Dragon Ball no ha perdido vigencia. Posiblemente no lo haga en muchos años: las aventuras de Gokú y sus amigos en contra enemigos cada vez más brutales y poderosos siguen emocionando al público tal y como lo hizo en su primera transmisión hace ya varios años. Luego de la película Dragon Ball Z: La Batalla de los Dioses la popularidad de la obra de Akira Toriyama retomó sus viejos bríos y el resto ya lo sabemos: hubo una nueva cinta e incluso viene una nueva serie animada en camino. La situación no podría ser mejor para los fans de Dragon Ball.
En esta ocasión les hablaré un poco sobre un tema que siempre me ha encantado en la franquicia de Dragon Ball, esto es: sus escenas de acción. Siendo más específico y tomando en cuenta que la última película forma parte de la etapa “Z” del anime, me enfocaré sólo en la serie Dragon Ball Z de 1989.
Como buen shounen, el lenguaje del manga Dragon Ball apela a lector a través de momentos emotivos de acción. En el caso de su adaptación anime, Dragon Ball Z, inspirada a partir del capítulo 195 del cómic y hasta su final, la forma de comunicar es la misma: a pesar de los momentos de comedia y de relajación, sabemos de antemano que la mayor parte de las escenas memorables de la historia están en sus secuencias de acción; de ellas se derivan otra cantidad importante de sentimientos y conflictos, así que también son nuestro motor narrativo más valioso.
Por supuesto Dragon Ball Z dispone de mucho material de acción, a final de cuentas uno de sus géneros es “Artes Marciales”. Por eso mismo, me gusta decir cada tanto que “por sus batallas será medido”, y es cierto, las escenas de combate de esta serie se distancian mucho de las de su antecesor anime Dragon Ball. Si lo pensamos un poco, notaremos que las variantes al momento de combatir disminuyen con relación al periodo de Goku niño-adoslecente.
Basta recordar los torneos de artes marciales para ver un sinfín de técnicas que para Dragon Ball resultaban muy ingeniosas: ver a Krillin inflándose como globo para esquivar a Goku, los fétidos ataques de Bacterian, la técnica de volleyball de Ten Shin Han, etc. A diferencia de esto, Dragon Ball Z reduce mucho este tipo de ataques. Existen muchas más imágenes de peleas cuerpo a cuerpo y las técnicas especiales se reducen a rayos de energía y pequeñas variaciones en este tipo de ataques-proyectiles. Las modificaciones de cuerpo se vuelven más importantes: todos los villanos principales cambian su forma y con ello su fuerza; la propia transformación en Súper Saiyajin es un cambio físico que representa más poder.
Me detengo. Ahora quiero recordar. Y me gustaría que recordaran un poco conmigo. Seré sincero, las peleas de las que hablaré, en algunos casos, no son las que reciben el highlight al no ser las definitorias de la saga en turno, sin embargo son las que desde mi experiencia me dijeron algo. No pensemos este artículo como un “Las mejores peleas de…”, sino como un repaso más personal y sincero.
Para muchos de los que tuvimos oportunidad de ver Dragon Ball y Dragon Ball Z en su primera transmisión por televisión abierta y, además, aún éramos niños, esta serie de enfrentamientos representó una línea divisoria definitiva. Yamcha, Ten Shin Han, Chaozu y Krillin habían formado un equipo, por llamarlo de algún modo, de guerreros humanos superdotados. Salvo Piccoro quien terminó Dragon Ball como el gran villano, el resto eran los personajes más fuertes de la Tierra que vimos crecer junto con Goku.
La serie de desafortunados descensos me resulta una suerte de despedida a los personajes principales a los que el público estaba acostumbrado. Y así fue, en un anime donde la mayor virtud es la fuerza, los terrícolas se fueron rezagando ante seres de otros planetas y demás dimensiones.
La recordada escena de Nappa cortándole el brazo a Ten Shin Han es una de mis favoritas por lo que representaba: por un lado la enorme distancia entre los protagonistas y los enemigos y, por el otro, la agresividad de la escena: nunca se había visto un cuerpo siendo desmembrado en la serie de ese modo, la fuerza de la escena aumenta al saber que Ten Shin Han no podía regenerar su cuerpo.
Como ya les comentaba, las escenas de acción son los motores de las emociones; además del sacrificio fallido de Chaozu, la muerte de Piccoro es posiblemente uno de los momentos más dramáticamente cargados de todo el anime. La escena está perfectamente armada para conmovernos: primero siendo agresivamente coloreada en blanco y negro, luego el diálogo final entre Piccoro y Gohan (y Kami-sama y Mr. Popo) para terminar con lágrimas y un trágico coro de fondo. La muerte de Piccoro también implicaba un cambio con el personaje que vimos en Dragon Ball. Piccoro ya era “de los buenos”.
