Tekken 7 es uno de esos juegos que todavía se siguen manteniendo como un completo misterio para Occidente. Pese a ser la entrega más reciente de una serie con amplia popularidad en todo el mundo, por algún motivo Bandai Namco ha optado por mantener al título como una exclusiva provisional para las arcades de Japón y varios países de Asia. Sí, es cierto que ésta no es la primera vez que ocurre algo similar (con Tekken 6 pasó algo parecido) pero, con todo y eso, la posición en la cual se encuentra el juego resulta por demás curiosa y llamativa.
¿Por qué se ha decidido mantener al margen a todos los fanáticos de la serie en el planeta de tan siquiera probar la versión para arcades del juego? Más intrigante todavía, ¿por qué se tiene contemplado lanzar una nueva versión de ésta cuando ni siquiera se han dado a conocer más detalles sobre su posible versión para consolas?
La semana pasada tuvimos la oportunidad de asistir a un evento especial realizado por Bandai Namco dentro de sus oficinas y en donde fueron expuestos algunos de sus próximos lanzamientos, entre ellos la más reciente versión de Tekken 7 para arcades, Fated Retribution. Al ser ésta una de las primeras oportunidades que tuvimos los jugadores de Occidente para probar el tan enigmático juego, nos dimos a la tarea de experimentar un poco con él para ver si lográbamos entender las causas por las cuales la compañía se ha mostrado reacia a hablar tanto de su posible localización para el resto del mundo como de su esperado port para consolas.
Si por algo ha causado gran expectativa Tekken 7: Fated Retribution desde su anuncio hace algunos meses se debe a dos simples aspectos: por las mejoras y balances que recibirá respecto al primer Tekken 7 y por la inclusión de Akuma, peleador invitado proveniente de la serie de Street Fighter. Aunque el tiempo que tuvimos para probar el juego fue un tanto limitado podemos decirles que, de manera general, los cambios y adiciones presentes son muy notorias y logran hacer sentir al título con un brío de frescura.
Primero vayamos a lo más importante: su gameplay. Luego de haber complacido a sus fans al experimentar con sus mecánicas de juego en Tekken Tag Tournament 2, Katsuhiro Harada y su equipo decidieron regresar a las bases de la serie y retomaron los tradicionales enfrentamientos de 1 vs. 1 para esta nueva entrega. Si son de los que nunca se ajustaron al sistema de peleas por equipos del último título o son de los que prefieren la fórmula clásica de la franquicia, aquí se sentirán como en su casa.
Hablando de las mecánicas de juego y control en sí, Fated Retribution se siente sumamente familiar ya que retoma el esquema de juego principal por el que se hizo popular la serie y le añade algunos aspectos muy notorios que buscan, ante todo, hacerlo más accesible con los jugadores. Por un lado el cambio más notorio que notamos recae en la manera en cómo opera el Rage Mode; ahora y además de servir como una etapa en la cual aumentarán el poder de nuestros ataques, éste también nos permitirá tener acceso a un movimiento especial conocido como Rage Art que no es otra cosa sino una agresión muy vistoso y con un poder devastador. Junto a éste también se incluyó el Rage Attack, ataque que cubre a los peleadores de un aura azul y les permite, a costa de sacrificar o terminar anticipadamente su Rage Mode, fortalecer ampliamente ya sea o un conjunto de golpes o un solo embate.
A la par de estos aspectos también se incluyo un movimiento de nombre Power Crush. Lo que éste nos permite realizar es un conjunto de ataques que no pueden ser detenidos por el rival y que absorben el daño de los golpes rivales que provengan desde un punto medio o desde el aire. No obstante a ello, éstos pueden ser detenidos si les hacemos frente con una agresión baja o, en su defecto, un agarre preciso y bien medido.
Todas estas adiciones y cambios fueron implementadas dentro de un renovado y mucho más accesible sistema de controles que permite acceder a varios de sus movimientos con la introducción de combinaciones sencillas. Aunque dominar el manejo de Tekken 7 volverá a ser un reto para muchos de los veteranos de la serie, Bandai Namco incluyó algunos atajos y combinaciones mucho más simples con las que hasta los principiantes serán capaces de realizar movimientos increíbles (tales como los Rage Arts/Attacks) sin mucho problema. Más que nunca, sentimos que esta nueva entrega de Tekken se convertirá en un digno ejemplo de lo que es un título fácil de jugar pero difícil de perfeccionar. Esto se los dice un jugador como yo que, salvo por sus excepciones, siempre ha sido un tronco para los juegos de pelea.
