Me pregunto si Rockstar Games podría hacer un mejor Alan Wake que Remedy Entertainment, de la misma manera que está haciendo un mejor Max Payne.
Rockstar publicó Max Payne en consolas caseras y, de alguna manera, en esa época era el juego más Rockstar que desarrollaba un third-party. Era un título que en sus entrañas definía muchísimos de los tonos que podemos encontrar en sus juegos actuales.
La excelente presentación Neo-Noir de la historia era complementada perfectamente por mecánicas que parecían haber salido de una película de John-Woo.
El primer Max Payne introducía el bullet-time a los videojuegos y, de alguna manera, era un mejor juego de The Matrix que los juegos de The Matrix. Acompañados del uso de monólogos internos y una excelente presentación de novela gráfica Neo-Noir, pudimos visitar dos mundos: uno real como el que supuestamente vivimos y otro dentro de la cabeza de Max. Si recordamos los shooters de la época, esto era bastante inusual.
La ambición de Remedy al crear un personaje que no fuera plano y que hiciera contraste con los otros títulos del género dio como resultado un shooter en tercera persona súper-stylish y, al mismo tiempo, una oscura (y macabra) historia que nos presentaban a un ser humano tocando fondo.
Max Payne 3 es fiel a esas bases. El reto es crear un shooter que mantenga ese mismo feeling de “somos Rockstar Games y hacemos las cosas de maneras distintas (a las tradicionales) reflejando en todo momento el mundo en el que vivimos” y que también intente ser el shooter en tercera persona más sofisticado, detallado y cinemático en el mercado. No es una tarea fácil crear un shooter que sobresalga en el 2012.
Max Payne 3 es un experimento extraño para Rockstar Games. Utilizando todo el conocimiento que han adquirido en crear los mejores mundos abiertos que hemos visto en un videojuego, han trabajado en crear escenarios más pequeños con un enfoque en el detalle.
Obviamente, también están experimentando por crear un mundo que sea un placer destruir. Es un placer ver el RAGE engine enfocado en un shooter en tercera persona. Cada explosión y cada partícula volando en nuestras pantallas en cámara-lenta pinta un bello y destructivo lienzo en la sala de nuestra casa.
A estas alturas del engine, Rockstar Games sabe perfectamente como utilizar RAGE. La animación, el motion-capture y el uso de Euphoria dan como resultado el que parece ser el mejor Max Payne de la serie y uno de los títulos que deberías estar muriendo por jugar en 2012.
Max Payne 3 lo desarrolla Rockstar Studios, que básicamente es el nombre que le pusieron a una colaboración entre Rockstar Toronto (The Warriors), Rockstar Leeds (Grand Theft Auto: Liberty City Stories), Rockstar London (Manhunt 2) y Rockstar New England (Bully: Scholarship Edition). De hecho, la mayoría de juegos desarrollados por Rockstar Games mantiene estas colaboraciones entre estudios, pero es en Max Payne 3 donde ésta ha sido una estrategia fundamental desde el primer día de su desarrollo.
Max Payne 3 comienza varios años después de Max Payne 2. Max es más viejo y sus traumas de los hechos en los primeros dos títulos de la serie, basicamente siguen ahí. Como fan service debo mencionar que Max sigue siendo un alcoholico con una fuerte adicción a los pain-killers. Los fans seguramente sabrán que estas pastillas son el equivalente a los corazoncitos de Link.
Max ya no es un policía; cumpliendo al cliché de un ex-policía, Max se dedica a ser un “guarura” (en el demo que mostraron) de una familia rica en São Paulo, Brasil. No pasa mucho tiempo para que Max se dé cuenta de que São Paulo es una ciudad igual que la que acaba de dejar.
Aunque el look de Max cambio entre el primer y segundo juego, la voz siempre fue James McCaffrey. Para el tercero título esto no será la excepción; sin embargo, McCaffrey en esta ocasión también está haciendo parte el motion-capture y básicamente Max Payne tiene el look general del actor.
Para sorpresa de muchos (incluyéndome) Max Payne 3 será el primer título de la serie en tener multijugador, el cual acaba de ser mostrado la semana pasada. De cualquier manera, no me enfocaré en este aspecto del juego, ya que lo que a mí me mostraron fue 100% modo de un jugador.
El demo comenzó en Nueva York, en donde Max está frecuentando a su viejo amigo, Raul Passos, quien poco a poco le está presentando la oportunidad de ir a proteger a la familia en Brasil. Escape lógico, pues Max acaba de matar a un mafioso en Nueva York.