Las 2 grandes peleas entre Goku y Vegeta me parecen de las mejores logradas en Dragon Ball Z. La segunda en particular me resulta más brutal y desgastante que la primera, pero ésta es mucho más emblemática porque acarrea La Rivalidad de la serie.
Varios detalles son fácilmente recordados de este enfrentamiento, una de ellas, la escena en donde podemos ver a Vegeta en roca de más altura que donde Gokú está parado, ambos con posición lista para combatir.
El Kaioken era una de mis técnicas favoritas de Gokú, el hecho de que aumentara fuerza y velocidad a cambio de un gran desgaste físico siempre me atrajo. Mucho más que con el duelo contra Nappa, algo de lo que me encantó en esta pelea era cuando Gokú lo utilizaba para golpear a Vegeta, proyectarlo muy lejos, alcanzarlo a gran velocidad y continuar su combo. Uno de mis momentos favoritos para ejemplificar esto es cuando Goku utiliza el Kaioken x3, dando una seguidilla de ataques afortunados y culminando la obra con un poderoso golpe al estómago de Vegeta. Aquella fierecilla estaba siendo domada.
Esta pelea también marcó algunas fórmulas –sí, Dragon Ball Z es un anime en donde se repiten muchas fórmulas– como cuando Gokú es finalmente inutilizado o necesita tiempo para hacer algo grande permitiendo la intromisión/ayuda de otros protagonistas. Concretamente estoy hablando de la Genkidama en donde se necesita la ayuda de Krillin y Gohan para lograr el objetivo final –escenarios similares volverán en diversas sagas posteriores.
Otro momento que se volvería recurso clásico incluso en los videojuegos –pienso aquí en los títulos de Butouden para el SNES en donde podíamos provocar estos choques de energía espectaculares– es cuando el Kame-Hame-Ha de Goku choca con el Galick Ho de Vegeta. Ya que la mayor parte de los poderes especiales en Dragon Ball Z son ondas de energía, el ponerlas a chocar era la otra gran forma de demostrar quién era el más fuerte.
La saga de Freezer estuvo marcada por muchos combates, donde pudimos ver brillar a Vegeta principalmente. Si lo pensamos, esta saga marcaría el modo en que funcionaría el príncipe de los saiyajin el resto de la serie. Profundizo: Vegeta humilla o es humillado por sus rivales. No hay medias tintas: o es apaleado por Zarbon o lo acaba de unos cuantos golpes. Confieso que esta situación me provocaba cierto sadismo infantil: me gustaba ver las golpizas que le propinaban a Vegeta por una sencilla razón: implicaba que lo estaban de su nube de ego de la forma más agresiva posible. Un buen ejemplo en esta saga es el enfrentamiento contra Recoome.
Pero todos sabemos que el duelo entre Goku y Freezer marcaría otro de Los Momentos de Dragon Ball Z: la transformación en Super Saiyajin, que en el futuro se volvería cosa común por todos los saiyajin. Aunque en este momento no lo era… era algo más, era algo épico: toda la saga nos venían hablando del famoso Súper Saiyajin y cuando finalmente lo vimos con esa mirada de Gokú llena de ira ante un Freezer desconcertado resultó sorprendente.
La escena estuvo marcada también por un momento emotivo trágico: la muerte de Krillin, quien en este momento todavía no era otro recurso recurrente. Krillin se había salvado en la Tierra porque sabíamos que no podría ser revivido. Cuando muere, tanto Gokú como el público creen que no podrá volver. Se crea empatía. No dudo que muchos de los que vieron el anime por primera vez también recuerden toda la situación desde que Freezer aparece tras recibir la GenkiDama.
¡Y todos disfrutamos ver cuando Goku sostiene el puño de Freezer sin soltarlo haciendo que éste se hinque del dolor! ¡Y también recordamos las incontables ocasiones en donde Goku dio golpes certerísimos al rival que llevaba capítulos tantos luchando contra todos (es de rescatarle a Freezer que comenzó peleando con Vegeta/Krillin/Gohan, pasando por Piccolo, Vegeta de nuevo y finalmente Gokú sin descanso). Y claro, cuando el protagonista y el enemigo más terrible se confrontan el espectador también sería testigo de otra gran cantidad de episodios llenos de golpes y diálogos intermedios.
