PS4
PS4
From Software
Sony Computer Entertainment
24/11/2015
Las expansiones de los últimos juegos de From Software se han caracterizado por integrar una increíble dificultad, incluso superando a la de los títulos originales. Sólo basta recordar la primera vez que sucedió con Dark Souls, cuya edición completa con todo y DLC se titulaba “Prepare to Die Edition”. Con The Old Hunters llegando a Bloodborne no se rompe la tradición, y no podría estar más contento por ello.
Medir en horas la experiencia que nos ofrece esta expansión de 20 dólares es un esfuerzo inútil. Más si tomamos en cuenta que el promedio de tiempo para finalizar Bloodborne es de 35 horas, pero sin considerar que a algunos les tomó entre 60 y 80 horas llegar a un nivel en el que no se les hiciera imposible Nightmare of Mensis, mientras que yo este fin de semana realicé un speedrun (con ayuda de co-op en cada zona) de entre 8 y 10 horas para llegar al mismo lugar y tener el nivel suficiente para no morir de un golpe en la expansión.
No obstante, lo que sí sabemos es que el juego incluye más de 15 armas, cinco jefes increíblemente difíciles, cerca de diez nuevos conjuntos de armaduras llenas de estilo y zonas inéditas que nos tendrán explorando cada secreto durante horas y horas.
La historia de los juegos de Hidetaka Miyazaki están llenas de misterio, y nunca se es posible descifrar en su totalidad cada uno de los aspectos narrativos. Con esto en mente, The Old Hunters ofrece respuestas a interrogantes que quedaron en la mente de los jugadores como el paradero de Ludwig, el primer cazador, de dónde vienen los Snatchers/Kidnappers y por qué nos encierran en Hypogean Gaol, qué clase de experimentos se llevaban a cabo en Lumenflower Gardens y mucho más.
Es necesario destacar que para acceder a la expansión, como en todos los títulos del estudio, es necesario progresar hasta cierto punto en el juego. Aunque previo al lanzamiento del DLC se dio a conocer que era necesario haber vencido al jefe de Grand Cathedral, la dificultad de las nuevas zonas nos obliga a subir por lo menos a nivel 65 para no enfrentarnos a una tarea imposible.
Tal vez ese sea uno de los pocos defectos de este gran juego, ya que nos abre la posibilidad de acceder a las nuevas áreas sin asegurarse de que estemos listos para enfrentarnos a los retos que ahí nos esperan. Esto podría ser engañoso y más si nos morimos por probar las novedades de la expansión.
Durante nuestra aventura en el juego original, siempre tuvimos momentos de paz en Hunter’s Dream si queríamos escapar de las locuras de Yharnam y sus alrededores. Conversar con la muñeca, modificar nuestras armas, equiparnos runas y comprar provisiones a los mensajeros era un ritual casi terapéutico después de enfrentarnos a nuestros peores miedos. Con The Old Hunters, From Software nos arrebata ese último santuario de paz y en su lugar nos empuja a los hostiles entornos de Hunter’s Nightmare.
La anterior es la primera de las nuevas áreas que visitamos, algunas de las cuales se inspiran en zonas que ya conocemos -como Cathedral Ward- pero las transforman en pesadillas todavía más retorcidas. Ríos de sangre, lagos venenosos, laboratorios donde se experimenta con el cuerpo humano y aldeas en ruinas son solo algunas de las locaciones que visitaremos en este perturbador viaje.
Si algo hizo impecable el equipo de Hidetaka Miyazaki con Bloodborne, fue el hecho de llevar verdaderas fobias universales de los seres humanos a la realidad. Desde cosas simples como las arañas, la oscuridad y el “señor del costal” hasta miedos súper densos como la tripofobia, el temor al fracaso y al encierro.
En esta expansión no se podían quedar atrás, y nos muestran a través de la dirección de arte y el diseño de niveles lo real y gráfica que puede ser una pesadilla; gracias a elementos como edificios que conocemos pero torcidos y con ángulos irreales para emular la sensación de estar en un lugar en el que no pertenecemos, mosquitos gigantes con estómagos llenos de sangre para representar el miedo a los insectos y cosas tan sencillas como el temor a los monstruos que se puedan ocultar en el fondo de un pozo. Si una zona no esconde algún elemento perturbador para nuestra mente, seguro la siguiente sí lo tendrá.