La presentación gráfica es espectacular. Me fascina la manera en que todos los personajes en los juegos de Rockstar Games se sienten reales. A menudo nos encontramos con personajes exagerados/smartasses/caricaturezcos en un videojuego, pero en Max Payne 3 todos los personajes (incluyendo NPCs) parecen humanos, con todo lo bueno y malo que esto implica.
El detalle del departamento de Max es spot-on. Es lo más preciso a lo que puedes pensar de un expolicía que tocó fondo hace ocho años o por lo menos. Es lo que la TV, el cine y demás nos ha enseñado: botellas, basura y un desorden son el escenario de mis primeros momentos en Max Payne 3.
La acción no se hace esperar y un nuevo sistema de cobertura se hace presente. También aparece el bullet-time, que se siente como el que tiene Red Dead Redemption, pero acompañado de destrucción que envuelve nuestra rotante cámara. Realmente es impresionarte ver cómo disparas a travéz de paredes y cómo las balas destruyen vidrio, madera y todo lo que se encuentren a su paso en cámara lenta. Cada disparo está acompañado de fantástico audio y se siente precisamente como disparar un arma. Como fan service (de los juegos pasados), sabemos que (en algunas ocasiones) la última bala que atraviesa al último enemigo (de esa oleada) lo hace de la manera más épica posible.
La animación es espectacular. Ver a Max correr en tu pantalla no es como si tuvieras a un rag doll corriendo. Cada paso se siente real, cada cambio de dirección tiene los movimientos adecuados de un humano. La aventadita clásica de Max Payne está de regreso y más épica que nunca. En ocasiones, Max se quedará en el suelo disparando, en lugar de tratar desesperadamente de levantarse.
Las balas que te disparen se verán reflejadas en tu vestimenta y, aunque no es “real” tener cinco agujeros ensangrentados en una camisa blanca interior, el efecto ayuda a darte noción del desgaste de tu personaje.
Max Payne 3 parece un título que engloba todo lo que Rockstar Games ha aprendido en cuanto a mecánicas de un shooter en su historia. Max Payne no es un superhéroe y, aunque sí hace cosas imposibles (como colgarse en cámara lenta de un gancho mientras dispara a un grupo de enemigos con una sola mano), siempre está presente ese “realismo” que le da tensión y reto al mismo tiempo.
En uno de los pasillos de los departamentos, Max encuentra a un hobo kamikaze, que de principio parece un loco autodestructivo. Pero, si tienes la curiosidad suficiente, podrás entrar a su “guarida”, donde encontrarás un pequeño background de la razón de su repentina acción. Momentos como éste no son completamente obvios para quien lo juega; sin una palabra describen toda la vida de una persona en un cuarto opcional. Detalles como éste aparecen por todos lados en Max Payne. No olvidemos que la serie siempre ha retratado un hiperrealismo que en ocasiones pareciera llegar al humor negro. Lo bizarro de Max Payne es lo que realmente lo hace distinto a todos los demás juegos del género.
Más tarde estabamos en Brasil, donde básicamente se trata de ICO en un third-person-shooter. Tu protegida no es inútil y, al igual que Max Payne, está peleando por su vida a como se le presenta la situación. Las escenas pregrabadas tienen un toque ochentero acompañado de una pizca de TMZ. Es una manera muy fresca de presentarnos qué está pensando Max y, a su vez, le da un estilo muy particular al juego.
La mayoría de personajes (incluyendo a los enemigos) hablan portugués que no está subtitulado. Lo anterior produce un momento mágico para todos aquellos que no hablen el idioma. Hay algo especial en ignorar lo que están hablando y tratar de armarnos nuestra propia idea con los tonos de quien lo está hablando. Aunque confieso que es fácil adivinar el significado de algunas de sus palabras; después de todo, el portugués no es tan distinto del español.
En la tarea de proteger a esta familia me encontré en un moderno eficio compuesto mayormente por vidrio. Algo me decía que en pocos momentos estaría destruyéndolo y así fue. El demo que me mostraron tenía la mejor escena en llamas que he visto en mi vida. Aventarte hacía atras en unas escaleras mientras dispara hacia el frente en un escenario que se está incendiando y cayendo en pedazos en cámara lenta es algo que cualquier fan del género tiene que ver.
Finalmente, puedo decir que Max Payne 3 es definitivamente un juego de Rockstar Games. Tiene los altos estándares que son característica de ellos. La simple idea de un shooter publicado en 2012 por ellos debería de ser razón suficiente para despertar el interes de cualquier jugador. Espera la reseña del juego completo en marzo de 2012.