Recuerdo particularmente los golpes que se propinan Goku y Freezer mientras Nameku se está destruyendo. La pelea, cerca de su final, llega a un punto en donde las técnicas se olvidaron y todo se convierte en golpes brutales, ¿los recuerdan golpeándose entre las casas inhabitadas de los namekusein? Ciertamente el combate dura hasta que Gokú así lo decide, pero algo que me encanta es que aun siendo más fuerte que su rival nuestro protagonista estaba dispuesto a recibir una cantidad de buenos ataques de su adversario.
La caída de Freezer siempre me ha provocado lastima. Desde el momento en que lanza sus discos todos sabíamos que algo malo iba a suceder, el propio villano le dice a Gokú que no dejará que éstos lo corten a él. El fin todos lo sabemos y el momento en que el deshecho Freezer ruega clemencia es bastante deprimente.
Originalmente pensaba hablar de la pelea entre Vegeta y 18 en este punto, pero habiendo ya explicado el funcionamiento de los combates del saiyajin mencionado (en este caso humillando a 19 y siendo humillado por 18) decidí darle un espacio a su hijo.
Como tal, este enfrentamiento es muy breve (mucho más si se le compara con el combate contra Freezer que le precedía) pero es inolvidable. Consiste sencillamente en algunos proyectiles de energía y en El Momento.
Y con El Momento me refiero a –yo sé que tú ya sabes cuál es, lector, yo sé–… Y con El Momento me refiero a cuando Trunks corta a Freezer por la mitad. Si recuerdan, la escena se divide en 2 episodios, siendo el final de primero, a mí gusto, el mejor logrado. Antes de que Trunks use su espada hay un vistazo de Freezer y con una modificación en la paleta de colores para dramatizar el momento y tras el espadazo la siguiente escena es una de las mejores en toda la serie: vemos a Trunks, no a Freezer, y el corte se ve a través de los ojos del cortado. Por un instante tenemos la ilusión de espejo en donde ambos personajes están divididos pero luego, al cambiar la toma vemos que sólo se trata de Freezer. Todo esto ambientado con un tema que sólo se escucharía en este momento del anime.
El siguiente capítulo es menos dramático pero igual me impactó ver al temible Freezer hecho trocitos flotantes para ser asesinado finalmente. Recuerdo que tras ver el primer episodio, al día siguiente, en la primaria, todos estábamos hablando de esta escena que les describo con la emoción que aún me provoca verla de nuevo. ¿No les pasó lo mismo a ustedes?
Ésta ha sido y será mi pelea favorita de todo Dragon Ball Z. Me gusta por varias cosas: porque fue el último gran momento de Piccolo como el personaje más poderoso, porque es uno de los enfrentamientos más equilibrados del anime y porque, a diferencia de otros combates previos, los oponentes se mostraban por varios momentos tan ingeniosos como en épocas de Dragon Ball (sin llegar a lo cómico, claro).
Anteriormente los androides habían acabado con todos los Guerreros Z con facilidad, por lo que ver a Piccolo luchando a la par con 17 también era un salto importante del nameku que se había fusionado finalmente con Kami-Sama. Todavía recuerdo los primeros momentos de la pelea cuando Piccolo es el primer personaje que golpea la cara de 17 con facilidad.
Algo que me gusta mucho del duelo es el uso de los colores. Varias veces las escenas se tornan de una paleta de anaranjados que no recuerdo haber visto anteriormente, por otro lado, que en tan poco tiempo los enfrentamientos se den en escenarios diversos (se pegan en el cielo, la tierra y bajo el agua) era algo que me gustaba. Hablando del color naranja, creo que uno de los momentos más geniales de este combate es cuando, Piccoro llena a 17 con esferas de energía sin que él se dé cuenta. Y cuando lo hace finalmente, un agresivo tema musical refuerza el problema en el que se ha metido.
Me encanta que la tensión va en aumento progresivamente. Con el cambio de escenario vemos que los golpes que se propinan lucen más feroces. Una vez más, como en la pelea de Freezer y Goku, ya no hay movimientos defensivos, es todo o nada y cada movimiento así lo demuestra.
El clímax del combate, aún me llena de emoción. Cuando Piccoro y 17 comienzan a azotarse en el piso seguido de los golpes en donde el público puede ver el brazo del atacante casi perforar el torso del otro. Este momento cobra valor si recordamos que en el primer enfrentamiento, 17 inmovilizó a Piccolo con uno de estos puñetazo. ¡Y ahora ambos lo están haciendo con el mismo poder! Y sin detenerse.
Realmente no hay ganador en este combate. No podría haberlo, sería injusto para ambos peleadores. Sigo entusiasmado así que comparto el sentimiento con el duelo íntegro, ¿también es tu pelea favorita?
Recuerdan cuando les dije que Dragon Ball Z no tenía el ingenio alegre de Dragon Ball. Estas 2 peleas nos demuestran lo contrario y nos devuelven la comedia que podíamos ver en los combates de la primera etapa del anime.
