WII U, 3DS
WII U
Sega
Nintendo
24/06/2016
Los juegos olímpicos están a la vuelta de la esquina y como ya es tradición Mario y Sonic juntan a sus amigos y montones de referencias a sus universos en una nueva edición de su título deportivo que celebra este magno evento. Me agrada ver que en lugar de ser un simple skin de lo que ya hemos visto o incluso algo que se parezca demasiado a la versión de Nintendo 3DS que se publicó recientemente, el juego nos presenta novedades y aunque no es un juego que viene a romper paradigmas o a coronarse como lo mejor que tenemos este año, al menos cumple muy bien con su cometido, quizá incluso mejor que cualquier otro juego de la misma serie, algo completamente comprensible considerando la experiencia que se ha venido ganando desde Beijing 2008 y el hardware en el que el juego se nos presenta actualmente.
Muchos pueden pensar que poco se puede esperar de un título de esta naturaleza que tiene una fecha de caducidad muy marcada quizá limitada por la fiebre olímpica, pero sorprende la manera en que después de juegos bastante mediocres de la gran N como Animal Crossing: Amiibo Festival y Mario Tennis: Ultra Smash, al menos este juego de Sega viene con propuestas más sólidas, variadas y divertidas para alimentar los juegos familiares –o “casuales”– de una plataforma tan enfocada a un público extenso como lo es el Wii U.
Se vale que para muchos la fiesta olímpica de Mario & Sonic materializada en un juego para su consola de Nintendo sea ese souvenir imperdible, yo soy de esos que los coleccionan, pero se siente aún mejor cuando nos deja un buen sabor de boca y momentos divertidos tanto en solitario como en compañía.
Vamos pues a la reseña.
Les voy a ser sincero, no entiendo muy bien la tendencia que ha tenido Nintendo con varios de sus juegos en los que limita mucho las actividades que tienes inicialmente, quizá suponen que limitar lo que el jugador puede hacer quizá sirva como tutorial o como una curva de aprendizaje amigable, pero también puede ser muy desesperante.
Mis primeras horas con el nuevo festival olímpico de Mario y Sonic fueron bastante raras, el juego me dejó en un hub donde todo estaba cerrado y sólo me dejó jugar partidas rápidas de cualquiera de sus 14 eventos oficiales sin ningún objetivo especial, tiempo después se desbloquearon las Olimpiadas como tales que más adelante les explicaré cómo funcionan y finalmente uno de los modos más entretenidos que ya tiene que ver directamente con la lucha entre el bando de Mario y Sonic.
Advierto que esas primeras horas en las que todo el contenido estaba desbloqueándose me sentí un poco perdido y supuse que el juego estaría vacío, pero una vez que pasé ese bache, la pasé muy bien.
Desde Wii Sports los juegos deportivos en consolas de Nintendo nunca fueron lo mismo, con la posibilidad de tener controles de movimiento y posteriormente el gameplad, siempre se buscó tener controles llamativos para un público casual, incluso la versión de 3DS nos pide usar la pantalla táctil para juegos como el Golf –¡vaya desperdicio!–. Después de mucho tiempo, la serie se volcó por completo a lo que podrían amar los jugadores de la vieja escuela sin hacer a un lado a los nuevos jugadores, usando por completo los botones para todos sus minijuegos.
Machacar un solo botón para nadar o correr, usar el D-Pad y botones en juegos como Rugby, Fútbol y Voleibol, oprimir al ritmo de la música en la gimnasia y otras acciones por el estilo son el centro del gameplay que se olvida por completo de pantallas táctiles y controles de movimiento.
Algo que podría criticarse en el juego es que podría sentirse limitado en el número de actividades olímpicas disponibles, personalmente me entristeció que sólo 3 de los 14 eventos vienen con su edición de fantasía que nos podría hacernos sentir con un paquete limitado incluso si lo comparamos con otras entregas de la serie, pero lo que me gustó fue que el hecho de limitar más el juego nos entregó mejores experiencias en varios de los deportes más importantes que se presentan en esta edición.
En general puedo decirles que fue positivo el hecho de que el juego se ve mucho más pulido para ofrecernos la mejor de las experiencias en sus deportes fuera de cualquier otro modo que pudiera agregarse, me refiero con ello a que tanto el fútbol, rugby y voleybol con sus tres variantes de fantasía que consisten en el uso de objetos al estilo Mario Kart, acumulación de puntos y el logro de marcadores espectaculares son realmente divertidos.
Otro elemento positivo del título radica en su dificultad, si bien les había comentado inicialmente que las primeras horas son sumamente tediosas por elementos que incluyen una dificultad ridícula, en cuanto se han desbloqueado todos los modos, se liberan los desafíos de personajes invitados o los retos más difíciles del modo de Juegos Olímpicos que se llega a sentir desafiante incluso jugándolo en solitario.
El juego deja a tu Mii sobre la playa de Copacabana en Río que es simplemente un menú –muy bien presentado– para elegir los distintos modos de juego que ofrece gradualmente.
El estadio es lo primero en estar disponible y en él puedes participar con amigos de forma local en cualquiera de las 17 actividades disponibles por el simple placer de hacerlo; si juegas en solitario puedes elegir entre tres opciones de dificultad, recomiendo la segunda para que la pases bien.
