La campaña de Omega Force por conquistar Occidente no termina. Como primer movimiento del año, lanza su primera carta de su franquicia estrella. Nos referimos a Dynasty Warriors 8: Empires, título que de nuevo llega para PlayStation 3, Playstation 4, Xbox One y PC.

Las consolas de Sony son las que resultan más beneficiadas por este lanzamiento, ya que cuentan con la funcionalidad cross-play. De ahí en fuera, la experiencia es básicamente la misma para cualquier plataforma.

De nuevo visitamos la novela china Romance of the Three Kingdoms, con el mismo molde que ya analizamos en Dynasty Warriors 8: Xtreme Legends Complete Edition el año pasado. La sub serie Empires existe desde la cuarta entrega canónica de la franquicia, presentándonos una estructura de gameplay volcada en la estrategia y en la batalla táctica.

El combate en los campos de batalla permanece igual, es decir, con el mismo esquema de controles de un juego hack n slash. Aún tenemos los elementos para cada arma Earth, Man y Heaven, mismos que imprimen un sistema de ‘piedra, papel o tijera’ respecto a ventajas y desventajas. También, cada personaje tendrá su arma predilecta con la que podrá realizar ataques devastadores exclusivos.

Además, el sistema de cambio de armas instantáneo continúa presente, por lo que si vemos a un enemigo con ventaja sobre nosotros podremos cambiar de arma al instante para voltear la situación a nuestro favor.

El verdadero cambio viene en la estructura de progresión, el Empire Mode se implemente para darnos una verdadera experiencia de conquista. Unificar todos los reinos de China será nuestra misión final, y dependerá de nosotros hacerlo siendo unos tiranos conquistadores o  forjando alianzas entre facciones hermanas.

Comenzaremos eligiendo una facción, posteriormente un gobernante y de ahí comenzará nuestra campaña. El tiempo avanzará de acuerdo a nuestras acciones, mismas que podrán llevarnos al campo de batalla para defender nuestro territorio o conquistar otros, hasta decidir de manera personal si queremos contraer matrimonio con otro personaje de nuestro ejército.

Cada acción tomará un mes, y cada seis meses se evaluará nuestro desempeño y se actualizará el nivel de influencia de cada facción en todos los territorios. Como dije anteriormente, el gameplay se volcará más sobre lo estratégico y lo táctico, haciéndonos sentir verdaderos gobernantes al tomar decisiones que podrían marcar el destino de todo un reino.

Al principio de cada periodo de seis meses, podremos decidir prioridades en nuestras políticas. Elegir entre darle prioridad al combate, a la diplomacia o a la recolección de recursos estará en nuestras manos, y gracias a ello cambiará el curso en el que vivimos los periodos posteriores.

Igualmente, cada seis meses tendremos que elegir objetivos para nuestra facción. Éstos pueden ir desde la construcción de Academias o Armerías hasta la invasión de otros territorios o asaltos a bases enemigas para debilitar sus fuerzas. Gracias a la compleción de estos objetivos, nuestro personaje ganará méritos y podrá subir de nivel, desbloqueando nuevos elementos que podrán hacer la diferencia entre triunfar en el juego o fracasar en unificar China.

Elegir sabiamente a qué darle prioridad y tener en mente nuestros recursos, posibilidades y relaciones con otras facciones serán factores indispensables para salir triunfadores. Habrán momentos en los que tendremos que darle prioridad a generar tropas para nuestro ejército, ya que podríamos estar vulnerables contra invasiones. No obstante, si descuidamos otras áreas, nuestros ejércitos y oficiales podrán quedar insatisfechos y volverse en nuestra contra o abandonarnos. ¿Quién dijo que ser gobernante sería fácil?

El combate queda en segundo plano, pero no se descuidó gracias a las adiciones implementadas y a las maneras de vivirlos. Debido a la naturaleza bélica del título, hacernos de provisiones y conquistar territorios será parte del día a día. Derrotar oficiales en combate con un Musou Attack, un Rage Attack u otros ataques especiales podría otorgarnos armas especiales imposibles de conseguir por otros medios.

En batalla se agregan los Strategems, elemento añadido en Dynasty Warriors 7: Empires que ahora se expande a niveles titánicos. Los Strategems consisten en tarjetas con poderes a pequeña y gran escala que podremos activar en tiempo real en batalla. Los efectos pueden variar, desde teletransportarnos a la base de inicio o traer instantáneamente a un aliado a nuestro lado como refuerzo, hasta provocar lluvia de flechas en todo el mapa e invocar torres de asedio para conquistar bases más fácilmente.

