Crean en los extravagantes (y rigurosos) argumentos filosóficos de Schopenhauer o no, debemos admitir que la música es un componente fundamental de nuestra realidad. La humanidad se ha valido de una infinidad de recursos para componerla y disfrutarla. En los videojuegos hemos tenido la fortuna de poder experimentar el trabajo de Tetsuya Mizuguchi, quien consigue producir experiencias sinestésicas de ritmo, imágenes e interacción. Sus obras asemejan, sin embargo, más un flujo de tiempo que recorre el jugador. Sound Shapes, en cambio, nos permite experimentar la música de forma espacial. ¿Es la aproximación correcta? Sigan leyendo.
Por la música, misteriosa forma del tiempo.
“Otro poema de los dones”, Borges
Schopenhauer señaló que la música era la disciplina artística más pura y perfecta. Tan lejos llegó en su argumentación, que llegó a afirmar que, aunque el universo terminara, la música permanecería, como una centella rodeada por la nada, pues es independiente. Borges desarrolló la imagen poética en un verso: la música es una forma misteriosa del tiempo. No quiero clavarme aquí en temas extraños para muchos de ustedes, pero quiero ofrecer un contexto que explique por qué la música es un aspecto increíble de la realidad y que, para muchos, es totalmente ajeno al espacio.
Piénsenlo por un momento: la música como tiempo y el tiempo condensado en una forma misteriosa que concebimos como belleza. Y no lo consideren como algo espacial, que ocupa un lugar en el mundo, sino como algo que debe fluir como un río para poder ser percibido. Sound Shapes toma ese río de tiempo y lo transforma en plataformas, enemigos, monedas y demás elementos. Muy semejante a un pentagrama, veremos expresadas de forma gráfica en la pantalla las notas y cualquier elemento que produzca un sonido.
En teoría, suena fantástico: un juguete/herramienta/instrumento/ software/juego que permite que alguien que no sepa nada de música se acerque de una forma lúdica al arte de la composición. Por un lado, tenemos la campaña —organizada en álbumes musicales—, que nos permitirá conocer los elementos básicos del título y, por el otro, el editor y la sección de comunidad, en donde podrán explorar las posibilidades de las herramientas que Sound Shapes nos provee. Sin embargo, hay defectos que impiden gozar de cada una de las dimensiones de este juego en su totalidad. Desarrollaré esta idea más adelante.
Al terminar cada nivel del juego, desbloquearán nuevos elementos para el editor, el cual, por cierto, es completísimo y posee una gran flexibilidad (podrán cambiar el tamaño de las piezas, rotarlas, definir el compás de algunos elementos que producen sonido, cambiar los colores, etcétera). Una vez que terminen un nivel, pueden subirlo a la comunidad para que sea evaluado y jugado por otras personas.
El modo de campaña contiene las creaciones de personalidades tan importantes como Beck, Deadmau5 y Superbrothers + Jim Guthrie. Cada uno de estos niveles condensan visual y musicalmente el estilo de sus autores. Si bien, Deadmau5 me quedó a deber, en mi opinión, los niveles de Beck fueron una increíble sorpresa que disfruté a todo volumen. El diseño de niveles va de lo más brillante a algunas secciones que fueron afectadas por la necesidad de colocar elementos en ciertos lugares para producir un sonido determinado.
La idea es sencilla: al comenzar, no habrá música en el nivel y, a medida que recolectes monedas, saltes en objetos y avances, los sonidos irán completando la melodía. Fondo y forma constituyen una equivalencia pocas veces conseguida en otros medios. En la práctica, sin embargo, el juego no está a la altura del concepto.
¿Por qué afirmo lo anterior? Por una sencilla razón: El título no es un buen juego de plataformas. El control no está a la altura de los estándares modernos y el diseño de los niveles incluidos en el título, si bien desde el punto de vista musical y visual son estupendos, en algunas ocasiones cojean en aspectos básicos más relacionados con los juegos de plataformas. Y no me malinterpreten: Sound Shapes es un magnífico artefacto musical. Podrían hacer niveles enteros sin un solo enemigo, pero con una música increíble, y viceversa. El problema principal es el control: simplemente no es tan divertido recorrer esta fantástica sinestesia de espacio y música. El movimiento es lento, torpe en algunas ocasiones y la mecánica de pegarse y despegarse de los objetos no es explorada en su totalidad o, tal vez, no tiene las piernas suficientes para sostener un juego de plataformas.
El título tiene Cloud Sync, que te permitirá sincronizar tu avance en la nube para que puedas continuar en tu PS Vita lo que empezaste en el PS3 y viceversa. Es una buena característica, salvo que siempre tuve problemas para realizar una sincronización de datos exitosa.
A fin de cuentas, Sound Shapes puede no ser un gran juego, pero sí es una magnífica herramienta para crear música y permitir que alguien sin nociones de composición pueda crear y compartir su propio contenido. El concepto, los aspectos visuales y musicales son impecables; sin embargo, el juego no termina por desarrollar el potencial de las mecánicas básicas. Cuando fondo y forma se corresponden en el título, difícilmente encontrarán una experiencia parecida en otro juego de plataformas. Sólo nos queda esperar que la comunidad complemente la probadita que Queasy Games nos dio con los niveles incluidos.
Ocho