La legislación inglesa actual propone un cambio en el pago de impuestos. Uno de los aspectos a considerar es que se aplique una prueba para analizar la contribución de los diferentes proyectos a la cultura nacional y local. Esto incluye utilizar la fuerza de trabajo y locaciones donde se desarrolle el trabajo, pero que también aplique el contenido, en este caso, del juego; es ahí donde está el problema.
Iain Gilfeather, cofundador de Fat Pebble Handmade Games, dijo al respecto: “considero que el 95% de los juegos que están disponibles en el mercado no están situados en el mundo real, o en alguno que contribuya en este sentido a la cultura. Será casi imposible para la mayoría de las compañías de la industria de los videojuegos cumplir los requerimentos en “la prueba cultural” propuesta. Esperemos que haya un replanteamiento.
La prueba cultural es una práctica aplicada a los impuestos de las industrias creativas, en este caso hablaríamos de juegos que tengan 16 de los 31 puntos considerados en el proyecto “Britishness”. Pero los desarrolladores creen que películas y proyectos televisivos tendrán una ventaja.
Stuart Noakes, líder de Carpenter Box, dijo que la ayuda del estado puede ser utilizada para promover la cultura “es por eso que las pruebas culturales son parte esencial de nuestra legislación”. Los impuestos siguen esperando la aprobación de la comisión. Joaquín Almunia, vicepresidente de ésta, indicó que la industria del Reino Unido es “prometedora en lo dinámico y en lo comercial” y que un subsidio de impuestos sería un gran apoyo.
¿Creen que la industria debería hacer juegos más culturales o que estos apoyos deberían contemplar muchos más aspectos que, por ejemplo, el lugar donde se desarrolla la historia? Es decir, videojuegos que tengan referencias históricas pueden ser un buen proyecto, sin embargo, también se puede aprender mucho sin que veamos a los personajes interactuar en un mundo que simule el nuestro.
Fuente: GamesIndustry