Mientras el calendario marcaba la mitad del año, Microsoft le daba una estocada al corazón de su división de videojuegos. Lo que comenzó como un rumor se confirmó pocas horas después: 9,100 empleados serían despedidos a nivel global, una sacudida que se sintió con particular intensidad en los estudios de Xbox.
Entre los primeros en caer estuvo Everwild, un proyecto que Rare abrazaba por más de una década. Desde su presentación en 2019, el título había despertado curiosidad por su estética espiritual y propuesta enigmática, siendo reiniciado desde cero en 2021 bajo la dirección de Gregg Mayles, padre creativo de Banjo-Kazooie y Sea of Thieves.
La herida se abrió aún más con la confirmación de otras bajas. Perfect Dark, el ansiado regreso de Joanna Dark liderado por The Initiative, también fue cancelado y lo hizo junto con el cierre del propio estudio, un equipo fundado con la intención de ser “el Naughty Dog de Xbox”.
ZeniMax Online Studios tampoco se salvó. A puerta cerrada, trabajaban desde 2018 en un ambicioso MMORPG de ciencia ficción Project Blackbird centrado en exploración vehicular y multijugador. Nunca llegó a anunciarse oficialmente y, con los recortes, fue descartado sin presentación alguna y será un universo que jamás conoceremos.
Pero si los proyectos duelen, las despedidas lo hacen más, ya que Gregg Mayles, después de 35 años de creatividad inagotable en Rare, anunció su retiro. Su legado es incuestionable: desde los mundos coloridos de Donkey Kong Country hasta la aventura compartida de Sea of Thieves.
Si bien Rare continuará operando y apoyando a Sea of Thieves, al hacerlo sin sus figuras clave, será difícil reconocer el rumbo de lo que alguna vez fue una de las mejores compañías en el desarrollo de videojuegos y que marcó un antes y un después cuando fungía como second party de Nintendo.
A pesar de todo, Microsoft intenta realizar un control de daños y mediante un comunicado interno, Matt Booty, jefe de Xbox Game Studios, confirmó que hay más de 40 juegos en proceso activo y que todos los títulos presentados durante el Xbox Games Showcase de junio siguen en marcha.
Lo irónico es que estos recortes llegan justo cuando Xbox presume cifras récord en usuarios activos, más juegos en el ecosistema y un sinfín de horas jugadas. El crecimiento económico y la contracción creativa parecen avanzar en paralelo. Una paradoja inquietante que obliga a preguntarnos: ¿puede una plataforma sostener su identidad si renuncia a sus sueños más ambiciosos?