Rare: 40 años divididos entre la gloria y el olvido

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    La mítica Rare ha cumplido cuatro décadas que resumen una travesía única en la industria de los videojuegos desde la genialidad creativa que redefinió géneros, hasta una etapa de institucionalización que dejó a muchos gamers preguntándose qué queda del estudio que alguna vez fue sinónimo de riesgo y magia.

    Rare nació en 1985, fundada por los hermanos Tim y Chris Stamper en Reino Unido. Su talento técnico pronto llamó la atención de Nintendo, convirtiéndose en uno de los pocos estudios occidentales que logró impresionar a la gran N. Durante los años 90, Rare fue pieza clave en la identidad de Super Nintendo y Nintendo 64, con títulos que marcaron época y redefinieron estándares visuales y jugables.

    La relación con Nintendo fue tan estrecha que Rare parecía una extensión creativa de Kioto, sin embargo, en 2002 Microsoft adquirió el estudio por 375 millones de dólares, buscando inyectar innovación a su ecosistema Xbox. El cambio de dueño marcó el inicio de una nueva etapa pero sobre todo, de múltiples desafíos.

    El equipo en cuestión no sólo creó juegos sino que estableció la bandera muy alta, destacando productos legendarios como Donkey Kong Country (1994), que revolucionó los gráficos en consolas con su técnica de prerenderizado; GoldenEye 007 (1997) que redefinió los shooters en primera persona; mientras que Banjo-Kazooie (1998) y Perfect Dark (2000), elevaron el diseño de plataformas y acción.

    En paralelo, Conker’s Bad Fur Day (2001), rompió los esquemas con humor adulto y sátira irreverente. Por otro lado, Blast Corps, Killer Instinct y Jet Force Gemini también dejaron huella, cada uno con identidad propia y legado duradero, sin olvidarse de otras grandiosas producciones en las décadas de los ochenta.

    Tras la compra por parte de Microsoft, Rare enfrentó una etapa de desconexión con su audiencia. Juegos como Grabbed by the Ghoulies, Kameo y Perfect Dark Zero no lograron el impacto esperado. El golpe más duro llegó con Banjo-Kazooie: Nuts & Bolts, que transformó una esperada secuela en un experimento de construcción que confundió a los fans.

    La salida de los fundadores Stamper en 2007 marcó un punto de no retorno. Rare pasó de ser un estudio de ideas propias a uno funcional, centrado en proyectos como Kinect Sports. Durante más de una década, no hubo nuevas propiedades intelectuales memorables ni sagas que resonaran.

    En su 40 aniversario, Rare no presentó nuevos juegos ni resurrecciones de franquicias. Lo más destacado fue un control conmemorativo a cargo de la empresa 8BitDo y cosméticos para Sea of Thieves, experiencia bajo servicio que ha sabido mantenerse en el ánimo de los consumidores durante muchos años.

    Lamentablemente, el futuro inmediato de Rare es incierto, toda vez que Everwild fue cancelado recientemente y Perfect Dark que originalmente había sido trasladado a otro estudio corrió con la misma suerte, sin olvidarse que las licencias de Banjo-Kazooie y Conker únicamente sobreviven en memes y cameos. El tiempo dirá si el espíritu creativo regresará o el camino a la extinción seguirá agudizándose.

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    José Celorio
    José Celorio