Todo parecería indicar que Dragon Ball Super ha comenzado a retomar poco a poco el ritmo y carácter por el que se caracterizó la obra maestra de Akira Toriyama. Aunque ha sido lenta y fuertemente criticado la manera en cómo se ha desarrollado la trama, esta semana pudimos apreciar el que quizá sea el episodio que más se ha logrado asemejar a la época dorada de Dragon Ball Z.
Una vez más y al igual que como sucedió el domingo pasado, el capítulo en turno, el cual se tituló ¡Muéstrame Gokú! ¡El poder de un Dios Super Saiyajin!, se enfocó solamente en un simple acontecimiento sobre el cual giró todo lo que se mostró en pantalla: el segundo round entre Bills y nuestro protagonista. Obviamente, éste último ahora con su nueva transformación de dios guerrero, misma que consiguió gracias a la ayuda de sus compañeros saiyajin en el episodio pasado.
Desde el inicio Gokú se mostró sumamente emocionado por contar con nuevos poderes que nunca había sentido antes. Aunque en apariencia lucía casi idéntico a su aspecto cotidiano pero con una complexión mucho más delgada, tanto Wiss como Bills y los dioses Kaio pudieron percibir un aumento increíble en las fuerzas de valiente saiyajin. Por ello y para evitar causar algún daño al barco donde todos se encontraban, los dos combatientes se alzaron por los aires para así dar inicio al ansiado combate.
Por más de 15 minutos Gokú y Bills se enfrascaron en una pelea que, a ojos de muchos, bien podría ser catalogada como un calentamiento previo a la verdadera afrenta. Desde los primeros minutos el salvador de la Tierra fue quien tomó al iniciativa para atacar al destructor, más por la intención de probar sus nuevos poderes que por querer someter a su adversario. El dios, a sabiendas de que nuestro héroe todavía no se había acostumbrado a su nueva fase, aceptó servir como sparring para así ir midiendo la fuerza del guerrero que, se supone, lo haría vivir un combate innolvidable.
Es así como, una vez iniciado el enfrentamiento, pudimos ser testigos de un episodio totalmente enfocado en la pelea entre los dos dioses. Conforme ésta se fue desenvolviendo fue posible apreciar como, de manera rápida y tras algunos cuantos embates, Gokú se fue acostumbrando a su nueva fase, algo que Bills veía con suma alegría.
Finalmente y tras un combate en la cual el saiyajin poco a poco fue escalando en el nivel de sus poderes, hecho que le permitió al final asestar algunos cuantos golpes y agarres, concluyó el episodio, no sin antes dejarnos entrever que la verdadera pelea apenas estaba por comenzar.
Sin temor a equivocarme, creo que éste ha sido el capítulo que más se ha logrado apegar a la esencia original por la cual todos recordamos lo épico que fue Dragon Ball Z. Aunque no estuvo exento de momentos cómicos o chuscos o partes en las cuales la seriedad se perdiera rápidamente, el combate entre Gokú y Bills logró contar con la acción que se esperaba, con todo y pese a que se trató de un simple calentamiento.
¿Recuerdan esos capítulos cuando Gokú comenzaba a pelear con sus enemigos (llámese Freezer, Cell o Majin Buu) y en los que prácticamente éste se dedicaba a medir la fuerza de sus adversarios? Algo similar fue lo que ocurrió esta semana; si bien no se presentaron tantos momentos de alto impacto en donde pasara algo sumamente impresionante, el combate contó con un desarrollo adecuado en el cual Gokú y Bills demostraron de lo que pueden ser capaces de hacer si se disponen a pelear en serio.
Aunado a lo anterior, me encantaría resaltar la estructura del capítulo, la cual también logró asemejarse mucho a la que tenía Dragon Ball Z. Con esto me refiero a que, desde principio a fin, el episodio nos llevó de la mano en todo momento y nunca se desvió totalmente de lo que en verdad importaba: la pelea. Así mismo, éste concluyó con la participación del narrador el cual, apoyado de lo que sucedía en pantalla, dejó todo preparado para la siguiente semana, casi de la misma forma a como ocurría las sagas anteriores.
En definitiva y tal y como lo comenté la semana anterior, creo que el enfocarse en un solo aspecto en cada episodio es algo que le funciona bien a la serie. Al hacer esto Toei se puede permitir olvidar de hacer tanto relleno innecesario y, en su lugar, dedicarse a enaltecer el suceso principal sobre el cual gira la trama de capítulo. La pelea en turno es el ejemplo más reciente de ello.
Si de ahora en adelante la serie va a continuar con este ritmo y de la misma forma a como ha sucedido en las últimas dos semanas, entonces creo que los fans podrían verse recompensados tras los primeros episodios que tanta crítica han generado. En verdad esperamos así sea.
Hasta aquí llegamos con el resumen de esta semana, uno en el cual en verdad terminamos con un mejor sabor de boca y emocionados por lo que acontecerá el próximo domingo. No se olviden de checar nuestro podcast más reciente de Dragon Ball Super en el cual abordamos lo acontecido dentro de los episodios seis al ocho.
¡Nos vemos la siguiente semana, dragonboleros!