Oficialmente la primera saga de Dragon Ball Super ha concluido. Luego de varios episodios en los que Gokú se enfrascó en una pelea intensa con el enemigo más poderoso que se ha enfrentado hasta ahora, Akira Toriyama y Toei Animation ya se encuentran preparando todo para darle cerrojo a este arco argumental y comenzar a ligarlo con el siguiente. ¡Qué mejor manera para hacer esto que con un episodio cómico cuyo protagonista estelar fuese ni más ni menos que el bufón de Mr. Satán!
Tal cual y como ya se ha vuelto recurrente desde su aparición y al final de cada saga, Mr. Satán logra alzarse como el héroe de la pelea que sostuvo el saiyajin, con todo y pese a que ni siquiera intervino de alguna manera en ella; vamos ni siquiera metió las manos.
Una vez que concluyó la pelea entre Gokú y Bills, misma de cuyos choques y energía liberada pudieron sentirse a lo largo del universo, los habitantes de la Tierra acudieron al hombre más fuerte (y payaso) del mundo para preguntarle sobre lo sucedido. Como siempre y para intentar proteger la identidad de nuestros héroes, el padre de Videl explicó a los angustiados terrícolas todo lo que recientemente había acontecido, pero no sin antes adjudicarse todo el crédito por el combate.
Tras algunos días de paz y de haber finalizado la pelea entre los dioses, el múltiple veces campeón del Torneo de las artes marciales convocó a un evento de prensa especial en donde explicaría todo lo ocurrido. Sin embargo y para la sorpresa de todos los presentes, entre ellos Mr. Satán, dentro de éste se suscitaría un hecho en el cual el fanfarrón protector de nuestro planeta debería de demostrar que todo lo que presume no era una mera invención.
Una vez en la conferencia, Mr. Satán les explicó a los asistentes la manera (inventada) de cómo él había protegido a la Tierra de la amenaza del dios de la destrucción, Bibi (LOL). Luego de haber encontrado su ubicación y de descubrir sus planes malignos, el valeroso peleador se lanzó en su búsqueda para así enfrentarlo en un combate en el cual despertó sus poderes dormidos de dios… que por algún motivo se parecen a la transformación de un Super Saiyajin ordinario.
Mientras el relato sucedía, de manera repentina apareció una nave espacial de la cual bajaron dos seres provenientes del planeta Sunakusei. Con una apariencia de leones antropomorfos, los viajeros del espacio explicaron que su visita a nuestro planeta se debía a su intención por buscar al guerrero que había detenido la furia de Bills, así como para felicitarlo y agradecerle por su heroico acto.
Luego de un breve susto, Mr. Satán les reveló que él era al hombre al que buscaban y que, orgullosamente, aceptaría su reconocimiento. Sin embargo y como no todo podía ser tan fácil para el simpático personaje pronto un tercer visitante, el guerrero Galby, retó al salvador del universo a un combate para comprobar el poderío con el cual venció al dios de la destrucción.
Obviamente esta última intervención generó una secuencia sumamente cómica en la que Satán buscó las maneras de poder evadir el problema mientras encontraba la forma de pedirle ayuda a los verdaderos héroes.
Entre su desesperación por no encontrar a nadie que viniese en su ayuda pronto se topó de manera sorpresiva con Gokú, el cual para su infortunio había tenido que volver a trabajar en el campo por órdenes de su esposa. Aunque por un breve momento todo parecería indicar a que el saiyajin se haría cargo del problema del terrestre, éste repentinamente huyó y dejó a su suerte al padre de Videl tras ver que Milk lo había encontrado haraganeando.
La situación lucía crítica; Mr. Satán se encontraba acorralado frente a un ser del espacio que fácilmente podría acabarlo en poco tiempo y en un momento que dejaría al descubierto toda la farsa que había ideado. Todo se veía oscuro para el campeón de las artes marciales, el cuál parecía resignarse para ser desenmascarado. Pero como siempre la suerte demostró estar de su lado y, de un momento a otro, se presentó algo sumamente absurdo que vendría a salvar su reputación.
El perro de Satán, aquel que salvó y crió junto a Majin Buu, apareció frente a los visitantes de Sunakusei, quienes por mera coincidencia resultaban ser seres con un temor aberrante hacia los canes. Al ver al inofensivo amigo de nuestro “héroe”, estos rápidamente salieron huyendo despavoridamente, pero no sin antes reconocer que, en efecto, Mr. Satán era el hombre que había detenido a Bills.
Finalmente y para la increíble fortuna del cómico peleador, el capítulo concluyó con los seres del espacio volviendo a su nave para escapar hacia su planeta. Ante una muestra sumamente clara de heroísmo puro, los terrícolas vitorearon a su salvador al tiempo que le pedían disculpas por haber dudado tan sólo un momento de sus palabras. ¡Qué envidia la suerte que tiene Mr. Satán!
Obviamente el episodio de esta semana consistió en un mero relleno cómico que, viéndolo de manera objetiva, no aportó nada para el desarrollo de la trama de la serie. Sin embargo y pese a esto, el capítulo por si mismo brilló al convertirse en uno de los más divertidos que hemos visto hasta ahora en lo que va del anime.
Aunque ya vemos venir la oleada de quejas de los fans al decir qué este episodio resultó ser una completa burla de lo que ha venido siendo Dragon Ball Super hasta ahora, por nuestra parte vemos a éste como un ejemplo claro de que Toriyama y su equipo todavía recuerdan la manera de aprovechar al máximo a sus personajes, sobre todo a alguien tan payaso como lo es Mr. Satán.
Además de la absurda trama sobre la cual giró el capítulo, durante el tiempo que éste duró pudimos apreciar varios elementos que han caracterizado el estilo humorístico del mangaka, tales como lo son las caídas repentinas de los personajes ante revelaciones absurdas e inesperados, reacciones exageradas frente a los problemas y, mejor aún, la actitud que toman algunos de estos al ser colocados en situaciones incomodas que no van para nada acordes con su forma de ser.
¡Esos momentos en los cuales vimos a Gokú huir despavorido de Milk o a Picoro haciendo el mandado con ella fueron simplemente oro puro! Y ni hablar sobre los aprietos que enfrentó Mr. Satán para hallar ayuda de alguien más, del repentino cambio de planes con el escape del saiyajin o del sufrimiento de Gohan por hacer la cena. ¡Admítanlo, alguno de estos (sino es que varios) los hicieron reír o, cuando menos, les sacó una sonrisa!
Por algún motivo y si bien por momentos salió a resurgir el nuevo tono con el cual se está dotando a la serie (con comedia un tanto más infantil), sentimos que este capítulo adoptó un esquema similar al que veíamos en la primera serie de Dragon Ball, cuando Gokú era un niño. Con esto nos referimos a que cuando se presentaba un capítulo de relleno con tintes de humor, hasta los momentos más inocentes y simplones te podían hacer reír sin mucho problema. Algo similar sucedió en esta ocasión; hasta lo más absurdo u obvio y predecible resultó ser algo simpático y divertido. Eso es algo que siempre ha distinguido al estilo del buen maestro Toriyama.
¿Ustedes qué opinan, les gustó el episodio de esta semana? ¿Les sorprendió ver a Mr. Satán convertido en un Super Saiyajin? ¿Mantienen firme su postura de considerar que Dragon Ball Super ha caído muy bajo como Atomix? No duden en compartirnos sus opiniones en la sección de comentarios
Hasta aquí el resumen de esta semana. ¡Nos vemos la próxima semana, dragonboleros!
