Dicen que de la vista nace el amor, lo cual, aplica por completo dentro de los videojuegos. A pesar de que la idea de fijarse en lo estético de un título podría sonar superficial, la realidad, si uno lo piensa detenidamente, es que nuestra principal interacción con el medio justamente se da a través de nuestros ojos. Conforme ha pasado el tiempo, la manera en la que se representan conceptos y lugares dentro de espacios interactivos se ha venido sofisticando enormemente, al punto de hacernos sentir parte de lugares imposibles dentro de nuestra realidad. Selección de colores, objetos, texturas, ambientación, etc, son elementos que componen a la Dirección de Arte de todo juego y a continuación te presentamos a nuestros nominados y ganador de este apartado.
El periodo Sengoku o medieval japonés es uno que hemos visto representado en un montón de obras, cada una con su propio estilo. La idea de revisitar este periodo de la historia nipona siempre es interesante por lo romántico y místico que era, por lo que cuando nos enteramos de que FromSoftware había seleccionado este tiempo para su nuevo juego, no pudimos evitar sentir una enorme emoción, además del hecho de que se combinarían elementos reales con mitología del lugar. Puede que Sekiro: Shadows Die Twice no sea el juego con las gráficas más impresionantes, pero sí uno que con su Dirección Artística, logró hacernos suspirar en más de una ocasión.
Prácticamente desde que el juego arranca, se nos recibe con esta escena en medio de unos pastizales nocturnos que son iluminados por una gran luna. Ni qué decir de la forma en la forma en la que fueron recreadas ciudades y castillos de la época, junto con todos los monstruos a los que nos tenemos que enfrentar. Aplausos a la impactante escena del incendio en los alrededores del castillo de Ashina, sin lugar a dudas, uno de los momentos cumbre de este año dentro del medio. Hidetaka Miyazaki no solo es un genio por la manera en la que diseña videojuegos, es un genio porque sabe perfectamente cómo rodearse de un gran talento y hacerlo brillar de maneras muy intensas.
