Esta semana se estrenó un nuevo Shadow of The Beast como parte de las exclusivas de PlayStation, juegos que podríamos considerar como “de bajo perfil” para la marca pero que de una manera u otra siguen enriqueciendo un catálogo que cuenta con opciones para todos los gustos y también en un rango extenso de precios. Para nada este título se encuentra entre las apuestas fuertes de la marca, es más, quizá ni siquiera llegue a brillar entre los juegos pequeños de PlayStation donde tenemos fuertes exponentes recientes como el interesante Alienation de Housemarque pero estamos seguros que hay un nicho de jugadores que están emocionados por su llegada.

En el año de 1989 el extinto estudio/publisher Psygnosis –cuyos últimos días lo conocimos como Studio Liverpool de PlayStation creadores del magnífico Wipeout– le apostaba a lo grande, y entre su catálogo tuvo uno de los juegos más influyentes de la época. El original Shadow of The Beast desarrollado por Reflections y publicado por Psygnosis en Amiga era algo que para su época parecía haber llegado del futuro, un juego en una plataforma casera que técnicamente rebasaba a sus semejantes tratando de  alcanzar a las superiores arcades.

Bellos paisajes en un juego con múltiples capas, un estilo muy peculiar en su arte, sorprendente música y otras maravillas técnicas provocaron que fuera recordado con cariño como un juego con positivos aportes a los juegos de plataformas caseras a finales de la década de los años ochenta. Todo coronado con una portada del reconocido artista Roger Dean –a quien quizá ubiquen más por portadas de discos de bandas como Yes y Asia o por el diseño del logo de Psygnosis– encajaba perfecto en un juego que combinaba de forma muy acertada la ciencia ficción y la fantasía.

Fue el estudio Heavy Spectrum con el apoyo de Sony Interactive Entertainment quien pensó en hacer un tributo al clásico de Amiga con un juego que bajo el mismo nombre se inspira en muchos de los elementos del juego original para crear una nueva experiencia adaptada a las capacidades del nuevo hardware y a nuevas formas de jugar respetando el juego como un side-scroller con elementos de platformer y beat’em up.

¿Está a la altura este título de su legendario antecesor? Vamos a averiguarlo en esta reseña.

Siguiendo los pasos de la bestia…

El argumento de este reboot es el mismo del juego original, tomamos el papel de Aarbron que fue secuestrado muy pequeño y corrompido por una malvada criatura para convertirse en una bestia sirviente de quienes lo capturaron. Después de cometer grandes atrocidades un recuerdo lo hizo revelarse contra su amo y luchar en contra de quienes le causaron tanto sufrimiento y que siguen secuestrando a más inocentes en función de sus abominaciones.

La aventura se desarrolla en un universo de ciencia ficción con paisajes caprichosos inspirados en los del juego original: naturaleza con colores muy vivos, horizontes áridos, criaturas mecánicas descomunales volando o atravesando planicies y una gran cantidad de monstruos con un elegante estilo de ciencia ficción que nos recuerda claramente el arte de Roger Dean que cubría portadas de discos de bandas de rock en los ochentas. Aunque el reboot conserva el gameplay de sidescroller en ocasiones aprovecha la tecnología de PS4 para ofrecernos tomas majestuosas que nos recuerdan la manera en que funcionaba la cámara en God of War.

Como tributo a la obra original me parece que se mantiene bastante atinado al sabor que pretendía dar el clásico ochentero y aunque cuenta con una banda sonora bastante decente del británico Ian Livingstone es posible que pongas de fondo la música del clásico original.

¿Nunca jugaste el primer Shadow of The Beast? No tienes de qué preocuparte pues con unos cuantos puntos que ganas dentro de tu partida podrás desbloquear el clásico completo original de Amiga emulado en tu PS4 así como una buena cantidad de material histórico como una excelente restrospectiva escrita con interesante información de los juegos de la serie. Incluso se incluye un video de la campaña completa del juego original por si decides no jugarlo por ti mismo y analizar todo lo que ofrecía.

Interesante sistema de combate en un juego corto

Los que recuerden el clásico tendrán en mente que sencillos golpes y algunas otras sorpresivas habilidades que encontrabas a tu camino eran los componentes del gameplay del juego en el que tenías que explorar varios niveles conectados. De haberse mantenido completamente apegado a su fórmula tradicional hubiera lucido muy anticuado para nuestra época, afortunadamente el juego explora con nuevas mecánicas en un sistema de combate que en ocasiones se siente bastante funcional, en otras un poco caótico.

Tomando inspiración de juegos como los hack’n’slash modernos, el combate no sólo se presenta tan violento como en un God of War, también nos presenta mecánicas en las que nuestros reflejos y la combinación adecuada de una secuencia de botones serán la clave para acabar con decenas de enemigos en un plano bidimensional.

