Preview – Diablo III: Reaper of Souls

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Una experiencia que logra transportarnos a esa primera vez que jugamos Diablo, sin cuestionarle o medirle.

Con la colaboración de Felix Pérez

Entre cientos de cadáveres que has masacrado en las últimas horas, una luz cegadora entra por la ventana: el astro del día se quita el antifaz, sales del trance y te percatas de que no has dormido. Por años repetimos esa escena con Diablo II.

Hace un año, deseábamos revivir aquellas lunadas con la esperada secuela Diablo III. Desafortunadamente, la nueva entrega dejó un mal sabor de boca gracias a su carente contenido final y, sobre todo, a la pésima implementación de la Auction House. Ahora Blizzard intenta que recuperemos la fe en el Señor del Terror con su nueva expansión, Diablo III: Reaper of Souls. Al principio muchos fuimos escépticos, pero ahora que pudimos jugar la versión beta privada, podemos decirles que van por muy buen camino. Ésta es prácticamente igual a la que será la versión final, faltándole únicamente la última batalla.

 

Crusader

Esta expansión nos permite jugar con una nueva clase: el Crusader. Es un guerrero que combate cuerpo a cuerpo con habilidades de rango medio y utiliza ira para ejecutarlas. Se caracteriza por usar escudos y básicamente es un homenaje al Paladín de Diablo II. Dentro de la campaña descubriremos el origen de la Orden de los Crusaders, y la diferencia entre éstos y los Paladines.

El Crusader es muy poderoso y versátil: puede pasar de absorber mucho daño a ser la fuente de dolor de muchos monstruos. Para ello, regresan habilidades como la clásica Blessed Hammer, utilizada en el build Hammerdin en Diablo II,  pero de forma más compleja gracias a un sistema de runas que brinda variaciones interesantes. Smite ahora se llama Shield Bash, Fist of Heaven conserva su nombre original, y las inolvidables auras se convierten en laws. El Crusader tiene un diseño gótico y oscuro que seguramente será del agrado del estilo estético de Diablo II.

 

Modos de Juego

Como es de esperarse, la nueva campaña de la expansión nos trae un acto nuevo y es grato informarles que es más oscuro que los cuatro actos de Diablo III. Su temática  principal es la muerte, siendo el antagonista Malthael, ex Arcángel de la Sabiduría, quien roba la Black Soulstone con la intención de terminar el Conflicto Eterno (la guerra entre el Cielo e Infierno) mediante la destrucción de la humanidad.

Tú, el jugador, interpretas a un guerrero Nephalem, cuyo objetivo es recuperar la piedra y detener a Malthael. El área principal en este nuevo acto es la ciudad de Westmarch, cuyos pasadizos cerrados y arquitectura recuerdan mucho la atmósfera del primer Diablo. En longitud, este acto es parecido al segundo acto de Diablo III, por lo que disfrutaremos un buen rato de nuevas locaciones e historia.

Adicionalmente, se introduce el Adventure Mode. Este modo es básicamente un sandbox en el cual los jugadores son libres de explorar todos los actos sin tener que salir de la partida y sin tener que revivir la historia cada vez que comienzan una nueva. Además, este modo tiene bounties, las cuales son misiones que –si decides completar– te darán recompensas importantes. Este nuevo concepto es interesante pero por el momento existen muy pocos, y son de la clásica vertiente de “ve y mata a 40 monstruos” o “mata a cierto jefe”. Es un típico mal que se repite desde World of Warcraft y que llora por mayor creatividad en su diseño.

El llamado Endgame introduce los Nephalem Rifts, calabozos generados aleatoriamente donde debes destruir una cierta cantidad de monstruos para invocar a su jefe. Al principio, me pareció indiferente este concepto porque hay calabozos de sobra en todos los actos. Pero lo que los hace realmente únicos es esta generación aleatoria extrema, ya que no verás en ningún otro lugar del juego un calabozo similar a éstos. El sistema genera los calabozos tomando pisos, paredes o monstruos distintos de todo el juego, y esto refresca la experiencia ya que nunca sabes qué combinación tendrás que enfrentar.

 

Paragon System

La customización —o falta de ella— fue una de las quejas principales de Diablo III, y la respuesta de Blizzard es el nuevo Paragon System, el cual funciona básicamente como lo hacía el sistema de estadísticas en los juegos anteriores. Al llegar a nivel 70 (que es el nuevo límite), tu personaje comienza a ganar niveles Paragon, los cuales se traducen en stat points que puedes utilizar para mejorar varias características de tu personaje: core, attack, defense y utility.

Se siente la necesidad de ajustar este sistema ya que al manejar números tan grandes por el momento es difícil percibir una diferencia cuando utilizas tus puntos. Pareciera que Blizzard desea un enfoque similar al de World of Warcraft: tendrás que especializar a tu personaje en solo un rubro para que se note considerablemente la diferencia.

 

Loot 2.0

Blizzard ha reinventado el sistema de colección y distribución de ítmes. Aún es difícil juzgarlo por el poco tiempo que lleva el beta, pero de entrada los cambios se sienten excelentes. La cantidad de ítems inservibles se ha reducido drásticamente, y ahora sucede con más frecuencia que encuentres ítems legendarios. Vale mencionar que éstos ahora pueden aparecer en cualquier nivel y que le está añadiendo efectos muy diversos para brindar más variedad a la experiencia, cosa que definitivamente no pasó en Diablo III.

 

Conclusión

Reaper of Souls es una excelente expansión que está enfocada en solucionar varios  detalles del lanzamiento del juego original. Es alentador ver que Blizzard reconoce sus errores al esforzarse por hacer de Diablo III el mejor juego que pueda ser.

Aún en estado beta, Reaper of Souls ya es un mejor juego que la versión original. No me cabe duda de que cuando salga el año entrante será aún mejor.

Blizzard está escuchando a la comunidad y está creando una experiencia que logra transportarnos a esa primera vez que jugamos Diablo, sin cuestionarle o medirle. Ahora podemos volver a ese viaje interminable con el cual compartimos el placer de romper muchas piñatas llamadas monstruos, para que recorramos sus espacios, pasemos años recolectando dulces y generemos lazos con nuestros amigos.

Ésa es la esencia de Diablo. No teman, recuperen la fe. Pronto regresará el Señor.