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Konami
Konami
13/09/2016
El futbol es un obligado en el mundo de los videojuegos. Es el deporte más popular del planeta, así que hay millones de aficionados deseosos de tomar el control de sus héroes. Por ello, a lo largo de la historia diversas compañías han trabajado para aprovechar esta titánica oportunidad de mercado. Sin embargo, en los últimos años la competencia se ha reducido a dos propuestas. Cada una con sus propias características.
La propuesta de Electronic Arts ha conquistado las listas de ventas, con millones y millones de unidades vendidas. Sin embargo, la propuesta de Konami se ha convertido en una materia de culto. Su estilo de juego ha enamorado a millones y ha representado, incluso, la única serie de la compañía con un futuro estable. Es por ello que esta entrega, Pro Evolution Soccer 2017, resulta ampliamente valiosa no sólo para la serie. También lo es para el publisher. Estamos, pues, ante un momento determinante en la franquicia. ¿Está el juego a la altura de todas estas circunstancias?
Lo primero que llama la atención al momento de tomar el control es la fluidez del juego. Es evidente la predilección de Konami y sus desarrolladores por un juego que luzca natural. Durante las últimas entregas hemos visto una evolución en dicho sentido y, por supuesto, estamos frente al resultado de dicho proceso. Esto a través de diversos factores que se presentan a lo largo de cada partido.
El juego apuesta por un control total del juego. Empezando, justamente, por el primer toque al recibir el balón. Queda claro que estamos ante un detalle que gana importancia, sobre todo porque de ese control se deriva la velocidad en que se desarrollan tus jugadas y la dirección en la que lo hace. Todo con una naturalidad que llama la atención y la cual funciona con tanta naturalidad que es sencillo terminar por sacarle provecho.
A este control se le añade un sistema que mejora y hace más precisos los pases al primer toque. Eso sí, buena parte de dicha precisión queda en manos del jugador, aunque no tendrás que batallar con el control para que el balón llegue a donde deseas. Eso sí, la pelota se comporta de la manera una de las formas más realistas que hayamos visto en los juegos de futbol. Todo sin traicionar esta naturalidad que ha sido la consigna de la serie y que se busca hacer patente en esta entrega.
La naturalidad se rompe un poco con la recreación de impactos y disputas por el balón. Estos choques no están tan bien retratados como en otras series deportivas, aunque resultan coherentes para el ritmo de juego que se muestra. Otro punto a mejorar es la actuación de los porteros, los cuales pueden dar espectaculares atajadas y pueden salir con mayor seguridad, pero en más de una ocasión dejan el balón a la deriva en jugadas de peligro. Queda claro que se trata de un tema a mejorar, aunque la evolución se nota.
El juego ha ofrecido, a su vez, la posibilidad de poder realizar cada vez más maniobras con el control. Su ejecución es mucho más suave, a la vez que mantiene el ritmo fluido del juego. Sin embargo, no esperes que todo funcione de maravilla. La Inteligencia Artificial reacciona de manera muy lógica, incluso en la dificultad estándar. El desarrollo del juego se trata no sólo de lucirte, sino de tomar la mejor decisión al momento de elaborar tus jugadas. Incluso la elección más sencilla puede resultar más determinante que una gambeta fuera de lugar. Por ello, encontrarás rivales más dedicados a cerrarte los espacios y a aprovechar las oportunidades que tu defensa deja en la retaguardia.
También la inteligencia artificial está más dedicada a asistirte y, por supuesto, estamos ante un momento clave en el que los jugadores de tu equipo reaccionan te forma cada vez mejor a tus movimiento. Buscarán abrirte espacios y acompañarte en las incursiones hacia el área contraria. Como hemos dicho, mucho del éxito de tus jugadas depende de cómo se realicen las elecciones y esto incluye la táctica. El juego ofrece opciones para modificar la formación táctica de tu escuadra de manera mucho más profunda y sencilla, a través de comandos fáciles de identificar. Se realiza principalmente con el pad y es fácil acostumbrarse a estas órdenes.
Estamos, pues, ante un juego que luce muy vivo. Que tiene en su naturalidad y fluidez virtudes importantes. Es sencillo acostumbrarse a su ritmo de juego, aún hayas venido de la serie rival, aunque no por ello será una experiencia fácil. Aunque en este caso la inteligencia artificial podrá jugar a tu favor si sabes tomar las decisiones correctas. Pero, ¿qué nos espera más allá del mero juego?
