¿Alguna vez has sentido un juego? La pregunta puede sonar un poco absurda, los juegos se ven, se escuchan y se juegan pero ¿sentirse? Yo puedo decirles que sí, he sentido varios videojuegos y quizá el más palpable de todos ellos es Rez.

Puede resultar trillado hablar de los juegos como experiencias, muchísimas propuestas indie tratan de acercarse a los juegos como algo que más que divertirte te provoque un sentimiento, pero no todos lo pueden lograr a la perfección.

En el año 2001 hubo un personaje en Japón que se atrevió a experimentar mucho con los productos interactivos como medios de estimulación sensorial hasta lograr la sinestesia, entendiendo por ello que los estímulos te hicieran asociar sensaciones a colores, escuchar colores, ver la música que escuchas, una serie de sensaciones secundarias que te recorren el cuerpo ante los estímulos perfectamente coordinados que vas percibiendo.

Por supuesto que hablo de Tetsuya Mizuguchi, productor japonés que inspirado en artistas como Wassily Kandinsky también quería expresar visualmente lo que veía en la música que escuchaba.

Así nació Rez también conocido como el K-Project o Project Eden, un juego en el que tomabas el papel de un hacker que entraba en una computadora cuyo flujo era controlado por una inteligencia artificial llamada Eden que al sobrecargarse dudó de su existencia y comenzó un proceso apagado. A lo largo de varios niveles dentro de la red Project-K tenías que vencer virus informáticos y otros programas para abrirte paso al puro estilo de Tron hasta Eden para rescatarla.

Rez es un shooter sobre rieles similar a lo que podrían muchos identificar en Star Fox, el objetivo es acabar con la mayor cantidad de enemigos –si no es que todos– para poder abrirte paso entre varios niveles que terminaban con vistosos jefes con varias mecánicas para ser vencidos. En el plano meramente jugable, Rez es bastante entretenido, rejugable y desafiante para descubrir todos sus secretos, pero hay mucho más cosas que lo hacen especial.

Para lograr todo lo que les comentaba al principio de la sinestesia, Mizuguchi y su equipo diseñaron los visuales de un juego con gráficos bastante sencillos pero que hicieron juego por completo con un audio también cuidadosamente seleccionado. En lugar de que la música sólo acompañara los niveles al fondo como en cualquier videojuego, el jugador siguió el flujo de la música en un solo canal en el que en lugar de que los disparos fueran detonaciones aisladas, más bien formaron parte de la música misma al ser notas que se juntaban en perfecta sincronía con la electrónica melodía de cada nivel cuya intensidad iba aumentando al acercarse al final, esa mezcla perfecta entre el audio y lo visual lo retomaría en futuros proyectos como la serie Lumines y hasta en secuelas espirituales del mismo Rez como lo fue Child of Eden publicado por Ubisoft, juego en el que además jugabas con el movimiento de tu cuerpo en Kinect de Xbox o los controles PS Move en PlayStation.

Rez fue algo que realmente logró lo que quería Mizuguchi cuando llegó a principios de la década pasada en el Dreamcast y posteriormente en el PS2, mucho mejor aun cuando tenía accesorios como el Trance Vibrator para la versión de la consola de Sony que con estímulos en forma de vibraciones al cuerpo lograba aún mejor la sinestesia que buscó desde un principio con el proyecto.

Ya para 2008 se lanzó una versión HD del juego como exclusiva del Xbox 360 a través de Xbox Live, Mizuguchi se sintió tranquilo de alcanzar mayor fidelidad visual para mejorar la experiencia y finalmente llegó 2016, 15 años después del lanzamiento original y estamos ante la que su creador define como la mejor versión que ha existido del juego.

Para crear una nueva versión de Rez, Tetsuya Mizuguchi abandonó su anterior estudio, Q Games, para crear Enhance Games como una empresa propia e independiente; el resultado fue el hacer prácticamente un remake del juego de hace 15 años respetando su audio y visuales pero expandiéndolos de forma que se pudiera ver en realidad virtual y que el sonido fuera tridimensional. El resultado es bastante grato sobre todo porque vemos a Mizuguchi experimentando con la potencia del hardware actual que no sólo nos permite realmente jugar la mejor versión del juego hasta la fecha, sino que le permitió también la creación del area X que nos da una idea de la forma en que podría evolucionar la serie si su creador así lo desea.

Vamos pues a revisar lo que nos ofrece Rez Infinite.

La mejor versión del clásico

Ya que hemos hablado un poco del concepto del juego y su naturaleza en la introducción podemos decir que la versión que llegó a PS4 de Rez incluye las 5 áreas originales del juego, cada una de ellas se sigue jugando de la misma manera en que lo hacemos desde que salió el juego hace 15 años, básicamente el gameplay consiste en un oprimir un botón para preparar los disparos, desplazar la mira a los objetivos para marcarlos y soltar el botón para dispararles. En cada una de las áreas tu personaje podrá ir evolucionando desde una pequeña esfera convirtiéndose en modelos cada vez más complejos con energía que obtiene que power-ups que se liberan al completar ciertas cadenas de objetivos sin fallar; otro power-up que existe en el juego es básicamente una descarga que disparará por un breve período de tiempo a todo lo que ves en pantalla.

Así como tú atacas a los enemigos ellos pueden atacarte y si te impactan te bajan un nivel de evolución, si ya estás en el mínimo y vuelven a golpearte la partida habrá acabado.

