Pokeweek: Apuntes para salir de casa

TRENDING

La infancia es un pokémon que aún no ha aprendido protect

por Joaquín Guillén Márquez

2009

game-boy-color-moradoTerminamos de leer A Portrait of the Artists as a Young Man en clase de inglés y a lo lejos escucho que alguien se burla de uno de mis compañeros. No entiendo cómo es que esto sigue pasando en la universidad, mucho menos en la Facultad de Filosofía y Letras. Siempre pensé que esa facultad era el refugio de todos los maltratados y resentidos sociales del país. No estoy diciendo que esté predispuesto, pero si algo me dejó el bullying fue una profunda obsesión con la ficción. No se trataba de escapar de mi realidad, sino de entenderla. No puedo evitar escribir en mi cuaderno “Joaquín Guillén Márquez / Facultad de Filosofía y Letras / Universidad Nacional Autónoma de México / Coyoacán / Distrito Federal / México / América / El mundo / El universo”, pero me detengo porque la razón de las risas, alguien en la otra clase se había presentado como «bicampeón nacional de Pokémon». Tenía que conocerlo.

 

1998

Tenía ocho años cuando jugué por primera vez Pokémon. No recuerdo cómo fue que todos mis amigos en la primaria queríamos el juego, pero diré todo es culpa de Canal 5. Era un niño en 1998 en el área metropolitana de la Ciudad de México, atrapado en una región que se niega a ser Estado de México pero a la que no se le permite ser Distrito Federal. Un niño que veía la bendita televisión de los noventa para guiarlo en cualquier cosa porque los padres estaban en medio del divorcio. Un niño que vivía una casa en las afueras pero que estaba a punto de colapsar. Un niño con un hermano menor por el que sentía mucha responsabilidad. Un niño cuya vida familiar estaba en el proceso de extinguirse. Un niño que lo único que tenía era su Game Boy Color morado, un par de pilas AA y la edición azul de Pokémon. La infancia es un pokémon que aún no ha aprendido protect.

 

2013

En mi casa los videojuegos fueron el único regalo que mi hermano y yo disfrutamos, pero algo por lo que desde los quince años se tenía que trabajar. Al crecer, todo lo hice con el propósito de salir de casa para tener una aventura nueva, solo, lejos del hogar. Lo supe porque en Pokémon los padres se quedan inmóviles mientras ven a sus hijos partir. Ellos aceptan esa salida y el ritual de elegir un pokémon como parte esencial del proceso a convertirse en adulto. Sabía que la vida no era un juego y que no podía irme por sin nada. Decidí no hacerlo. Si iba a salir de casa iba a salir completo. En octubre tomé todos mis ahorros y compré, entre otras cosas, una lavadora, un refrigerador, un horno de microondas y Pokémon X.

 

1985

Contra todo pronóstico, un joven menor de veinte años salió de su casa en Tlacotalpan, Veracruz, para vivir en el Distrito Federal. Años más tarde se convirtió en mi papá.

 

2000

Mi hermano y yo visitamos el pueblo de mi papá para pasar navidad con su familia, las primeras vacaciones sin mi mamá. El 31 de diciembre de 1999 me dormí con la inquietud de que el mundo se acabaría, pero también tenía emoción porque creía que en el año 2000, el nuevo siglo, a mis diez años (la edad en que Ash Ketchum salió de su propia casa) estaba listo para enfrentar nuevos retos. Suena Natalia Lafourcade.

pallet-town

1998

Los muebles de mi casa eran grises y su la tela dejaba ver los interiores que, por alguna razón, parecían pañales apretados. Mi hermano jugaba en el Nintendo 64 y yo el Game Boy. Él estaba sentado en la sala mientras yo me acostaba en el sillón. Prendía el Game Boy y aparecían dos monstruos que luchan. Nunca sospeché que casi veinte años después seguiría recordando el nombre de esas criaturas, Jigglypuff y Gengar, la música y los movimientos que hacen. La batalla desaparece y el menú dice que presione START. Nuevo juego. Bienvenido al mundo pokémon. Para algunos, los pokémons son mascotas; otros los usan para pelear.

