Quien fuera el CEO de Unity ha abandonado la compañía con efecto inmediato luego de que impulsara medidas de cobro hostiles para los desarrolladores que utilizan esta herramienta de programación, tendientes a recaudar dinero por cada descarga que se realizara de un título en específico.
Los estudios independientes que sustentan su trabajo mediante la citada plataforma, expresaron mediáticamente su descontento e incluso, amagaron con retirar sus productos de las tiendas digitales como medida de protesta ante una decisión comercial tan poco amigable.
Pese a lo anterior, Unity tuvo que recular y reformular sus políticas de recaudación bajo un esquema menos agresivo para salvar su imagen, además de poner punto final a la relación laboral que mantuvo con John Riccitiello a lo largo de una década donde la empresa creció de manera considerable.
Riccitiello ha sido un exitoso hombre de negocios a lo largo de su carrera profesional, sin embargo, se ha visto envuelto en diversos escándalos al anteponer una feroz ambición comercial que si bien ha rendido frutos en los retornos de inversión para los accionistas, jamás ha logrado empatizar con los consumidores.
Aunado a toda la controversia, a mediados de 2022, el ejecutivo insultó a los creadores de los juegos de video, tildándolos de estúpidos si no hacían énfasis en la monetización. Las críticas no fueron suficientes para que John Riccitiello rectificara y únicamente publicó un escueto mensaje en redes sociales disfrazado de disculpa.
Lo más controversial de esta problemática, es que antes de que se detonaran las protestas por parte de los equipos creativos, el señor Riccitiello vendió 50 mil acciones que poseía de Unity, generando especulación de que las pudiera recomprar a un precio inferior en el mediano plazo.
John Riccitiello también se desempeñó como el máximo responsable de Electronic Arts, donde tuvo el descaro de querer cobrar a los gamers por cada recarga que hicieran con las armas en Battlefield 3, además de ser el artífice de haber concebido las tarjetas coleccionables del Ultimate Team de la saga FIFA, hoy renombrada como EA FC.
Sin duda alguna, el paso de Riccitiello por la industria del entretenimiento ha servido para instaurar los cimientos tanto de las micro transacciones como de la venta de contenidos descargables, y aunque han permitido a los grandes corporativos obtener ganancias millonarias en este apartado, siempre persistirán las técnicas cuestionables para hacerlo y que desafortunadamente se han convertido en un estándar.