Hay que ser muy sinceros. Parte importante del éxito de un juego de futbol es el tema de las licencias. Sí, puedes tener un gameplay innovador y bien realizado. Pero el público desea poder jugar con sus equipos y jugadores favoritos. Es, justamente, el punto más débil de la franquicia y para esta entrega ha resultado muy golpeado.
En primera instancia, el juego preserva la licencia de la Liga de Campeones. También de la Europa League. Incluso podemos ver la Copa de Asia. Pero lo que no hay ya es la Copa Libertadores. La máxima competencia del continente americano ya no está presente en este juego. Aunque podemos contar con ligas como al argentina o la brasileña, queda claro que no es lo mismo. Eso sí, el público sudamericano (leal a la serie PES) tendrá todavía la oportunidad de jugar con sus equipos predilectos.
Sale a relucir, sin embargo, la pérdida de licencias en el futbol europeo. Sí, el juego nos presume desde la portada su acuerdo con el FC Barcelona. Pero ha dados pasos atrás al presentar escuadras del futbol en dicho continente. Por ejemplo, la liga española está compuesta casi por equipos sin licencia. Este tema influye mucho, porque aunque tu juego esté bien realizado es obvio que un clásico Barcelona-MD White es un tanto anticlimático.
Otro detalle es que los modos de juego no ofrecen reales novedades. Los campeonatos y copas siguen estando presentes como en el pasado, sin más cambios que una presentación nueva al momento de entrar a jugar en la Champions League y competiciones similares. El juego local sigue estando presente con partidos amistosos, como es tradición (aunque con variantes como Versus, que te permite comparar tu rendimiento en cada juego). El modo Ultimate Team sigue encontrando en My Club una respuesta casi sin cambios en esta edición. Así que, si esperabas cosas nuevas en este aspecto, lamentamos informarte que no es el caso.
Hideo Kojima dejó dos herencias a Konami. Una es, claro, la serie Metal Gear. La otra es el Fox Engine. Sí, no está ya el padre de Snake. Pero quienes se quedaron en la compañía han aprendido a sacarle provecho a este motor de juego. Se nota no sólo su aprovechamiento máximo al momento de modelar a los jugadores, tarea que han realizado bien y con buen tino. También se nota al momento de obtener una fluidez importante al momento de desarrollarse cada jugada. El juego no luce impecable visualmente, pero sí deja ver un alto grado de realismo en cuanto a animación, movimiento e iluminación. El cual se nota, principalmente, al momento de mirar repeticiones instantáneas.
A la edición de América Latina vuelven las voces de Luis García y Christian Martinoli. Las voces de Azteca son actualmente las más populares en cuanto a narración futbolística se refiere, pero sus diálogos no han cambiado gran cosa respecto a entregas anteriores. Así que no te extrañe encontrarte con las frases de siempre al momento de jugar con estos locutores durante tu partido.
Estamos ante una edición muy prometedora de la serie. Especialmente porque en cuanto a gameplay ha transformado su experiencia a ser una muy fluida, en la cual el movimiento del balón sea el más natural posible. Dota al jugador de mayor control de la experiencia de juego y ofrece mayor nivel de detalle gráfico. La animación luce muy bien y estamos ante la esperanza de que estamos ante algo bueno y lo mejor está por venir.
Sin embargo, el título se ha guardado nuevos modos de juego. Las licencias es algo en lo que no se puede o no se quiere invertir. La experiencia realista del gameplay se diluye un tanto al ver un equipo completamente licenciado contra uno que no lo es. Es cierto, las licencias no son todo. Pero sigue siendo un pie del cual la franquicia cojea con mucha notoriedad. Un flanco muy débil que puede restarle al título el impacto que quiere brindar.
Estamos ante un juego destacado en cuanto a hechura. Los que siguen a esta franquicia como un culto pueden ver él una de las entregas mejor realizadas y con mejor fortuna. Konami no los ha abandonado. Más bien, se prepara para brindar entregas mucho más plenas. Por ahora, estamos ante un buen retrato de la serie y ante una grata experiencia. La cual vale la pena si eres leal a los títulos de futbol realizados por el publisher y merece ser probada si es tu primer acercamiento.