Los juegos y el teatro comparten varios factores en lo que a la narrativa se refiere. Uno de los más evidentes es que interpretas un personaje y sus acciones, tanto en la obra como en el juego, tienen un objetivo: un deseo, una motivación. Derrotar enemigos, resolver un misterio o atravesar el mundo es tan viable en el teatro como en los videojuegos. "El jugador debe ser capaz de alcanzar objetivos secundarios que complementen la historia principal. Establecer una caracterización es una lección que los juegos pueden aprender del teatro."
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