Lo cierto es que, a diferencia de los otros villanos mayores, Majin Buu no es un oponente que pretenda ser serio. Por el contrario, su color rosado y su personalidad infantil dan para muchos momentos de comedia. Y siendo la acción nuestro motor narrativo, los instantes divertidos serán diversos.
Luego de ver tantas peleas en donde casi todos los ataques eran rayos de energía, el Super Kamikaze Ghost Attack resultó ingenioso y alegre. En general todo el enfrentamiento de Gotenks y Super Buu (con Piccolo como una suerte de aguador) está lleno de ataques que nos darían risa. El Galactic Donut junto con el Charging Ultra Buu Buu Volleyball (gracias Ten Shin Han) son otros movimientos que nos recordaban al antiguo torneo de artes marciales.
Vegito, otra fusión, representa otro suceso que muchos recordamos del anime. Ver a los antiguos enemigos, Goku y Vegeta como una sola persona por primera vez fue algo que nos sorprendió a muchos. Más aún me agrada recordar la facilidad con la que Vegito humilla a Super Buu. Pero a diferencia de otros combates desequilibrados éste se destaca por el humor que se mantiene presente. ¿Recuerdan cuando Buu es vencido por el caramelo de café? Justo a eso me refiero.
Creo que ambas fusiones fueron muy positivas para la última saga de la serie. Quitándole algo de la seriedad que las otras sagas ofrecieron.
La batalla final (no del anime) pero sí contra uno de los 3 villanos mayores. Es un combate que de algún modo nos despide de algunos los personajes más fuertes de la serie: Vegeta, Mr. Buu, Gokú, Kid Buu. Además es el gran momento en donde pudimos ver brillar la poderosa transformación Súper Saiyajin en su nivel 3, aunque no durara demasiado.
Creo que otro de los grandes momentos de este enfrentamiento es la colaboración de todos los involucrados, incluso Mr. Satan. En esta ocasión ni siquiera todo el poder de Gokú es suficiente, por lo que la ayuda de Vegeta y Mr. Buu será necesaria. Me pareció alegre, aunque de algún modo se veía venir, que fuera Satan el elemento clave para derrotar al terrible Kid Buu. Algo que se ve claramente en esta disputa final es otra característica clásica del shounen (y que ya había aparecido en otros momentos de la serie) en donde nuestro protagonista, por más fuerte que sea, también necesita la ayuda de sus amigos. ¡Todo sea por el poder de la amistad!
Otro detalle que me agradó es que sólo en este duelo la Genki-Dama es verdaderamente definitoria. En ningún otro combate había terminado con su oponente y sólo gracias a la ayuda de toda la humanidad es que pudo ser efectiva. De hecho, todo el proceso de carga de energía me recordó mucho al del combate con Freezer (de nuevo, Dragon Ball Z tiene muchas fórmulas que se repiten constantemente) con el extra de que los habitantes de la Tierra no están dispuestos a dar su energía, sólo para darle más tensión al asunto.
Quiero agregar que Kid Buu es mucho más terrible que Freezer y Cell por el hecho mismo de que parece carecer de todo raciocinio. Es incapaz incluso de hablar y los sonidos que emite, creo que un poco más en japonés, son bastante escalofriantes. Las golpizas que le propina a Vegeta y a Mr. Buu son mucho más feroces que en batallas anteriores. Este enemigo sin duda es una imagen de la violencia por la violencia misma, por eso mismo me resultó siempre bastante aterrador.
Por motivos de espacio decidí no agregar más peleas importantes dentro de la historia del anime Dragon Ball Z. En realidad hay muchos otros duelos que merecerían ser recordados como: Vegeta vs Mr. Buu, Gohan vs Cell, Goten vs Trunks, etc. incluso escenas como la de Ten Shin Han deteniendo a Cell con el Nuevo Kikohou me traen muy buenos recuerdos bastante emocionantes. Tampoco decidí hablar del Goku vs Cell porque, y esto es bien personal, creo que en esa saga Gokú no fue tan espectacular como en las otras 2.
De nuevo, y siguiendo al título, hoy sólo les traje algunas batallas de este anime. Me gusta recordar, e intenté escribir el artículo con la sorpresa que me provocaron estas escenas la primera vez que la vi, cuando niño. Efectivamente, y volviendo a ver algunas, le vi un valor nuevo a lo que ya les comentaba en la introducción: gran parte del peso emocional, de por lo que recordamos a esta serie se debe a sus secuencias de acción.
Y tú, querido lector, ¿qué otras peleas recordaste? Seguro tendrás tus favoritas, ¿cuáles son?
