Pero, ¿por qué el título no lleva el nombre de Gokú o alguna otra figura masculina de la historia? Porque esta vez les hablaré sobre otro protagonista de la serie, aquél personaje que lleva la crónica de estas fabulas y que la mayoría conocemos como Bulma.
LEER +Por Kyusagi (@ConejoVampiro) Se dice que todas las criaturas monstruosas que habitan en la fantasía tienen algún reflejo del ser humano. Uno de los temas que más han fascinado a la humanidad a lo largo de toda su historia es la posibilidad de la vida eterna: tiempo para leer, aprender y viajar todo lo posible y, sobre todo, huir de la muerte. Desgraciadamente, esto aún no es posible para la vida humana, por lo que esta inquietud encuentra un escape en la figura del vampiro.
LEER +Los videojuegos son experiencias que sólo comprendemos en su totalidad cuando es uno el que las está viviendo. Es por eso que a veces resulta tan difícil explicarle a una persona ajena por qué son tan adictivas o emotivas estas obras interactivas. Un ejemplo clarísimo es Minecraft; nada más aquellos que se han adentrado lo suficiente en su cúbico mundo lo entienden cabalmente. Para mi infortunio, la creación de Notch nunca me atrapó más que un par de horas y me fue imposible escalar a esa meseta mágica que muchos afortunados sí han encontrado. Sin embargo, Terraria, juego que está inspirado en la susodicha producción, me permitió llegar a este santuario de destrucción y creación, liberando mi desasosiego creativo. Pasen por favor a esta reseña indie: Terraria – Desasosiego Creativo.
LEER +Cuando Dédalo construyó el Laberinto, ignoraba que el destino, fijo como hierro, lo prefiguraba prisionero de Creta y del Minotauro. Cuando el divino azar lo alcanzó, él y su hijo desvelaron las frías losas de su celda con la cera y las plumas de dos extraños artefactos. Escaparon, como hombres alados, hasta que la juguetona ingenuidad de Ícaro (o, tal vez, la moira) despertaron en él el deseo de volar hacia el Sol. Así como la traslúcida gota de cera de una vela se hunde —fría ya— en el agua, Dédalo se sumergió en el océano. Vestidos para la ocasión, varios hombres importantes se reúnen en el teatro. La sucia tarea de cortar el cadáver y prepararlo es deber de otra persona, no del doctor Tulp. Con un ejemplar del De humani corporis fabrica, el sabio explica a los asistentes los complejos tejidos que conforman un brazo. Una sombra cubre el rostro del hombre diseccionado, un recurso de Rembrandt para señalar a la muerte. Todos los actores de la escena cumplen, sin saberlo, un destino similar al de Ícaro. Deus Ex es la articulación que une estas dos ideas. Les invito a leer la reseña para saber por qué.
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