El gaming ha escrito una nueva página en su historia. 2016 fue un año de muchos contrastes en el que tuvimos lanzamientos de todo tipo. Unos que quedarán grabados con letras de oro y otros que serán olvidados en poco tiempo debido que a no fueron lo suficientemente dignos de nosotros. Como cada año estaremos celebrando los #AtomixAwards, premios en los que se reconocerá a lo mejor –o en este caso específico lo decepcionante– de esta industria en diferentes categorías.
Ayer hablábamos de sorpresas, hoy desafortunadamente llega el momento de hablar de las decepciones, esos juegos de los que quizá se esperaba mucho y que al final del día terminaron por fallar. En este sentido, podríamos decir que más que un reconocimiento, aquí está nuestro anti-premio a aquellos que se quedaron muy cortos de lo que pudieron haber dado mucho más a los jugadores.
Se veía venir que este juego no cumpliera con lo que hubieran esperado los amantes de los FPS, y es que tanto cambio de manos desde que cerrara THQ y los derechos pasaran en primer lugar a Crytek y luego a Deep Silver cuando compraron el estudio de Crytek en el Reino Unido para convertirlo en Dambuster Studios.
Homefront: The Revolution intentó presentar a los jugadores la guerra de guerrillas como una postura de desventaja en un shooter de mundo abierto, el resultado no es desastroso pero sí bastante limitado para lo que nos tienen acostumbrados los FPS contemporáneos, más en un año tan competido para el género como lo fue 2016.
Digamos que Homefront: The Revolution pudo haber sido mucho peor, es una lástima que aferrarse a esta serie que desde su primer entrega tuvo un despegue muy incierto derivara en un juego que decepcionó no tanto por su calidad mediana en la que Dambuster hizo todo por rescatar esta producción, sino más bien por sus ventas y su propuesta poco llamativa que causara que el juego pasara sin pena ni gloria por el mercado.
2013 fue un año memorable para los proyectos que se lanzaron a través de la plataforma Kickstarter, y quizá por el que más se emocionaron los fans fue por Mighty No.9 de Keiji Inafune. Este sucesor espiritual de Mega Man tenía todo para triunfar, gran parte del staff detrás de emblemáticos juegos de la franquicia, un concepto atractivo y en general todo lo que pudieran esperar los fans del Blue Bomber en un proyecto.
Las cosas fueron decepcionando cuando Inafune salió a pedir más dinero para poder desarrollar el juego, se anunció hasta una serie animada que nadie pidió y los fans se fueron desesperando al tener retraso tras retraso del juego. Finalmente en 2016 llegó el momento de la verdad para el juego, y no terminó por llenar las expectativas.
Su gameplay no fue malo, su música tampoco, lo que más decepcionó a los fans fue una terrible presentación visual al intentar que el juego se viera en 2.5D sin los resultados deseados, lo que lo dejó como un título bastante feo al que pareciera haberle faltado mucho trabajo o una replanteación total de sus visuales. Este juego que pareciera habernos llegado a medias luego de tanto retraso, era obvio que haría enojar a sus fans.
Todo un fenómeno de los videojuegos contemporáneos que nos enseña claramente cómo no se deben hacer las cosas al momento de promocionar un juego es lo que le sucedió a No Man’s Sky, un juego que Sony promocionó mucho como exclusiva del PS4 en consolas con grandes promesas y al final terminó sin cumplir todo lo que se hubiera esperado del juego.
Lo que más afectó a No Man’s Sky fue el tremendo hype que levantó y que se puso a la venta como cualquier otro juego cuando era simplemente una modesta propuesta independiente, quizá si se hubiera manejado como lo que realmente fue desde el principio muchos hubieran disfrutado de sus bondades sin necesidad de hacerle ruido a tanta promesa.
Hubo toda una generación que creció con videojuegos de las Tortugas Ninja, por lo que un nuevo juego prometedor inspirado en esta serie era algo que queríamos celebrar, pero terminó rompiéndonos el corazón. Activision encargó a Platinum Games el desarrollo de un juego inspirado en las Tortugas Ninja que tenía todo para ganar: gran presentación visual, un estudio experto en juegos de acción desarrollando su gameplay y un gran publisher con recursos para hacer algo muy bueno, aunque el resultado estuvo lejos de lo que hubiéramos pensado.
Mutants in Manhattan terminó pecando de repetitivo teniendo niveles generados de forma aleatoria muy limitados y planos que teníamos que pasar una y otra vez prácticamente sin sentido; no se esforzaron en contarnos una historia y después de un par de horas perdía todo el chiste de algo que al principio se sentía muy prometedor. Una verdadera lástima pues se nota el potencial que pudo haber tenido el juego para todos los fans de la serie.
Capcom tuvo la brillante idea de celebrar el aniversario de una de las franquicias más emblemáticas de la historia de los videojuegos con un terrible videojuego. En lugar de recordar los orígenes de la serie, Umbrella Corps nos presentó un spin-off de acción multijugador que no se veía bien, tampoco se jugaba bien y, por supuesto, no le hacía justicia al aniversario de la franquicia, un verdadero desastre que queremos olvidar.
Decepcionante es la palabra que mejor describe a No Man’s Sky, y no nos malinterpreten, ni siquiera es porque el juega sea malo como otros del listado (Umbrella Corps), más bien esto sucede por lo mala que fue la comunicación con el juego llena de promesas que el título no pudo cumplir al ser un indie que se quiso vestir de una gran exclusiva. Las promesas de que tendríamos un universo lleno de vida que jamás terminaríamos por explorar se sintieron muy bien las primeras horas de juego en las que todo era una novedad, desafortunadametne cuando nos dimos cuenta que su muy limitada narrativa no tenía ni pies ni cabeza y que llegamos a un punto en el que todo se repetía una y otra vez con diferentes paletas de color y muy pocos objetivos por cumplir, fue cuando nuestra decepción terminó por sepultarnos.
Obviamente todo esto se acompañó por escándalos como demandas y gente enojada pidiendo su dinero de vuelta, la verdad que nadie desearía estar en los zapatos de Hello Games.