14 años y 7 películas después, la serie de Rápido y Furioso continúa siendo un éxito global. Así lo demostró este fin de semana que en sus primeros días ha logrado recaudar más de $380 millones de dólares en todo el mundo. Pocos se imaginaban que aquello que comenzó como un filme inspirado de un artículo en una revista de autos a la larga se convertiría en una de las series de películas con más audiencia. Furious 7 es prueba de ello. Es absoluto fan service y una gran forma de decir adiós a Paul Walker.
Muchos –me incluyo– hemos crecido viendo esta serie de películas. Aquel año 2001 marcó un antes y un después a los amantes de los autos y las carreras callejeras que veían cómo un producto tan mainstream como el cine pudo ofrecerles una película con una combinación explosiva: veloces e increíbles autos, lindas mujeres y mucha acción. Hasta la fecha, esta fórmula sigue siendo una garantía para esta serie que nos ha llevado a todas partes del mundo. Desde los Angeles hasta Miami. Un paseo por Tokyo y la frontera de México; las calles y favelas de Brasil para después conocer Londres. Furious 7 hace lo mismo y ahora nos lleva al medio oriente en Abu Dhabi y Azerbaijan pero al final el ciclo cierra justo donde empezó todo: en Los Angeles, California.
Todos han visto al menos una de las películas. Si no es así, estoy seguro que las han escuchado. Puede que las ames o las odies, pero la saga de Rápido y Furioso es un fenómeno global. Tanto así, que cada película nueva logra romper récords en taquilla. Es increíble que, a más de una década que vimos a los jóvenes actores dar vida a estos personajes de carreras callejeras, la serie siga sintiéndose como algo emocionante y nuevo para disfrutar en el cine. Lo mejor es que lo consigue, aunque eso implique muchísimo fan service pero seamos honestos, es lo que la gente espera ver.
El estreno de Furious 7 venía acompañado, de alguna forma, del morbo de ver la última película de Paul Walker, actor que dio vida a Brian O’Conner en la serie y que lamentablemente falleciera en el 2013 a causa de un accidente automovilístico. Furious 7 rinde un gran y emotivo homenaje al actor con una secuencia al final de la película. Les aseguro que a muchos les tocará una fibra muy sensible.
Dejando a un lado la popularidad de la serie, la historia de la séptima película nos presenta a dos villanos nuevos con un fin en común: el actor Jason Statham hace su debut dando vida al personaje Deckar Shaw, hermano del enemigo que vimos en la sexta película y Jakande protagonizado por Djimon Hounsou. Uno busca venganza de su hermano y el otro acceso a una tecnología avanzada que en manos equivocadas podría causar mucho daño al mundo. El tema es que sólo una persona y en este caso una hermosa hacker de nombre Ramsey (Nathalie Emmanuel) es la única capaz de controlar dicha tecnología. Una vez dicho esto, Toretto y compañía pondrían en marcha un plan para rescatar a la hacker y localizar a Shaw. No hay más que decir.
En Furious 7 vemos a los actores más importantes de la serie de regreso: Tej (Ludacris), Mia (Jordana Brewster), Brian (Paul Walker), Dom (Vin Diesel), Hobbs (The Rock), Letty (Michelle Rodriguez) y Roman (Tyrese). De hecho varias de las escenas con Paul Walker fueron realizadas por sus hermanos y aquí es importante resaltar el gran trabajo de edición y efectos especiales logrado en la película ya que todo se siente muy natural. Es como si Paul hubiera estado durante toda la grabación de la película. Jamás se siente su ausencia. Actuaciones como la de Kurt Russell le vienen muy bien a la serie y sin duda Furious 7 es el filme que muestra una mayor madures en todas las áreas de producción e incluso en actuaciones. Sí, veremos al mismo Dom de siempre con esa voz grave que lo caracteriza liderar al equipo, la comicidad de Tej y Roman junto a un nuevo y cómico papel de Brian y Mia como padres de familia. La serie se ha transformado y los personajes también. Así como hay autos y adrenalina, hay muchos momentos geniales y peleas brutales.
La fórmula que nunca falla
Como bien había dicho, Furious 7 es absoluto fan service. Hay peleas épicas entre The Rock y Jason Statham o el mismo Toretto en contra de este nuevo villano. En esta película vemos más acción física a la par de las increíbles escenas a bordo de autos. De hecho, hay una batalla entre Letty y la campeona de UFC de Ronda Rousey que deja a uno con la boca abierta.
Sí, Furious 7 tiene esa altísima dosis de acción y esteroides que todos esperan con autos increíblemente veloces como si fueran sacados de un juego de Gran Turismo o Need for Speed.
Desde el famoso 1970 Dodge Charger R/T, hasta un Maserati y Aston Martin conducidos por Statham. Auto japoneses, los famosos muscle cars, Ferraris y el debut de Lykan HyperSport son parte de este nuevo filme que, sin duda, podríamos considerar como el mejor. Desde Tokyo Drift parece que la serie ha logrado superarse con cada película nueva. Para esta ocasión, el nuevo director James Wan (conocido por películas de terror) muestra que la serie podía mostrar algo nuevo sin perder los elementos que la distinguen y tuvo la idea de poner a volar autos y vaya que lo consiguió. Por supuesto que tiene esa dosis de escenas poco creíbles de que sucedan en la realidad junto con grandes talentos al volantes. Saben a qué me refiero pero eso es parte de la magia que hay detrás de Rápido y Furioso.
Furious 7 es un filme para todos los fanáticos de la serie que la han seguido durante tantos años y que tienen un amor incondicional hacia los actores, personajes y que en cada entrega nueva parecen escoger perfectamente a uno nuevo que encaje con todo lo que representa la franquicia. Hay varias secuencias de acción que duran varios minutos que pondrán al filo del asiento al espectador. Además, hay mucha emotividad. Es un filme que rinde un tributo a Paul y que marca el fin de una era con este actor.
Si eres fan, las vas amar. De lo contrario, sería una película exagerada de acción.