¿Alguna vez se han preguntado quién juega a quién en un videojuego? Podríamos pensar que nosotros tomamos las decisiones, que hay un libre albedrío para elegir nuestro camino y que tenemos la capacidad de decir sí o no. Sin embargo, esa es la falsa y mágica ilusión de un videojuego porque en realidad todo ha sido previamente planeado y considerado. No hay nada dejado a la aleatoriedad, no hay nada imprevisto. Un videojuego se convierte en la más fina maquinaria de interactividad y nosotros en títeres con hilos invisibles. Lograr esto es el objetivo de cualquier buen diseñador de videojuegos puesto que él es el creador de nuestra fantasía. Trine 2 es una experiencia que nos pone una venda sobre los ojos, nos lleva por un sendero hasta un mundo desconocido y cuando llegamos a nuestro destino, nos suelta y nos susurra al oído: eres libre de hacer lo que quieras. Sean bienvenidos a otra Reseña Indie: Trine 2 – Libertad Fantástica
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