El juego se adapta muy bien tanto a los veteranos como a los nuevos jugadores; por un lado los que sólo quieren tener la experiencia de Rez sin sufrir –quizá personas que no acostumbran los videojuegos– pueden usar el modo viaje para disfrutar del colorido y auditivo viaje sinestésico sin preocuparse por morir, mientras que los jugadores entusiastas además de poder dominar al 100% los diferentes campos de cada una de las cinco zonas principales podrán disfrutar de modos adicionales como las áreas secretas y los modos de ataque de puntuación enfocados directamente a ofrecer retos rejugables.

Jugar con PlayStation VR es un poquito diferente a lo que estamos acostumbrados con los controles pues aunque sigues viendo a tu personaje en tercera persona, lo haces dentro una experiencia completamente inmersiva y envolvente, una de las mejores experiencias disponibles al momento del lanzamiento del nuevo dispositivo de Sony en la que realmente entras al mundo creado por Mizuguchi t su equipo. En el modo VR de Rez Infinite básicamente la mira eres tú pues a donde mueves tu cabeza es a donde apuntas, y el juego siempre se siente cómodo, jamás te exige que hagas movimientos bruscos u otras acciones que puedan causarte malestar; los movimientos son ligeros y precisos.

Me parece que con o sin el visor de realidad virtual de PlayStation, Rez Infinite es una gran experiencia, la combinación perfecta entre el audio, los visuales y el gameplay bien puede disfrutarse en tu televisor si tomas en cuenta que es importante que aproveches el audio tridimensional con unos buenos audífonos o un sonido envolvente.

El área X, el futuro de Rez

Además de que el juego se ve y se escucha impecable en esta edición que podemos calificar como la más completa, la estrella del paquete es Area X, una experiencia completamente nueva que se integra a Infinite. Podríamos decir de forma sencilla que Area X es un nuevo nivel, pero creo que encasillarlo a esa simple descripción es bastante injusto para una experiencia que lleva a un nuevo nivel el shooter rítmico de Mizuguchi.

Podemos entonces decir que Area X es más bien la evolución de la fórmula. Del lado de los gráficos en lugar de las líneas y los gráficos poligonales del clásico tenemos visuales mucho más suaves basados en puntos de luz, como si en medio del vacío hubiera polvo de diferentes colores que da vida a lo que estás escuchando y percibiendo.

Del lado del gameplay seguimos en un shooter sobre rieles que funciona de forma idéntica a como lo hace el clásico, con la pequeña diferencia de que hay áreas abiertas en las que tienes la oportunidad de tener un desplazamiento mucho más libre con un botón para acelerar y otro para ir para atrás a tu gusto buscando los objetivos.

Además de que la selección auditiva sigue siendo espectacular y completamente adecuada al objetivo de llevar al usuario a tener la experiencia sinestésica, lo que más me impresionó de esta nueva área del juego fueron sus explosiones de color y sonido provocadas por tus acciones; una vez que te concentras y te dejas llevar por la experiencia se perciben sobre el cuerpo como una lluvia de esos diminutos puntos que nos llevan a lo que les decía al iniciar esta reseña, realmente sentir el juego.

Como buen shooter sobre rieles, hay manera de desencadenar varios eventos y enfrentar a diferentes jefes, lo que provoca que aunque la sesión en el área X sólo dura unos minutos, puedas regresar a explorar todas las posibilidades que tienes ante ti para no dejar secretos sin revelar ni trofeos por obtener.

Si algo no me gustó del Area X es simplemente que me deja con ganas de mucho más de ese artístico universo que conserva el espíritu del clásico de culto de hace 15 años, estoy seguro que si hubiera un nuevo Rez definitivamente seguiría los pasos que vimos en este nuevo experimento y el resultado sería grandioso.

Comentarios finales

Con o sin PlayStation VR, Rez Infinite es un gran juego que puede ser amado por los fans de los shooters sobre rieles o por cualquier persona dispuesta a tener una experiencia diferente que responde a una serie de estímulos sensoriales que te hacen no sólo disfrutar del juego, sino también sentirlo. Rez Infinite sigue siendo tan hipnótico y disfrutable como lo ha sido en las versiones que vimos en el pasado, pero toma ventaja del hardware de actual generación para presentarse con el mejor audio y visuales que ha podido lograr.

Lo poco que pude probar del juego con el dispositivo de realidad virtual de PlayStation me dio una idea clara que este tipo de experiencias son quizá las más disfrutables en este formato y los invito a que si entre sus planes está adquirir el visor no dejen pasar la oportunidad de probar la experiencia. Por otro lado, la mayor parte del juego la disfruté en su formato tradicional frente al televisor con audífonos o a todo volumen en casa con el sonido envolvente que soporta hasta 7.1 canales; la experiencia sigue siendo igual de rica que siempre con las ventajas que supone el hardware de PS4 y es un verdadero deleite poder experimentar una vez más las propuestas del clásico de culto.

Como les he comentado anteriormente, el Area X fue quizá lo que más disfruté del paquete y me deja deseando que Mizuguchi siga experimentando con la serie en su nuevo estudio pues el logro con este nuevo añadido a la serie es sumamente positivo y estimulante.

Anexo: Evolución de los gráficos de REZ

Galería

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