Posteriormente tienes los Juegos Olímpicos con los Mii que es como un modo carrera en el que tienes que ir cosechando en solitario las medallas en todos los deportes que se incluyen, eso implica que pases dos rondas clasificatorias y la final en la mayoría de las actividades. Además de ello el juego impone retos específicos como completar hazañas muy particulares en cada una de las actividades para que además de las medallas se te ofrezca un premio especial en forma de accesorios relacionados con la disciplina a la que te estés enfrentando.
El siguiente modo en desbloquearse es la Batalla de los Héroes que supliría a los modos de historia o similares a Mario Party con juego de tablero que se incluyeron en pasadas entregas. Este modo básicamente es una sucesión de minijuegos en los que en solitario o en multijugador local tienes que optar por el bando de Sonic o el de Mario y jugar con sus respectivos personajes en batallas en las que el premio por llevarse la victoria es activar cartas con las que tienes que eliminar a cada uno de los rivales hasta llegar al capitán –Mario o Sonic– para vencerlo y llevarse la victoria. Las primeras partidas pueden parecer bastante complejas y confusas, sobre todo en lo que a estrategia y uso de cartas se refiere pero poco a poco te acostumbras pudiendo divertirte bastante con su potencial; tampoco podemos decir que es la adición más grande al título o el mejor modo Party que ha tenido la serie, pero al enfocarse mucho en el simple hecho de competir en los minijuegos sobre el azar, hace que sí podamos decir que al menos está por encima de lo que la serie nos ofreció en la pasada edición de su fiesta olímpica veraniega.
Finalmente si tienes Amiibo puedes usarlos en un modo en el que se requiere pasar varias pruebas para quedarte con trajes especiales y exclusivos para quienes tienen las figuras de Mario y/o Sonic.
Todas las actividades que realizas te otorgarán tanto monedas de Mario como anillos de Sonic, mismos que podrás canjear en una tienda por tiradas en una máquina tragamonedas que te otorgará regalos como piezas de traje para tu Mii y sellos para Miiverse. Hay varios cientos de coleccionables (más de 400), por lo que podemos señalar que quizá te entretengas bastante obteniéndolos aunque quizá pocos tengan el valor de hacerlo en el momento en que se comiencen a aburrir con la selección de eventos que se han incluido en el paquete.
No me gustó mucho que no hay un sistema de progresión de habilidades para el Mii en modos como el de los Juegos Olímpicos y aunque puedes potenciarlas con los diversos trajes que vas adquiriendo, su impacto es mucho menos marcado que en las versión de 3DS que sí se sentían mucho más relevantes.
De todas las entregas de la serie es quizá el que se siente más enfocado a ofrecer una experiencia social con fans de los juegos olímpicos en todo el mundo; en la playa que te sirve como menú encontrarás muchos Mii de otras personas de todo el mundo –y otros seguramente generados de forma aleatoria por la consola– que te darán datos curiosos sobre la cultura, tradiciones, geografía y hasta gastronomía de su país. Es entretenido simplemente andar saludando a todo mundo para conocer sobre los países pues me pareció bastante interesante la selección de datos curiosos de todas las naciones que participan en la feria olímpica.
Miiverse forma parte importante también de la experiencia con un gigante pizarrón luminoso sobre la playa en el que todos los jugadores comparten su experiencia y usan las decenas de sellos que obtienen como recompensa.
Puedes ver tablas de líderes para todos los deportes e incluso descargar los fantasmas de tus amigos o de los mejores del mundo para superarte y competir con ellos, pero sigue sin llegar un modo en línea que pudiera quizá poner más interesante la competencia real.
La serie desde sus orígenes ha estado completamente enfocada al público casual, por lo que es un producto que no puede recomendarse a cualquiera; si buscas un juego deportivo sólido y profundo te decepcionarás porque lo que encontrarás aquí más bien son minijuegos, que aunque han tenido abundantes mejoras con el paso del tiempo, tampoco les da para convertirse en un juego insignia de la plataforma de Nintendo, pero te pueden hacer pasar un buen rato de celebración olímpica y de juego casual con amigos.
Como jugador de la vieja escuela agradezco que esta entrega se haya centrado por completo en el uso de los botones dejando al lado cualquier otro tipo de interacción y entregando minijuegos mucho más disfrutables que incluso llegan a tener su buena dosis de reto en dificultades altas. Si bien no todos los 14 eventos son igual de disfrutables, sí hay aciertos interesantes como los tres deportes principales del paquete –fútbol, voleibol y rugby– que hacen buenos experimentos que llegan a ser sumamente divertidos en sus versiones de fantasía.
La presentación es bella y festiva, es un juego de Wii U que gráficamente luce bien y adecuado para ser un souvenir de la fiesta olímpica, por ese lado está bien, aunque con otras propuestas mucho más profundas en el mercado de los juegos familiares y deportivos, quizá no termine siendo la opción para cualquiera.
¿Es el mejor de la serie? Les diría que posiblemente sí por las ventajas del hardware en el que se nos presenta y su enfoque a los minijuegos que han venido mejorando y ahora se centran por completo en el uso de botones.