 

2015

Pero yo escribo, ahora, sobre ellos y sobre mi historia que en realidad es también la de Pokémon y sus sprites en 8 bits que empiezan en Pueblo Paleta pero salen de su casa para cumplir su destino.

 

1999

umbreon-pokemonNo sé cuál de mis compañeros de la primaria me metió a la cabeza la idea de que en el año 2000 existirían los pokémon.

 

2013

Mi equipo en todas las versiones de Pokémon suele ser el mismo. Crobat, Umbreon, Lanturn, Breloom, Rhyperior, Blaziken.

 

2009

Pasé unos días intentando hablar con el chico que le gustaba Pokémon hasta que por fin lo logré. A menudo creo que él es un catalizador para pensar en la amistad, en qué es lo que me hace una persona cercana a otras. Nunca me caractericé por hablar bien o por ser social, mucho menos por ser divertido, pero había algo en él y en el grupo que formamos, también gente que conocía y gustaba de Pokémon, algo completamente natural, alejados de todos los gustos externos y aislados de los prejuicios que suelen acompañar a los videojuegos. No sé en qué momento decidí que sería su amigo, y en verdad tampoco estoy seguro de que yo sea una persona importante en su vida, pero su presencia me bastaba para sentirme bien con el niño que fui. Pokémon nunca me enseñó a tener amigos, al contrario, me enseñó a estar solo, a vivir en una competencia extrema, a trabajar mucho, a disfrutar andar en bici, a ganar dinero por lo que me gusta, pero jamás a convivir. No me parece extraño que sea tan tímido si la mitad de los juegos que tengo son RPG y los protagonistas sólo hacen sonidos y sus expresiones se limitan a los puntos suspensivos. Soy, como amigo, terrible. Pero ahí estaba él, y otros antes y después de él, quienes me enseñaron que incluso en la socialización incómoda podíamos convivir, podía unirme al party de alguien. La gran lección de ese año es que no importaba qué tan solo viajara por Kanto, no podía hacer lo mismo en mi vida diaria. La amistad es un pokémon salvaje.

 

1955

Rubén y Socorro, mis abuelos, salieron del rancho en Jalisco para vivir en el D.F. No tenían hijos, dinero, zapatos, ni casa.

 

2012

Supe que mi amigo no entrenaba naturalmente a sus pokémon, sino que los creaba.

Fue como enterarse que el Santo usaba esteroides.

 

2015

aventura-pokemonNo es que no sepa hilar párrafos ni desarrollar ideas. La escritura sucede, como el tiempo, en fragmentos. De mi infancia, de mí, de mi familia, conservo sólo viñetas que me ayudan a entenderme, que parecen lejanas la una de las otras. Entiendo que mi vida de hoy, fuera de casa, es un relato que no tendría sentido sin mis pocos recuerdos que me orillaron a salir y conocer el mundo, la vida adulta, el amor y las amigos. Si quieres mantenerte fuera de problemas, dice un personaje en EarthBound Beginnings, quédate en casa. Y qué genial sería sólo quedarme en casa y no crecer. Ver el mundo desde arriba sin involucrarme y saber que en cualquier momento puedo pausar la vida. Sería una bendición poder guardar la partida antes de equivocarme y apagar el Game Boy de la vida como todas las veces que mataba, sin querer, a un pokémon legendario. Eso, sin embargo, sería ir en contra de la única constante de todos los videojuegos: salir de casa.

 

1998

Una vez jugué Pokémon más de diez horas seguidas. A esa edad era la primera vez que hacía algo de manera maratónica.

 

Vomité toda la noche.

 

1965-2015

Machida, Tokyo.

Un niño salió de su casa porque su amor por explorar era demasiado. Fuera de su casa se dedicó a atrapar insectos de todas las maneras que podía. Años después decidió dedicarse al mundo de los videojuegos con una idea inspirada en la obsesión de su infancia. Su nombre es Satoshi Tajiri, creador de Pokémon.

 

Conoce al colaborador

Joaquín Guillén Márquez (Nezahualcóyotl, 1990) es jefe de redacción de Tierra Adentro. Su primer pokémon fue un Squirtle.

Arte cortesía

SA-DUI

ASTROPUNCH

ごろすけ

Invitados Colaboradores