El juego funciona como cualquier platformer bidimensional con añadidos bastante funcionales como poder escalar por muros sin importar lo altos que sean dando así una ventaja al diseño de niveles; por otra parte cada que te topas con un rival el escenario se sellará con dos muros transparentes en sus extremos para dejar al centro una arena de combate en la que tendrás que acabar con todos tus rivales con golpes directos encadenados que dejarán sangre por todos lados o estrategias como rodar para quedar detrás de enemigos blindados y alcanzar sus puntos débiles. Al inicio puede parecer bastante sencillo el sistema de combate en el que sólo apretar un botón repetidamente será suficiente para lograr los máximos puntajes en cada combate, conforme avanzas la campaña te econtrarás con enemigos más duros que requerirán que uses tu defensa y el parry antes de encadenar los ataques en combos que incluso pueden alterarse al oprimir uno de los gatillos para potenciar ataques que te recompensarán robando salud a los enemigos caídos o aumentando enormemente tu puntuación.

Casi todos los enemigos que derrotas sueltan puntos de “sangre” que llenarán una barra segmentada en tres partes cuyas unidades pueden gastarse en los movimientos potenciados que les comentaba o incluso cuando está al máximo en una habilidad especial devastadora que a manera de QTE te permitirá encadenar ataques que con un solo botón vencen brutalmente hasta a los enemigos más duros siempre y cuando no pierdas el combo.

Finalmente debemos mencionar como acierto el uso de algunas habilidades adicionales como el brillo de tu cuerpo para la exploración de escenarios obscuros o el uso de un cañón de mano para luchar con algunos jefes de forma similar a como sucedía en el clásico. Hablando de los jefes me parece que una de las bondades más fuertes del título se encuentra en el enfrentamiento con descomunales monstruos con algunas mecánicas creativas, y aunque son pocos esos momentos de grandeza se saborean muy bien.

Hasta aquí vamos muy bien, entonces ¿es realmente un gran juego el nuevo Shadow of The Beast? Podemos decir que parcialmente, pues aunque tiene algunas buenas ideas y su sistema de combate suele funcionar bien, más tardas en acostumbrarte a la manera en que funciona el juego que ya te lo has acabado en poco más de dos horas; hay varias motivaciones para regresar pero sí se siente bastante limitado si se compara con otros sidescrollers contemporáneos que además de ser mucho más largos experimentan con las mecánicas que han creado por mucho más tiempo y en una gran cantidad de situaciones.

Historia fragmentada

Para algunos puede ser positivo, para otros negativo, pero es imposible conocer la historia del juego la primera vez que juegas Shadow of The Beast. Te toparás con que inicialmente no entenderás ningún lenguaje de las diferentes razas que te encuentras en la campaña, en su lugar sólo verás extraños subtítulos llenos de símbolos desconocidos.

Si quieres saber lo que se dice en las escenas cinemáticas tendrás que comprar los lenguajes por separado de cada especie en la tienda del juego con puntos que ganarás dentro de las partidas, por lo que quizá sea hasta la tercer o cuarta vuelta que realmente puedas saber qué pasa en cada uno de los diálogos para entender por completo lo que está pasando.

Otra cosa muy similar sucede con la historia en el momento en que muchos de los elementos de la trama del juego y de sus personajes se encuentra dentro de esferas que tienes que romper dentro de cada nivel para tener acceso a sus respectivas líneas narrativas. Funcionando a manera de coleccionables tienen como ventaja ofrecernos un reto adicional al encontrarse en zonas ocultas dentro de los niveles pero fuera de eso algunos podrían considerar en contra que se encuentre tan disperso.

¿Es bueno que la historia se presente así? ¿Es malo? Les dejo a su criterio ese juicio, lo que yo puedo decir como reseñador es que me parece que sólo busca alargar de forma artificial el título y debió ser completamente opcional.

Comentarios finales

Lo que hoy recibimos con Shadow of The Beast es un buen tributo al juego clásico, que si bien no va a sorprender actualmente como lo hizo en su tiempo tiene elementos que sobre todo los que amaron el juego al que hace referencia podrán disfrutar. Sus mecánicas de juego son interesantes mas no brillantes, y más tardarás en dominarlas que habrás terminado el juego en un par de horas.

Visualmente es atractivo si amaste el estilo del juego original, la música tampoco está mal, pero en general no podemos decir que sobresalga entre otros productos del mercado de la misma magnitud.

Quizá le afecta mucho su duración que es muy corta y las motivaciones a seguir jugando que en realidad no se sienten realmente importantes; por otro lado su diseño de niveles es correcto y lo más rescatable que tiene son sus batallas con jefes –que nos recordaron mucho series como God of War– pero, vuelvo a lo mismo, no se siente realmente como algo que destaque entre otros juegos similares de precios parecidos, productos entre los que se podría sentir correcto, pero para nada sobresaliente.

Quizá la mayor motivación para el jugador será dominar su dificultad “bestial” –como se llama dentro del juego– y hacer todo perfecto para dominar las tablas de líderes en línea, fuera de ello hay realmente poco por hacer en Shadow of The Beast que queda como un tributo decente al clásico incluyendo la versión emulada del título original de Amiga.

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