Si bien Fated Retribution resulta un juego atractivo en sí mismo por su propio gameplay, sería ingenuo y hasta deshonesto no admitir que éste ha generado altas expectativas por un simple detalle: la inclusión de Akuma, peleador invitado de Street Fighter. Desde que se reveló que éste participaría en la nueva versión para arcades de Tekkken 7 muchos comenzaron a preocuparse por el estilo de pelea del temible guerrero al considerar que éste desbalancearía y hasta rompería fácilmente el esquema del gameplay. Pueden estar tranquilos, esto no sucedió.
Jugar con Akuma resultó ser una grata sorpresa ya que su peculiar estilo de combate fue ajustado de manera sorprendente a la forma en cómo se juega Tekken. Muchos de los movimientos que le hemos conocido a lo largo de su historia – como el Gohadouken, Goshoryuken, Tatsumaki Zankukyaku o hasta su infame Ultra Combo Wrath of the Raging Demon-, fueron retomados para conformar su set de habilidades, con todo y su respectiva combinación de realización. Aunado a ellos y como sello distintivo, él fue dotado con una barra especial de Ex/Super, misma con la cual se regulan sus especiales y Rage Attacks/Arts.
Para nuestro asombro y pese a todas las creencias que se generaron, que Akuma sea uno de los contados personajes de todo el elenco que tienen acceso a ataques de proyectil o energía no lo convierte en uno de los peleadores más poderosos o con más ventaja sobre los demás. Sus ataques dirigidos pueden esquivarse fácilmente con dar un simple paso hacia el costado (algo que en Street Fighter no se puede hacerse debido a su estilo en 2D) y sus golpes de desplazamiento pueden detenerse con un contra ataque bien calculado o, en su defecto, con un Rage Attack/Art.
Durante las partidas que sostuvimos, Akuma fue el personaje que prácticamente acaparó toda la atención ya que casi todas las personas con las que jugamos y echamos reta lo usaban para comprobar la manera en cómo éste se había ajustado al juego. Si bien muchos de los que lo utilizaron consiguieron acostumbrarse rápidamente a él dada su naturaleza de manejo que resultaba muy familiar, llegó a haber momentos en los cuales se demostró que los demás peleadores podían ser capaces de vencerlo sin problema alguno si tan sólo se les sabía manejar. Como siempre que esto pase dependerá del tiempo que le inviertas a dominar a cualquiera de los combatientes.
El tiempo que pasamos frente a Tekken 7 quizá no fue tanto como el que hubiéramos querido tener pero, cuando menos, nos sirvió para darnos cuenta de que Harada y su equipo saben lo que están haciendo. Más que ser un título que busca apelar a la competitividad, Fated Retribution es un experimento que le ha servido a sus desarrolladores para estudiar lo que la comunidad quiere, lo que los jugadores están buscando en un juego de peleas y las maneras en las cuales puede forjar una entrega que, ante todo, cumpla con el objetivo principal de divertir.
Durante la entrevista que sostuvimos con el productor, nos mencionó que de entre todo lo que se buscaba con esta nueva entrega era volver a los orígenes de la serie en muchos sentidos, entre ellos el de generar toda esa diversión que derivaba de jugar un juego de la franquicia y sin importar el grado de experiencia que tuviesen los jugadores. Tras ver la manera tan rápida en como todos los presentes en el evento consiguieron adaptarse al esquema de controles, lo reñido que se pusieron varios de los enfrentamientos y la emoción que se desbordó en cada uno de los rounds entre los participante y los espectadores, comprendimos los motivos por los cuales Bandai Namco ha estado aguardando el momento adecuado para por fin hablar de la tan esperada versión para consolas. Si esto provocó un Tekken para maquinitas, ya queremos ver cómo es que se pondrán las cosas cuando llevemos las retas a nuestras casas o, mejor aún, al modo online.