Por: Yeni Rueda (@Chupacabritas)
I
Quisiera tratar el tema de las caricaturas desde un ángulo mucho más serio, poder distanciarme para describirlas objetivamente, pero conforme pasan los años pierdo la capacidad y las ganas de hacerlo. Me es imposible hablar fríamente de una parte fundamental de mi niñez. Contrario a la mayoría de la población “intelectual” no me da vergüenza decir que la mayor parte de mi infancia la pasé frente a un televisor. No fueron los libros los que me llevaron a “viajar a otros mundos u otras realidades”, no en ese momento. Para mí, el caleidoscopio de experiencias fue en primera instancia, la programación infantil del Canal Once, las caricaturas del Canal Cinco, y la sección de cine que todos los sábados aparecía bajo el nombre de Permanencia Voluntaria. Por supuesto que Gokú formó parte de esos días en los que se podían comprar unas Sabritas por menos de cinco pesos. Dragon Ball (Z) es de lejos mi anime favorito, pero sí, el más entrañable.
II
La razón por la que Gokú dejó de ser el feroz saiyajin que llevaba en los genes, fue por un golpe en la cabeza que se dio al caer de un acantilado cuando era bebé.
III
Una asociación de padres de familia (¿todavía existen?) fue a recolectar firmas a mi preparatoria. Pretendían enviar una solicitud para que Canal Cinco replanteara su programación, pues estaba invadida por caricaturas con contenido sexual y violento que pervertían a los niños o les hacían creer historias fantasiosas, llegando a causar accidentes graves. Curiosamente, las firmas que buscaban eran las de los alumnos. Nuestras firmas. Como buenos adolescentes, ignoramos la letanía con la que pretendían conseguir nuestros nombres, pero esta vez había algo de aversión. Claramente fue un error ir con esa solicitud a toda una generación que creció viendo Dragon Ball.
IV
Los capítulos en donde se ve a Gokú interactuar con el mundo real me parecen detestables. Siempre he sentido una especie de repulsión por la etapa adulta de este personaje. Para mí es como un músculo bobalicón que traga y pega muy fuerte. Sin embargo, hay un capítulo que me hace sentir un poco de simpatía hacia él, sobre todo ahora, con unos años de más en mi organismo: Bulma ha invitado a todos a una fiesta, y el episodio inicia con los hijos de Gokú y Milk preparándose para asistir. Todos están listos para irse, menos Gokú, nadie sabe dónde está. Su esposa se queja diciendo que nunca aparece cuando se le necesita. Resulta que Gokú estaba en el bosque, a la espera del nacimiento de unos pterodáctilos (?). Las cosas se comienzan a complicar cuando ve que un huevo está fuera del nido. Intenta ponerlo en su lugar pero el padre del huevo se lo impide. Sin embargo se queda cerca, y qué bueno porque los huevos se enfrentan a varios obstáculos para nacer. Al final, Gokú logra ponerlos a salvo, los bebés rompen el huevo sanos y salvos, y después llega a la fiesta con la ropa sucia y hambriento. Me parece que es uno de los capítulos en los que mejor se define la naturaleza de Gokú. Y así, logré comprenderlo un poquito más.
V
Mi papá y yo compartimos muy pocas cosas. Cuando era niña, apenas y nos veíamos unas horas por las noches. Después, al salir de la primaria, comencé a pasar algunas tardes en casa. No sé cómo, pero de pronto, como un ritual, mi papá y yo veíamos Dragon Ball Z. Era la temporada en que Piccolo se hace cargo del entrenamiento de Gohan. Uno de los momentos más emocionantes de esa temporada fue la batalla contra Cell. Hablábamos poco, pero nuestra excitación fue igual de intensa el día que Gohan logró vencerlo. Respiramos aliviados cuando vimos a Cell desintegrarse. Pasó el tiempo y dejé de ver Dragon Ball Z y mis intereses no volvieron a ser compartidos con él. Hace unas semanas abandoné la casa de mis padres. El viernes pasado fui a visitarlos y escuché que mi papá tenía prendida la televisión. Me acosté en la cama junto con él, y vimos una pelea de Goku contra Majin Boo. No dijimos nada, pero estábamos felices. Fue como tener diez años otra vez.
VI
El dicho reza: detrás de todo gran hombre hay una gran mujer. Y eso mismo se aplica para Dragon Ball Z. Si no hubiera sido porque la Bulma del futuro construye una máquina del tiempo y manda en ella a su hijo Trunks, no se habría exterminado al Dr. Maki Gero, ni a los androides y mucho menos se hubiera atendido la enfermedad que sacó a Gokú temporalmente del juego. Así que, fue gracias a ella que todos se salvaron. Supongo que es una de las razones por las que siempre me gustó el personaje de Bulma, no sólo por su necesidad de aventura o por su inteligencia, sino porque en algunas ocasiones, parecía ir un paso delante de los demás.
VII
Estoy segura que el 90% de los niños de mi generación tuvo sus primeros sueños húmedos con Bulma como protagonista.
VIII
Mario Castañeda, la voz de Gokú para América Latina, comentó en una entrevista que no estaba muy seguro de trabajar en Dragon Ball. En Japón, el actor de doblaje había sido el mismo durante todas las temporadas. En algún punto habían intentando cambiar de seiyuu, justo en la transición de Gokú niño a Gokú adulto, pero en cuanto entró el nuevo actor los fanáticos se mostraron muy molestos, así que tuvieron que volver al seiyuu original y por eso se mantuvo durante todas las temporadas de Dragon Ball. Castañeda temía que en México sucediera lo mismo. Sin embargo, al ver que su hijo era un gran seguidor de la serie aceptó el trabajo.
Yeni Rueda López (Morelos, 1990). Editora y narradora. Lectora obsesiva de Juan García Ponce. Le gustan los gatos, la animación, bordar y estudiar Letras Hispanoamericanas en la UNAM. Escribe en el blog El tendedero