inteligente una serie de gustos personales de verdaderos fans de Disney con toda una profunda investigación tanto en los archivos de Disney como en sus parques.
Nos hubiera encantado que Epic Mickey hubiera funcionado en todos sus elementos, pero el hecho de que tuvo errores no quiere decir que sea un completo fracaso, hay quienes valoramos sus aciertos y sin negar que le faltó mucho para convertirse en lo que nos prometieron, lo conservamos en nuestra colección con mucho cariño.
¿Qué fue lo que más les gustó a ustedes de Epic Mickey?
No se pierdan nuestro #AtomixLastGen para recordarlo con nosotros.