Según Mizuguchi, los juegos no son arte (todavía)

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Es un poco más complicado que eso. Para entender esa afirmación, es necesario saber primero quién es Mizuguchi y la perspectiva desde la que se aproxima a los videojuegos. Éntrenle a la discusión en la nota completa.

Estamos hablando de un hombre que en su primera entrevista con SEGA dijo “yo no quiero hacer juegos, quiero hacer el entretenimiento del futuro.” ¿Quién es Tetsuya Mizuguchi? Espero les suenen nombres como Sega Rally Championship, Space Channel 5, Lumines o Rez, pues él fue su creador. Y espero que hayan visto la galería del alucinante Child of Eden, pues así de darán una idea del tipo de juegos que le gusta hacer a este hombre.

El concepto de sinestesia (el concurso de varios sentidos para crear un efecto particular) es muy importante para entender su trabajo. Si consideramos que la única experiencia tangible que produce un videojuego ocurre dentro de la mente de cada individuo, ¿cómo diferenciamos eso del efecto que produce una película? Ése es el argumento de Mizuguchi para decir que todavía no hay un criterio claro para diferenciar los videojuegos de otras formas de expresión. Por eso va tan lejos como para afirmar que los videojuegos no son arte, todavía. Y tiene razón: ¿cómo es posible delimitar el alcance o esbozar una definición de un medio cuyos mecanismos desconocemos? A medida que avance la teoría del diseño de juegos, será posible comprenderlos mejor y situarlos al lado de las grandes obras maestras de la humanidad (no a todos, sólo a los buenos juegos…)

A pesar de esto, creo que hay algo en el arte que lo hace incomprensible, un elemento irracional que quizá sea la verdadera esencia de la experiencia estética. Una revelación que nunca se produce (como diría Borges), un elemento inasible que desafía nuestro lado racional. Eso que sienten al ver por primera vez un coloso en Shadow of the Colossus o a la luna asesina de Majora’s Mask. Es por eso que Mizuguchi experimenta con sonido, música, gráficos y mecánicas de juego para crear experiencias parecidas. Eso indefinible podría ser justamente la sinestesia tan particular que produce esos momentos.

Fuente: IGN.