Fue muy corto el tiempo que duró el demo de la expansión de Bloodborne The Old Hunters que jugué en Tokyo Game Show 2015 como para tener una primera impresión profunda. Más bien fue una sensación de emoción por jugar algo nuevo de uno de los títulos que más me han gustado y retado en recientes años.
Un nivel con un estilo y diseño similar al de Central Farnham fue lo que pudimos probar durante 15 minutos con el objetivo de matar al fina del demo a una criatura horrible que era una combinación entre lobo –como el Blood Starved Beast –de los primeros enemigos del juego original- en combinación con Vicar Amelia y lo que parecía una cabeza de caballo con pedazos de ojos y partes humanas. Sí, algo muy extraño y bizarro pero fiel a lo que vimos en el juego hace unos meses.
Algunos enemigos como los pequeños en forma de lobo y cuervos estaban presentes junto a un par de cazadores que no fueron mayor problema al asesinarlos ya que, por las características del demo, cada uno de los tres personajes de diferentes clases contaban con un nivel 75 y muchas pociones curativas. Sin embargo muchos de los asistentes batallaron para mantenerse con vida durante cinco minutos llevando algunos a la frustración.
Lo que sí fue algo nuevo es una bomba con un efecto de estallido de luz que genera poco daño a los enemigos pero que sirve para cegarlos por un momento y realizar un contra ataque efectivo. Ahora, en cuanto a los cazadores, vimos a uno con un látigo metálico bastante dañino que posteriormente se equipó nuestro personaje mientras que el otro enemigo tenía una especie de martillo gigante. Para acabar con ambos, fue una cuestión de salirme de terreno cercado y espacios pequeños para tener mejor espacio para el combate y poder esquivar sus ataques. Todos aquellos que han jugado Bloodborne saben que la paciencia y timing adecuado siempre viene acompañado de la recompensa de ejecutar correctamente el sistema de combate.
Afortunadamente, en The Old Hunters el juego no cambia ni en su sistema ni mecánicas –al menos no es la primera impresión– ni se ha hecho más fácil o accesible.
El demo consistió en explorar en desniveles, buscar pociones y llegar al jefe final y enfrentarlo solo o acompañado al poder sumonear a otro cazador controlado por la computadora. En mi caso, preferí el combate y reto solo. Los ataques de la bestia consistían en dar grandes saltos para aplastarme, manotazos y escupir veneno, así que la estrategia requería combate a corto y largo alcance dependiendo la situación y movimiento constante a los lados para esquivarlo. Como lo mencioné, el parecido era una mezcla entre el Blood Starved Beast y Vicar Amelia en tamaño y movimientos. No era fácil, pero vencerlo tampoco resultaba algo imposible siempre y cuando estuvieras familiarizado con el juego, especialmente para aquellos que pasaron cientos de horas frente a Bloodborne hasta el grado de dominarlo.
Al terminar el demo quedó la sensación de ser algo similar o igual a lo que jugamos hace unos cuantos meses –o que seguimos jugando para completar el jugo al 100%–. Tanto enemigos como la parte del escenario que exploramos no sentimos un cambio radical. Fuera de algunas de las armas nuevas que estaban disponibles como la espada que se transforma en un arco que es algo muy buen recibido y un buen cambio para la experiencia. Otra de las armas es el látigo de una especie de acabado metalico que tiene dos ataques: de corto alcance y largo al extenderse que causa muchísimo daño pero requiere de tiempo y espacio para ejecutarse.
Poco se puede decir tras una sesión tan corta de juego. Pero es claro que esta expansión ha generado demasiada expectativas entre los fanáticos de esta nueva propiedad intelectual de From Software. Esperamos poder jugar más de The Old Hunters antes de que salga el próximo mes de noviembre y así tener una mejor percepción no sólo de lo que ofrece en cuanto a historia y enemigos, sino el tamaño de contenido que justifique el precio de los $20 dólares que costará.
