Hasta qué punto han llegado los videojuegos. Si volteas y te vas unos 10 ó 15 años al pasado, te puedes dar cuenta que se en temas de presentación visual, se están dando saltos gigantescos al punto de que para muchos, ya nos estamos acercando peligrosamente al no poder distinguir entre la realidad y estas simulaciones echas con software. Los finales de generación normalmente nos demuestran el poder del hardware que tenemos en consolas actualmente y en este 2019, vimos varios títulos que nos dejaron con la boca abierta por cómo es que lucían sus gráficas. Acá te van nuestros nominados y ganador a Mejores Gráficas.
El periodo que Hideo Kojima vivió entre su escandalosa salida de Konami y la fundación del nuevo Kojima Productions fue bastante incierto, sobre todo porque no se sabía quién le podría tender la mano. Al final, Sony decidió acogerlo al punto de dejarlo elegir libremente qué tipo de motor gráfico quería usar para su nuevo juego. Luego de haberle dado la vuelta al mundo de nueva cuenta, el padre de Metal Gear se decantó por el DECIMA Engine de Guerrilla Games, tecnología que habíamos visto en todo su esplendor durante 2017 con el fabuloso Horizon Zero Dawn. Por su naturaleza como videojuego, resulta obvio por qué se eligió dicho motor para la creación de Death Stranding.
Al ser un juego considerablemente contemplativo en el que nuestros paseos tienen que ser lo más placenteros posibles, la parte gráfica sería muy importante. Vaya lo que se consiguió con DECIMA, pues los paisajes de Death Stranding son unos de los más realistas y hermosos que jamás hayamos visto. Claro que la mano de Yoji Shinkawa en la parte del arte contó mucho, sin embargo, nada de esto habría podido hacerse realidad sin la tecnología desarrollada por los padres de Killzone. También es de destacarse la forma tan espectacular con la que fueron animados los personajes y claro, comentar que las casi 11 horas de cinemáticas que tiene este juego, están corriendo en tiempo real. Una delicia visual en toda la extensión de la palabra.