Aunque me emocionó No Man’s Sky desde que fue anunciado en los VGX de 2013, la verdad es que no me pareció para nada el hype que se le construyó a este título que comenzó como una propuesta independiente y, como seguramente les pasó a muchos de ustedes, decidí mejor mantenerme alejado hasta el momento en que llegara el producto final.
Poco sabía de los verdaderos objetivos del juego, y llegaban como ecos todas las notas que hablaban de la inmensidad de su universo que siempre vi como una estrategia muy desafortunada para promocionarlo si consideramos que mucho de lo que se genera es completamente aleatorio y no está directamente la mano de un desarrollador creando esos mundos.
Dicho lo anterior, no quise emocionarme de más, y como les ha pasado a muchos, ponía en una balanza si valdría la pena pagar el precio completo por un producto del que ni siquiera sabía bien que era lo que tenía que hacer.
Llegó por fin el día de estreno del juego luego de retrasos y algunas polémicas que bajaron un poco ese enorme hype que se había construido en torno al juego, yo estuve listo para recibirlo e internarme en el viaje que propuso.
Desperté en un planeta desconocido, se me ofrecieron muy pocas pistas de lo que tenía que hacer, pero me di cuenta que, sobre todo, dependía de mi lo que pasara a continuación. Las primeras horas de No Man’s Sky fueron completamente de experimentar, no se me dijo nada y las pistas fueron muy sutiles de lo que tenía que hacer.
Los primeros minutos del juego simplemente consistieron en caminar y caminar explorando el planeta en el que me encontraba, aprender conceptos básicos del juego sin un tutorial y realmente sentirse libre en el universo; gran parte de la experiencia es así, contemplativa y de exploración.
Tras un buen rato de acostumbrarme a los controles y una interfaz muy limpia que me recordó por completo a la de Destiny, reparé mi nave como primer paso para poder iniciar el viaje.
Esas primeras horas fueron ensayo y error, cuando comencé a jugar al igual que muchos de ustedes no tenía una idea concreta de lo que me esperaba en el juego y simplemente me dejé llevar, obtuve los materiales que requería para reparar o crear nueva tecnología y seguí mi curiosidad de forma completamente libre.
Las primeras horas de No Man’s Sky fueron un poco abrumadoras en el sentido de que podía ir a donde quisiera y no estaba muy claro lo que “tenía” que hacer, pero como lo decía en los párrafos anteriores, quizá la mejor decisión fue simplemente dejarme llevar, afortunadamente hay una pequeña notificiación en la pantalla que me proporcionó una una delgada línea que sugirió qué hacer a continuación, de esa manera no me sentí como que me estuvieran forzando a llegar a un lugar específico pero por otro lado no estuve completamente perdido en el infinito sin objetivo alguno.
Esa notificación te sugiere desde crear la tecnología básica para que tu exploración sea mucho más placentera hasta seguir alguno de los objetivos de las historias principales, porque conviene decir que ciertamente el juego tiene una “campaña”, por así decirlo, que nos permite seguir una historia buscando puntos específicos alrededor del universo o buscando el centro del mismo, nunca demasiado invasiva a la experiencia solitaria y de descubrimiento de cosas que se pueden hacer y que el juego nunca te dice de forma explícita.
Lo mejor de entrar a No Man’s Sky en su primer semana fue que hubo un sentimiento de descubrimiento general del juego; al no haber todavía guías ni muchas personas que te digan de qué trata el juego en específico o la manera en que puedes progresar, resultó agradable estar casi siempre ante un juego con un enorme signo de interrogación enfrente respecto a todo su potencial, es precisamente eso lo que nos ha llevado a dejar la reseña hasta que hayamos sentido que hemos sacado jugo de la mayoría del mismo.
Finalmente, el lore del juego no es completamente claro, pero sí me ha proporcionado suficientes interrogantes como para estar interesado en llegar al final de las “misiones” para ver qué es lo que sucede o cómo evolucionará mi personaje.
Aunque a muchos les pareciera bastante tonto el hecho de jugar al científico nombrando planetas, minerales, plantas y animales, créanme que algo de lo que mejor hace el juego es precisamente darte ese sentimiento de ser un tipo de “Cristobal Colón espacial” que está pisando tierras inexploradas por su raza.
En este sentido el juego es bastante contemplativo y aunque hay planetas bastante agresivos que por sus condiciones ambientales o sus páramos inhóspitos que te invitan a salir de ellos muy rápido, hay otros con donde la mezcla de colores, plantas, animales relieve y hasta el clima crean paisajes dignos de admirarse y simplemente contemplarse en una exploración que podría sentirse como un simple paseo para tomar fotografías.
A lo largo de más de 15 horas de juego, aunque he encontrado bastantes coincidencias, assets reciclados en monolitos y estaciones o algunos patrones que nos dejan ver que el juego es simplemente generado por un algoritmo que creó trillones de opciones aleatorias, me ha sorprendido lo diferente que puede verse un planeta de otro no sólo en su paleta de colores, sino en una gran cantidad de variables como el clima, los recursos disponibles, vegetación y fauna.
Me ha sorprendido que a lo largo de mi viaje casi cada uno de los planetas me ha dejado un sentimiento diferente y aunque después de la décima hora mucho ha sido simplemente buscar recursos para llegar al marcador que me indica la misión, hay lugares que realmente me han hecho frenar a disfrutar de la experiencia por repetitiva que pudiera sentirse con el paso de las horas; debo decirles que eso es algo que no esperaba y me ha sorprendido.
Una de las mejores experiencias que me tocó fue una que relaté en #AtomixShow de esta semana, sin querer llegué a un lugar poco llamativo visualmente pero plagado de túneles con materiales valiosos abundantes a nivel de piso que al ser tomados desataban una persecución como si se tratara de un robo que estaba cometiendo. Al ser una fuente relativamente fácil de dinero, quedé por un par de horas con oficio de minero viajando a la estación comercial únicamente para vender mis ganancias al estar lleno el inventario una y otra vez hasta cansarme.
Este tipo de sorpresas están ligadas a lo que comentaba en párrafos anteriores, son destellos que denotan que a pesar de ser un universo aleatorio que muchos podrían sentir vacío o aburrido es capaz de sorprendernos con este tipo de cuevas del tesoro que te hacen sentir muy valioso después de tu exploración.
Gran parte del juego consistió en la búsqueda de materiales específicos para desarrollar ciertas tecnologías, esa cacería para el crafting fue por una parte interesante como uno de los principales objetivos del juego pero admito que en otros momentos se sintió también un poco cansada.
Puedo decirles que la mayor parte del tiempo que he estado en No Man’s Sky se ha derivado en una experiencia placentera, que si bien no me parece que cubra el enorme hype que se le construyó al juego, por lo menos cumplió con un universo mucho más interesante de lo que pude haber esperado de algo generado aleatoriamente. Puedo recomendarlo a quienes gustan de experiencias pasivas y abiertas, pues no van a encontrar mucha acción si es lo que desean.
Me parece que lo más responsable es ver un poco más hasta dónde puedo llevar las posibilidades del juego terminando una o varias de sus misiones, por lo que seguiré mi viaje el fin de semana para poderles ofrecer una reseña más adecuada.
Si ya lo probaron, ¿qué les ha parecido el inicio del viaje espacial?