De acuerdo con un estudio publicado por Nick Bellissimo, profesor de nutrición en la Ryerson University de Toronto, niños que juegan Angry Birds después de comer, consumen hasta 50 calorías menos que los que no tocaran el exitoso título de Rovio.
Con el objetivo de incentivar a los participantes a comer, en el experimento se usó alimento bastante atractivo como pizza, permitiendo que cada uno consumiera la cantidad que deseara hasta quedar satisfecho.
El estudio involucró a un grupo de niños entre 9 y 14 años, los cuales, contaban con un peso saludable. La mitad de ellos comieron y después jugaron por 30 minutos Angry Birds, mientras que el resto se mantuvo sin hacer ninguna actividad.
Otra conclusión que arrojó el estudio dirigido por Bellissimo, fue que los participantes que llegaron en mejor estado de humor, prefirieron no comer tanto después de que el experimento se llevó a cabo.
¿Qué opinas?, ¿crees que sean verdad los resultados de este estudio luego de todos los estereotipos acerca de los videojuegos?.