Bloodborne cuenta con su buena dosis de zonas y jefes opcionales si queremos expandir nuestra experiencia de juego y saber más sobre el universo que nos rodea. Si superar los retos de Nightmare of Mensis es muy complicado, siempre está la opción de visitar Nightmare Frontier, por ejemplo. En la expansión, la libertad se reduce a cambio de más acción. La progresión sucede a través del avance de una zona directamente a la siguiente, sin muchos caminos secundarios ni alternativas en caso de quedar atorados. Lo anterior no es necesariamente un punto negativo, menos si contamos a The Old Hunters como parte de la experiencia completa del juego como un conjunto de zonas más en la historia principal.
Las novedades no tienen que ver únicamente con zonas y fobias nuevas, encontraremos una gran variedad de armas que expanden las posibilidades de combate. Profundizaremos en la historia de los Powder Kegs, por ejemplo, y seremos capaces de utilizar su armamento basado en el uso de la pólvora. Así podremos probar el Blood Hammer que nos permite golpear a distancia mientras prendemos enemigos en fuego, y sentiremos el poder de la Gatling Gun con la que Djura nos intentaba aniquilar desde su torre en Old Yharnam.
Como sabemos, utilizar tal o tal arma depende totalmente de nosotros, aunque con los nuevos jefes es altamente recomendable darle oportunidad por ejemplo a la Whirligig Saw que en su modo alternativo se convierte en la famosa cortadora de pizza, ideal para algunos enemigos peligrosos a corto alcance.
Los cinco nuevos jefes son particularmente más desafiantes y difíciles. Durante nuestra experiencia en el juego original nos encontramos con algunos “trucos” para alterar el estado de nuestros enemigos y sacar ventaja en el combate. Usar la cajita de música con Father Gascoigne para enloquecerlo con los recuerdos de su hija, Numbing Mist con Vicar Amelia para evitar que se cure y Pungent Blood Cocktails con Blood Starved Beast para distraerlo con el olor de la sangre era solo algunas estrategias para cambiar el rumbo de las batallas a nuestro favor, elemento que desaparece por completo con los nuevos enfrentamientos con los jefes del DLC.
Cada batalla es cruda, violenta y abrumadora. No hay oportunidad de distraernos ni un segundo y en todo momento nos sentimos presas de un cazador insaciable. Se agradece el detalle del estudio de incluir varias fases en cada batalla. En algunas ocasiones un jefe cambia su forma para volverse más agresivo, mientras que en otras se multiplican para hacer de nuestra evasión una tarea más difícil, por sólo mencionar unos ejemplos. Kudos por el regreso de la Holy Blade que hemos visto en juegos previos de From Software.
Un jugador hardcore de estos títulos siempre declarará que el verdadero reto consiste en sufrir con el juego en modo offline y sin utilizar el multiplayer. Un detalle agradable de esta expansión es que el estudio nos demuestra que jugar en modo cooperativo está bien, y hace la experiencia más divertida. En el pasado, uno de los conflictos más recurrentes con el juego original eran las terribles caídas de framerate al usar el modo online, problema que desaparece con la actualización del DLC y que lo elimina casi por completo.
Además, aunque no hayamos comprado la expansión podemos disfrutar de nuevo contenido como The League, un nuevo covenant que añade tablas de puntuación e incita a los jugadores a trabajar en equipo para ganar premios como armas y demás equipo. Por otro lado, a lo largo de Yharnam aparecen más NPC que podemos invocar para que peleen a nuestro lado en caso de no querer conectarnos a internet.
Bloodborne: The Old Hunters es una gran expansión que si bien no es indispensable, sí complementa y llena algunos huecos argumentales que se dejaron sin resolver en el juego original. Como su naturaleza lo indica, expande sobre la narrativa que ya conocemos y añade retos más difíciles para los jugadores más experimentados, sin dejar afuera a quienes no deseen comprar el contenido mejorando fallas técnicas recurrentes.