No serán elementos que podamos usar a diestra y siniestra, ya que usar los Strategems más ambiciosos provocará que nuestros oficiales aliados salgan del campo de batalla, dejándonos vulnerables por un corto periodo de tiempo ante la toma de bases o incluso la muerte.

Las misiones de combate pueden ser de Invasión, Defensa o Asalto. En Invasión podremos tomar territorios enemigos, capturar prisioneros y darles la oportunidad de rendirse y unirse a nuestro ejército, soltarlos o ejecutarlos. En mi caso, prefería en algunas ocasiones optar por la diplomacia y negociar por una alianza antes de invadir, aunque en muchos casos esto resultaba obsoleto debido a la avaricia de mi rival. Defensa ocurre cuando otra facción invade alguno de nuestros territorios, aquí tenemos la opción de permitir que lo tomen o salir a defenderlo, aunque si no nos encontramos en la mejor posición podríamos perder aún mucho más.

Asalto no interfiere con la toma de territorios, si no con el debilitamiento de éstos. Tomar prisioneros o cortar líneas de suministros será posible gracias a este tipo de batalla. Además, la estrategia será aun mayor al tener que capturar tácticamente base tras base hasta crear un camino a la fortaleza enemiga.

Igualmente durante las misiones de batalla, tendremos objetivos específicos más allá de ganar o perder. Tomar cierta base específica o matar a determinado número de oficiales en un periodo de tiempo nos tendrá sudando la gota gorda y calculando el tiempo y la distancia para no descuidar ningún aspecto del combate.

El juego termina cuando hayan pasado 50 periodos de seis meses o alguna facción (ya sea la nuestra o una rival) haya logrado unificar China. Aunque nuestros territorios hayan sido tomado no perderemos la campaña, puesto que podremos seguir funcionando como ejércitos libres a disposición del mejor postor.

Empires es una propuesta única y un tanto complicada para los que les gusta el gameplay mas directo. Los combates como dije anteriormente pasan a un plano secundario y la progresión se basa en la toma de decisiones como si en un consejo de guerra se tratara. Pensar a futuro, administrar recursos, establecer prioridades y forjar relaciones con nuestros ejércitos y otras facciones será lo que viviremos turno a turno. Es una combinación entre combate y estrategia un tanto extraña que sólo apela al nicho del nicho, por lo que podría alienar a bastante público que no esté familiarizado con el género ni con la franquicia.

La posibilidad de importar nuestros personajes creados desde Dynasty Warriors 8 se agradece, además de que el juego nos permite personalizar banderas, caballos y soldados para imprimir nuestra visión personal de un ejército. Casarnos y tener hijos es posible durante la historia dependiendo de nuestras relaciones con otros oficiales, además, eventualmente nuestra descendencia puede formar parte de la conquista e intervenir en la historia en la cual el juego está basado.

Tristemente, el juego elimina la variedad en la que tanto Omega Force había invertido con Dynasty Warriors 8: Xtreme Legends Complete Edition. Cada turno se sentirá como si simplemente moviéramos una ficha en un juego de mesa y las decisiones serán un tanto complicadas con resultados aleatorios en algunas ocasiones. La repetición constante y la falta de diferenciación entre oficiales y facciones será visible después de jugar unos turnos y probar suerte con varios ejércitos, además de que los combates son más cortos y con menos relevancia en el resultado final.

Se agradece que cuestiones como la hora del día y el clima afecten el poder de los Strategems, por ejemplo. Esto aunado a otros elementos de estrategia podría ser entretenido por un rato, pero finalmente los combates terminan sintiéndose genéricos y sin valor real en la progresión del juego, que mejor dicho avanza conforme a nuestras decisiones políticas.

Además, los gráficos permanecen totalmente igual a las ediciones pasadas, y esto a más de dos años de que haya salido el juego original, afecta bastante, por lo menos al ver nuestro juego correr en un PlayStation 4. Pagar el juego a precio completo duele, y parecería que Empires encajaría mejor como una expansión o un modo más de juego que pudiera ser implementado al título original.

Dynasty Warriors 8: Empires atiende al nicho de un nicho bastante reducido. Vuelca su gameplay sobre la estrategia, el combate táctico y la política, pero debido a infinidad de posibilidades llega a sentirse genérico y repetitivo, con misiones carentes de valor en la progresión real de la campaña.